Los alimentos básicos, la ropa y la energía, lo que más subió en el 2018

G. Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

CAPOTILLO

Las patatas, con un incremento del 17,4 % en Galicia, encabezan la lista de los artículos que más se han encarecido

31 ene 2019 . Actualizado a las 20:49 h.

La inflación volverá a cerrar el año en tasas modestas. El indicador adelantado publicado este viernes por el INE, que confirmará las cifras a mediados de enero, indica que los precios han sufrido una subida interanual del 1,2 %, apenas una décima más que la registrada el año pasado y muy lejos del 2,3 % que marcaba el indicador en octubre. A partir de ese mes, el barril de petróleo empezó una cuesta abajo que ha permitido a los consumidores, especialmente a aquellos que tienen coche o usan combustibles para calentar sus hogares, ahorrarse unos euros en los últimos meses.

Pero esa rebaja puntual solo maquilla la realidad del último año, en el que pasar por la gasolinera ha sido, hasta después del verano, mucho más caro que en el año anterior. Habrá que esperar a los datos de la inflación media del año, que informan mejor del golpe sufrido por el bolsillo durante los doce meses del ejercicio y que ya el año pasado duplicaron los del IPC interanual de diciembre, para medir mejor el impacto de la subida de los precios a lo largo del año.

Pero por los datos publicados hasta ahora por el INE, con la evolución acumulada entre enero y noviembre, se puede comprobar que, junto al transporte y los consumos domésticos (calefacción, luz y agua), dos epígrafes muy influidos por los altos precios del petróleo en los nueve primeros meses del año, la ropa y los alimentos básicos de la cesta de la compra han sido los artículos que más se han encarecido en este 2018 que se va. A la cabeza, las patatas, con un alza del 17,4 % en Galicia, y las frutas frescas, que cuestan ahora un 8 % más que a principios de año. ¿La razón? La menor producción, que ha caído más de un 15 %, en parte condicionada por la larga temporada de lluvias, y que, unida a la fuerte demanda, ha provocado el cóctel perfecto para que el precio del tubérculo se dispare. Algo parecido a lo que ocurre con las frutas, cuya cosecha también se ha visto alterada por las condiciones meteorológicas.

Todo lo contrario de lo que sucedió con el aceite, que sí se benefició de las precipitaciones y cuyo precio cae más de un 12 %. Aunque la alegría puede ser efímera, ya que los productores ya avanzan que los primeros resultados de la cosecha no están siendo nada positivos en cuanto a rendimiento, lo que, unido a las llamadas a la regulación, pueden hacer que el producto vuelva a dispararse en el 2019.