La UE responde a Trump gravando cigarrillos, vaqueros, barcos de pesca y hasta burbon

Cristina Porteiro
cristina porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Katainen, vicepresidente de la UE, justificó los nuevos gravámenes
Katainen, vicepresidente de la UE, justificó los nuevos gravámenes AFP | JOHN THYS

Dado que Estados Unidos no cede en sus pretensiones sus productos más simbólicos subirán hasta un 25%

07 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Tenemos que defender nuestra industria y nuestros intereses legítimos». Así justificó ayer el vicepresidente de la Comisión Europea, Jyrki Katainen, la decisión de dar luz verde a las represalias comerciales contra Estados Unidos. A Bruselas no le ha quedado más remedio que contraatacar después de que Donald Trump se negase el pasado 1 de junio a excluir a las empresas europeas de los aranceles del 25 y el 10 % impuestos por su Administración a las importaciones de aluminio y acero, respectivamente. La UE calcula que la medida provocará unas pérdidas de 6.400 millones de euros al año.

«Hemos ofrecido un enfoque constructivo a los americanos. Les planteamos reducir tasas para algunos productos, colaborar para reformar la Organización Mundial del Comercio (OMC) y mejorar el clima comercial [...]. Intentamos convencerlos de que no había lógica en este comportamiento, pero el problema se centra en la Administración Trump», explicó con resignación el finlandés.

La actitud caprichosa del magnate, quien ha ignorado las presiones de la industria y de los congresistas de su propio partido, será contestada desde Bruselas con «medidas de reequilibrio», un plan arancelario que gravará con un 25 % los productos estadounidenses más simbólicos, como los vaqueros Levi’s, las motos Harley Davidson y el burbon. La lista no termina ahí. La Comisión Europea también apunta a los cigarrillos, el maíz, la mantequilla de cacahuete, arroces precocinados, camisetas y pantalones de algodón, zumos y barcos de recreo. La tasa será de hasta el 50 % para barcos de pesca, equipamientos de cerámica para cocinas, baterías portátiles y amplificadores aéreos. «Es justo y proporcionado», aseguró ayer la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström. Y esta es solo la primera tanda de la contraofensiva. Bruselas dispone de margen de maniobra para provocar pérdidas a las exportaciones estadounidenses valoradas en 3.600 millones de euros. Esos aranceles adicionales se aplicarían a lo largo de los próximos tres años o una vez que haya una respuesta positiva de parte de la OMC a la denuncia presentada el pasado 1 de junio contra Estados Unidos. La UE acusó a Washington de violar las normas de comercio internacionales. La Comisión Europea espera poder hacer efectiva la medida el próximo 1 de julio.

La UE también se reserva otra carta para proteger su industria en la guerra comercial desatada por Trump. Está en la mano de los Veintiocho activar medidas de salvaguardia, como la fijación de cuotas de entrada, para evitar que las exportaciones chinas de acero y aluminio acaben inundando el mercado europeo. Este paso seguiría la línea de defensa abierta en la OMC, donde la UE registró una denuncia contra el país asiático por restringir las inversiones de empresas europeas por no querer ceder derechos de propiedad intelectual y conocimientos tecnológicos.