El nuevo consejero delegado del BBVA gana poder frente al presidente, Carlos Torres
ECONOMÍA
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El relevo en la cúpula del BBVA no solo será nominativo, sino que implicará un cambio de peso en la estructura de poder de una de las entidades más importantes del mundo. El que será presidente ejecutivo del grupo, el gallego Carlos Torres, y su consejero delegado, el directivo de origen turco Onur Genç, se han repartido los papeles de tal forma que el nuevo número dos tendrá que dar explicaciones sobre su labor directamente al conjunto de los miembros del consejo de administración del banco, y no al presidente. Con esta decisión, aprobada ayer por el consejo, el BBVA sigue las directrices del BCE en materia de sucesión en las corporaciones financieras. La institución presidida por Mario Draghi es partidaria de separar los puestos de presidente y consejero delegado de forma efectiva, para evitar que una misma persona acumule la mayor parte de las funciones ejecutivas, como ocurría hasta ahora con Francisco González al frente, una práctica que también se da en otras entidades españolas inmersas en cambios corporativos de calado en sus respectivas cúspides.
Torres pierde parte del poder que tenía históricamente el presidente del banco, mientras que Genç refuerza su papel en la gestión del grupo.
González, presidente de honor
Con esta fórmula, el BBVA ha conseguido el beneplácito del BCE para sacar adelante la sucesión de Francisco González, quien deja la presidencia tras más de dos décadas. A partir del 1 de enero (cuando se efectúe el relevo), y en «reconocimiento a su legado», dice la entidad, el histórico banquero chantadino será presidente de honor de BBVA y de la Fundación. Con este organigrama, el banco trata de «seguir impulsando la transformación y los negocios del grupo».