Caramelo, a la espera de los 500.000 euros en los que se vendió hace 4 meses

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

MARCOS MÍGUEZ

Kosu Nuno, tras quien estaría un inversor gallego, es el ganador legal de la subasta

26 mar 2019 . Actualizado a las 20:11 h.

La complicada subasta de Caramelo tiene un ganador desde hace más de cuatro meses. La emblemática marca de moda gallega, adjudicada en 500.000 euros, tiene pues un virtual dueño legal, pero no oficial. «No hay escritura de propiedad firmada, y nadie ha depositado aún el importe de la adjudicación», aseguran fuentes judiciales.

La firma Kosu Nuno fue la adjudicataria legal de la enseña el pasado mes de junio, después de que la sociedad Postquam Cosmetics decidiera abandonar el proceso que ganó en primera vuelta por 505.000 euros. La compañía vallisoletana, que realizó la puja más alta por la marca gallega, optó finalmente por no recurrir la sentencia que declaró nula su participación (lo hizo sin estar convocada a la subasta), y dio por no realizada la adjudicación. Tras esa decisión, la marca fue a parar automáticamente a manos de la segunda oferta más alta, la de la sociedad Kosu Nuno, detrás de la que supuestamente se encuentra un inversor gallego cuya identidad es todo un enigma, según declaran fuentes del sector textil de Galicia.

Subasta complicada

Otros participantes en la puja, entre ellos Do Rego y Transfleet, también apelaron la decisión del juez de adjudicar la marca a Kosu Nuno, pero ambos recursos fueron desestimados, lo que despejó por completo el camino para hacerse con la titularidad de la enseña al nuevo propietario. Eso fue a finales de junio. Desde entonces hasta ahora, Caramelo permanece a la espera de que alguien pase a recogerla por el despacho del administrador concursal, con el riesgo de que el paso del tiempo continúe devaluando una marca que lleva ya más de dos años fuera del mercado.

¿Qué ocurriría en el hipotético caso de que Kosu Nuno decidiera no adueñarse oficialmente de la marca? Fuentes del procedimiento concursal explican que, por extraño que resulte, hasta la fecha no existe ningún incumplimiento, ya que no existe un plazo «legal» para que el ganador se adjudique la propiedad. Reconocen estas fuentes que sí hay un tiempo prudencial, que otorga el administrador, y que, en este caso, se habría superado, a pesar de que consta la intención por parte del postor ganador de firmar la escritura en breve.

Valor a la baja

De lo contrario, entrarían en juego otra vez los postores que quedaron por detrás de la oferta ganadora: Do Rego, en primer lugar; y Trasnfleet a continuación. Según marcan las normas de la puja, ambos han dejado una suma en depósito (5.000 euros) por si tal cosa sucediera. Y si ninguno de los postores quisiera adjudicarse Caramelo, en última instancia, la marca volvería a salir a una nueva subasta, si el administrador concursal así lo considera. Este sería un pésimo escenario, según explican fuentes de la industria textil, quienes aseguran que la suma alcanzada en la puja, considerada ya en su momento muy elevada, difícilmente se volverá a repetir.

Tanto el administrador concursal como Kosu Nuno guardan silencio al respecto, a pesar de que la abogada de la sociedad ganadora de la enseña gallega aseguró meses atrás tener en marcha ya toda la maquinaria para lanzar la primera colección de la nueva Caramelo, y que ya había una directora creativa trabajando en los diseños.

Inversor anónimo

Según consta en al Registro Mercantil, Kosu Nuno figura como una sociedad con sede en Barcelona, y cuyo administrador único es Manuel Bolaño, un diseñador de origen gallego instalado desde hace años en la Ciudad Condal. Esto es así a efectos de registro, porque en realidad Bolaño vendió esta sociedad hace ahora un año, tal y como él mismo ha confirmado, negando la más mínima vinculación con esta marca en la actualidad.

La última tienda de la firma textil Caramelo cerró sus puertas en la primavera del 2017 en A Coruña, dando por finiquitada una larga trayectoria, que echó a andar en la década de los setenta. La empresa llegó a emplear en sus mejores momentos a más de un millar de personas.