La cooperativa, que nació hace justo 50 años, celebró en el cine Gran Vía de Negreira su asamblea constituyente
23 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.A sus 91 años, Maximino Viaño se apoya en el bastón y se levanta con agilidad de la mesa. Han terminado los postres de la comida de celebración que conmemora en Santiago el 50.º aniversario del nacimiento de Feiraco. Las bodas de oro. Muchos se dirigen a él como si fuera el gran patriarca. No en vano fue socio fundador, y primer secretario y gerente de la que es hoy la mayor cooperativa láctea gallega. Es el gran testimonio vivo de aquel proyecto que arrancó en 1968, cuando 400 ganaderos de una zona deprimida del interior de la provincia de A Coruña, el valle de A Barcala, decidieron unirse. El impulsor de aquello fue el jurista e intelectual agrarista Jesús García Calvo, fallecido en el 2011.
Maximino Viaño teje el relato de aquellos días con una extraordinaria precisión. «Hai cousas que se contan mal. Feiraco, o proxecto, naceu o 20 de outubro de 1968 no casino de Negreira: eramos 52 persoas foi daquela cando falamos de facer a cooperativa e autonomeámonos directivos; así nacemos, con García Calvo de presidente e mais eu de secretario», recuerda.
Esas fueron las reuniones provisionales de fundación de la cooperativa, en las que se levantaba acta. En aquellos encuentros, que se celebraban cada dos semanas, los promotores fueron perfilando la documentación, el proyecto de la fábrica de piensos, los terrenos.
Todo aquel trabajo se concretó algo después, el 6 de junio de 1969, cuando tuvo lugar la asamblea de constitución definitiva de la cooperativa, que se celebró en el cine Gran Vía de Negreira. El único lugar que, por aforo, podía congregar por aquel entonces a tantos ganaderos. Aquel día se juntaron 407 socios, que son los que se consideran fundadores de la cooperativa. Casi una década después, la cifra había ascendido a más de siete mil, tal y como consta en los libros de registro. La facturación de 1977 alcanzó los 1.164 millones de pesetas. «Poucas empresas chegaban a esa cifra daquela», detalla el que fue primer gerente de la cooperativa.
Maximino Viaño tiene perfectamente ordenados los recuerdos en su memoria, y recurre a ellos como si cogiera un libro de su estantería. Feiraco había echado a andar y los socios se unían con una cuota de entrada de mil pesetas, repartidas en tres entregas de 333,33. Pero aquello no llegaba a mucho, por eso él y García Calvo decidieron nombrar tesorero de la cooperativa al director de la Caja de Ahorros de Santiago, Juan José Hernández.
«O que queriamos era ter facilidade para ir aos cartos -recuerda con una sonrisa-, e el xestionounos o préstamo de 12 millóns de pesetas para montar a fábrica de pensos, que arrancou en 1970». Fueron él y García Calvo los que tuvieron que avalar personalmente aquel crédito. La caja les había dicho entonces que no podía abrir el grifo si no se ponían garantías. Viaño y García Calvo se miraron, y tan convencidos estaban de aquel proyecto que pusieron encima de la mesa su patrimonio personal. El tiempo terminó dándoles la razón.
Luego vinieron muchos logros, entonces inimaginables. La verdadera historia de Feiraco tal vez se contó ayer en las anécdotas de los postres de una comida de celebración que congregó en el Hostal dos Reis Católicos de Santiago a 300 socios, colaboradores y clientes, una ceremonia a la que acudieron el presidente Feijoo y el nuevo conselleiro de Medio Rural, José González.
Los cambios en la producción
Allí, en una de las mesas, se sentaba también Celsa Pena, una ganadera que lleva entregando la leche en la cooperativa ya medio siglo. Recuerda aquellos años, al principio, cuando se ordeñaba las vacas muy temprano, antes de que cantaran los gallos, y había que llenar la leche en cubos de plástico y cargarla luego hasta un camino. Más tarde llegaba el camión y llenaba las calderas de metal. Entonces no había ni cisternas ni tanques de frío. Celsa todavía se acuerda de que, a veces, sobraba leche y se cortaba y había que tirarla. Apenas tenían cuatro vacas en una pequeña explotación de A Baña. Luego llegaron los avances: «Moito cambiou a película, filliño».
Un proyecto hoy consolidado y que camina en alianza con Melisanto y Os Irmandiños
La ceremonia para conmemorar el medio siglo de vida de Feiraco sirvió también para distinguir a todas aquellas instituciones y personas que han hecho posible el desarrollo de la cooperativa. Por eso se reconoció ayer a Julio Barbazán, socio fundador y miembro del primer consejo rector; a Manuel Mariño, primer trabajador de la cooperativa; a Jesús Capeáns, vicepresidente del consejo y uno de los más firmes apoyos de Jesús García Calvo durante sus tres décadas al frente de Feiraco; a José Luis Antuña, director general de la compañía desde hace doce años y artífice del plan de viabilidad y del plan estratégico; y, por último, a José Montes, actual presidente e impulsor de la cooperativa desde su fundación en 1968.
«Yo estudié Derecho y, al terminar la carrera, don Jesús me dijo que necesitaba una persona que supiese algo de leyes para incorporarla al consejo, y entonces me propuso como secretario en 1972», recuerda Jesús Capeáns, quien todavía rememora algunas anécdotas de los primeros años de Feiraco. Por ejemplo, cuando uno de los miembros del consejo que no era ganadero, con cierto desasosiego, le dijo a García Calvo: «Jesús, esto de Feiraco está muy bien, pero mientras tú seas presidente. ¿Qué ocurrirá si tú falleces? Nosotros no estamos a la altura». Entonces, García Calvo, muy seguro, se giró y le dijo que todo era muy sencillo, que bastaba con nombrar a otro, porque Feiraco saldría adelante, recuerda con nostalgia Capeáns sobre los orígenes de un proyecto que hoy forma parte de CLUN, junto a las cooperativas Melisanto y Os Irmandiños.
Una empresa que ha sido reconocida por la producción de leche Únicla y por su perseverancia en los estándares de bienestar animal para dar calidad a un producto gallego.