La prolongación de la jornada, con 11.500 millones de coste en España, afecta a un millón de asalariados
03 jul 2019 . Actualizado a las 21:24 h.Las empresas se ahorraron el pasado año más de 11.500 millones de euros por la prolongación no retribuida de la jornada laboral, según un estudio de Comisiones Obreras sobre el fenómeno, presentado este miércoles por su secretario general, Unai Sordo. El cálculo, realizado tomando los microdratos trimestrales de la Encuesta de Población Activa (EPA), incluye tanto las extensiones de la jornada pactada que se convierten en habituales como las horas extraordinarias realizadas.
En su informe, el sindicato apunta que durante el 2018 algo más de un millón de personas (1.046.000 concretamente) que trabajaron a jornada completa tuvieron una jornada efectiva superior a la pactada o, lo que es lo mismo, casi el 8 % de la población asalariada a tiempo completo prolongó semanalmente su jornada por encima de lo acordado y sin retribución alguna. Esto se traduce en un exceso medio de 10,5 horas a la semana, sin que se pague ni cotice por ello.
«Una forma de precariedad y fraude», según Sordo
«La prolongación no retribuida de jornada es una de las formas más importantes de precariedad laboral y de fraude a la Seguridad Social», sostuvo Sordo, poniendo sobre la mesa más datos, como que cada semana se trabaja una media de 11 millones de horas por encima de la jornada pactada y declarada, que equivalen a 276.000 puestos de trabajo de 40 horas semanales.
El estudio también desvela que el perfil de los trabajadores más afectados por el exceso de horario no pagado se corresponde con el de un varón (65 %), con una jornada laboral pactada de 40 horas (el 70 %), con una edad de entre 30 y 49 años (63 %) y contrato indefinido (82 %), que trabaja en el sector servicios (74 %) desempeñando ocupaciones técnicas y profesionales (42%). Sobre este último aspecto, Sordo destacó que el perfil de la persona que trabaja más horas de las pactadas «no se ajusta» al que se suele asociar con la precariedad -principalmente trabajadores de la hostelería y el comercio- y evidencia que esta se está extendiendo con fuerza a actividades o segmentos que, a priori, se consideraban a salvo.
Galicia, con 675 millones, es la quinta comunidad con mayor coste laboral por horas no pagadas
El fenómeno no es homogéneo, como lo prueba que Madrid sea la comunidad con mayor coste laboral asociado al exceso horario no retribuido: concentra 3.211 millones de euros del total, el 28 %. Le siguen, a distancia, la Comunidad Valenciana (1.514 millones), Cataluña (1.565) y Andalucía (1.423 millones), mientras que Galicia se coloca en el quinto lugar del ránking, con un coste anual estimado en 675 millones de euros.
Por sectores, la hostelería es la que concentra el fenómeno con mayor intensidad, ya que el sindicato estima que sus trabajadores exceden una media de 13,6 horas semanales la jornada pactada. Con 13,3 y 13,1 horas respectivamente, le siguen la agricultura y ganadería y transporte y almacenamiento. Sin embargo, si lo que se analiza es el coste laboral no pagado por la extensión de la jornada encabeza el listado la industria manufacturera, con 1.772 millones de euros (el 15 % del total), seguida de los servicios financieros y seguros (el 12 % del total y 1.415 millones), el comercio (11 % y 1.299) y la hostelería (1.027 millones y un 9 % del total).
CC.OO. reivindica la necesidad del registro de jornada
El líder del sindicato subrayó, durante la presentación del informe, que los datos «avalan» la necesidad de la reciente implantación del registro obligatorio de la jornada laboral, un avance que, sin embargo, no satisface las pretensiones de las organizaciones de trabajadores. Defendió la necesidad de que las empresas desarrollen un sistema efectivo, adecuado a sus particularidades, pactándolo dentro de la negociación colectiva, al tiempo que afeó a la patronal las críticas a la nueva exigencia normativa, a la que «ridiculizaron y tacharon de obsoleta, con un epílogo un tanto estrambótico por parte de la CEOE, diciendo que son los empresarios los que se están dando cuenta de que sus empleados les deben horas de trabajo».
Sordo subrayó que se está confundiendo el registro de la jornada con el control presencial en el puesto de trabajo. «No es lo mismo», insistió, dejando claro que «el registro de jornada no es incompatible con la jornada flexible». «Esto no va solamente de fichar», argumentó, defendiendo el registro de la jornada como impulso para regular el teletrabajo y el derecho de los trabajadores a la desconexión digital.