Además de la luz y el combustible, elementos habituales en la cesta de la compra se disparan
15 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Los hogares gallegos siguen viendo cómo la vida cuesta cada día más, sin que mejoren sus rentas, lo que acrecienta cada vez más la sensación de malestar y de pérdida de poder adquisitivo. No solo se han disparado la luz y los carburantes. Elementos básicos de la cesta de la compra han sufrido importantes oscilaciones de precios en el último año. Según los datos actualizados por el INE, la tasa de variación interanual del IPC se situó en octubre en Galicia en el 2,3 %. Sin embargo, las frutas frescas, por ejemplo, se han encarecido el 9,6 % desde octubre del 2017, es decir, tres veces más que la inflación. En el caso de las patatas (17,9 %), la subida es casi siete veces mayor.
No son los únicos casos. Por encima de la variación media general de precios en Galicia, se sitúan también los huevos (5,9 %), las bebidas alcohólicas (5,8 %), el pescado fresco y el congelado (4,3 %), los cereales y derivados (3,4 %), la carne de cerdo (2,6 %) y el pan (2,5 %). Los datos desagregados que facilita mensualmente el INE vuelven a evidenciar cómo, desde el año pasado, se han disparado otros gastos del hogar. Es el caso de la calefacción, la luz y el agua, que han subido el 7,9 %, casi cuatro veces la inflación, y del transporte personal, el 5,6 %, el doble que el IPC, como consecuencia del galopante encarecimiento de los combustibles.
Los asalariados
En relación con la calle, los datos sobre la evolución de los precios vuelven a abrir el debate sobre los salarios. Mientras que el IPC crece desde mayo a ritmos superiores al 2 %, los salarios negociados en convenio lo están haciendo en el entorno del 1,6 %.
Es decir, los trabajadores, pese a ver incrementadas sus remuneraciones, siguen perdiendo poder adquisitivo. De ahí que los sindicatos insistiesen ayer en negociar incrementos que se sitúen en el 3 %. El deterioro de la capacidad de compra es otro problema para los pensionistas, que han visto también cómo se ha evaporado su subida. En los años en los que los precios no aumentaban, el incremento del 0,25 % les servía para ir aguantando, pero ahora no sucede lo mismo, y de ahí el creciente malestar en la calle.
La pérdida de poder adquisitivo afecta a una gran mayoría social. En Galicia hay más de 700.000 pensionistas, unos 200.000 empleados públicos y más de 700.000 asalariados. Más de 1,6 millones de personas en una comunidad de apenas 2,7. El hecho de que la subida de precios eche por tierra la recuperación del poder adquisitivo pone encima de la mesa otro problema: el alza de la inflación está impulsada, en gran medida, por el incremento de la luz y de los combustibles. Mientras las pequeñas empresas se esfuerzan en no repercutir el encarecimiento al cliente, en ser competitivas, al igual que el conjunto de los ciudadanos, dos sectores oligopolísticos se llevan por delante todo ese esfuerzo enorme de la sociedad.
La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) cree que la media anual del IPC se situará en torno al 1,7 %, y que si se mantienen los precios del petróleo en los niveles actuales, por debajo de 70 dólares (61,8 euros) el barril, la influencia alcista de la energía en la evolución de la inflación podría mitigarse. También Funcas ha bajado al 1,8 % su previsión de cierre para el IPC en este 2018.
Castilla-La Mancha, con el 2,6 %, y Castilla y León y Navarra, ambas con el 2,5 %, fueron las autonomías con un mayor crecimiento interanual del índice de precios del consumo en octubre, mes en el que la tasa anual bajó en nueve comunidades respecto a septiembre, se mantuvo en tres y aumentó en el resto.