El británico Zegona se sale con la suya y ya manda en Euskaltel y, por tanto, en la cablera gallega
09 abr 2019 . Actualizado a las 22:06 h.De fondo a fondo y tiro porque me toca. Es la cruz de la cablera gallega R desde que en el 2010 CVC se convirtió en su máximo accionista. El reinado duró cinco años, pues en el 2015 vendió su 70 % en la teleco a la vasca Euskaltel. Con esa operación, el control de la compañía con sede en A Coruña volvió a manos nacionales, pues la operadora de Derio (cerca de Bilbao) pertenecía al banco Kutxabank, resultado de la fusión de las tres cajas de ahorro del País Vasco. Pertenecía porque otro fondo de inversión, Zegona, británico como CVC, se acaba de salir con la suya al convertirse en el primer propietario de Euskaltel y, por tanto, de R, y también de la asturiana Telecable.
Llevaba meses tramando el asalto al poder y lo ha conseguido comprando acciones poco a poco en bolsa. Zegona acaba de comunicar que posee ya el 20,945 % del grupo Euskaltel, por delante de Kutxabank, que pasa a segunda posición con el 19,882 %.
Zegona asume el control del grupo año y medio después de que entrar en el accionariado tras venderle a Euskaltel la cablera asturiana Telecable.
Este baile de sillas en el consejo de administración se produce además en pleno proceso de fusión por absorción de R sobre Telecable, que provocará la desaparición de la segunda como compañía independiente dentro del grupo y su integración en la teleco gallega.
Javier Gómez, presidente del comité de empresa de R, señaló que el asalto de Zegona al primer puesto del accionariado es un «motivo más de inquietud» para la plantilla, porque puede conllevar cambios también en la organización y estructura del grupo.
Los trabajadores llevan meses con el alma en un puño porque suenan tambores de venta. Primero, que si Orange andaba detrás de la gran cablera del norte. Y después, que si la fusión de R y Telecable allanaba el camino para su posible venta conjunta a un competidor. Ambas compañías formarán una sociedad que contará con una plantilla conjunta de 361 trabajadores y una cartera de 355.000 clientes.
De momento, de venta, nada de nada. Pero el grupo Euskaltel lleva meses inmerso en un mar de movimientos sospechosos para los sindicatos. Para más inri, saltaron a la palestra las fuertes discrepancias internas sobre el rumbo que debe tomar el grupo, alimentadas por Zegona, que proclamó a los cuatro vientos su descontento con la gestión de la operadora. Ahora tiene el mando.
Que viene Virgin
Según cuenta la agencia Efe, en la última junta de accionistas, celebrada el pasado día 1, el representante de Zegona ni siquiera acudió a la reunión. La dirección de Euskaltel apostó en la junta por seguir con su propio plan estratégico, y con la expansión por los mercados limítrofes: opera ya en Navarra, León (aquí con la marca R), Cantabria, La Rioja y Cataluña. En cambio, la intención de Zegona parece ser utilizar a Euskaltel como entrada de la marca Virgin para toda España. De hecho, el grupo Virgin ha sido uno de los dos (el otro es Barclays) que han prestado dinero a Zegona para comprar acciones de Euskaltel. Los fundadores del fondo de inversión proceden del grupo presidido por Richard Branson.
Mientras, que Kutxabank haya quedado relegada a la segunda posición como accionista de la teleco vasca ha sentado regular en el seno del Gobierno de esa comunidad. Su portavoz, Josu Erkoreka, espera que el triunfo de Zegona no afecte «negativamente» al arraigo de la empresa en el País Vasco y al mantenimiento de la actividad y el empleo.
Erkoreka avanzó que lo «más prudente, oportuno y correcto» ahora es comprobar el «alcance y contenido de la operación, cómo se manifiesta, qué consecuencias tiene y de qué manera se expresa». «Y, en función de eso, después decidir si procede o no, si es pertinente o no adoptar alguna decisión como institución pública en relación con el devenir societario de esta empresa», añadió.