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Gerardo Pérez Giménez: «Si sigue cayendo la venta de coches se van a resentir miles de empleos»

Manoli Sío Dopeso
M. Sío Dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

FACONAUTO

«La clave no está en matricular muchos eléctricos, sino en achatarrar», afirma el presidente de Faconauto, la patronal española de los concesionarios

28 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El mercado del automóvil suele ser un indicador infalible del estado económico de un país. Pero esta vez el termómetro falló. La economía española sigue creciendo (un 2,3 % este año, según el FMI), y la cifra de ocupados sigue subiendo (un 2,4 % hasta junio, según la EPA), pero las ventas de coches suman ya diez meses consecutivos de caída (en Galicia el descenso es del 14,7 % en lo que va de año). Gerardo Pérez Giménez preside Faconauto, la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción, un sector que facturó 46.240 millones de euros en el 2018 y emplea a 162.000 personas. Pero tal como va la cosa, con las matriculaciones cayendo también en julio, se encamina a un ajuste laboral, o así lo ve el máximo representante del sector.

-Si no hay ventas, sobran vendedores. Si ya están preparando ajustes, ¿es que no confían en una recuperación del mercado?

-Ahora mismo, después de diez meses perdiendo ventas, la contratación es cero. Si siguen cayendo las ventas se van a resentir miles de empleos. Necesitamos un mercado estable, de 1,5 millones de coches vendidos al año para mantener el empleo. Al ritmo actual, es muy probable que se pierdan entre 100.000 y 150.000 matriculaciones, con lo cual los concesionarios tendrán que recortar sus estructuras.

-Hablan de un ajuste de entre 3.000 y 5.000 puestos de trabajo. Por esa regla de tres, a Galicia le corresponderían casi 300 bajas, a no ser que el nuevo renove, que empezó el pasado miércoles, haga un milagro.

-Hay una caída de las ventas que no está en consonancia con la situación general del mercado ni del consumo, y eso tiene que ver con la incertidumbre. Los compradores están confundidos, no saben qué coche comprar, y aguantan con el que tienen. El plan de ayudas de la Xunta es muy positivo, porque lanza un mensaje de certidumbre al decir que cualquier tecnología actual y moderna es válida y el Gobierno autonómico la apoya. Y, además, obliga al achatarramiento, que es muy importante para evitar reutilizar los coches viejos.

-En realidad, solo se bonifican la quinta parte de los coches que están a la venta, los que emiten menos de 120 gramos de CO2 por kilómetro. Hay concesionarios gallegos que creen que el plan podría ser más ambicioso.

-Es un plan que intenta fomentar las energías más limpias posibles. Hay que hacerlo así, sobre los modelos más eficientes. ¿Podría ser más ambicioso? Mire, el sector necesita medidas como la planteada por la Xunta de Galicia para revertir la tendencia negativa que viene arrastrando el mercado y devolver la tranquilidad al comprador.

-¿Por qué no han sido capaces de conseguir un plan nacional de achatarramiento, como el PIVE, que tuvo 8 ediciones?

-No fue fácil, porque cuando este Gobierno llegó se encontró con un mercado del automóvil pujante. Pero cuando puso en duda cierta tecnología comenzó la caída del mercado. Ahora, la falta de un plan nacional es la muestra de la paralización que vive el país. El Gobierno no hace nada porque no tenemos Gobierno. No me cabe duda de que, cuando la situación política lo permita, habrá medidas de calado.

-¿Quiere decir que cuando haya Gobierno habrá un plan nacional?

-A estas alturas todo el mundo está de acuerdo en que la clave no es vender muchos coches eléctricos, sino achatarrar. Y en eso estamos. El Gobierno puso en marcha un plan Moves para incentivar la compra de coches eléctricos que no ha funcionado, porque se pone como requisito la entrega de un vehículo de más de diez años de antigüedad y normalmente ese perfil de comprador no puede tener acceso por precio a un coche eléctrico, incluso con ayudas. Solo el 17 % de los conductores se pueden permitir esta posibilidad.

«Es muy probable que el precio de los coches suba»

Gerardo Pérez opina que existe un desajuste entre la realidad del mercado español y los recursos dedicados a desarrollar un plan de descarbonización del parque automovilístico.

-No es solo España. Europa está siendo implacable con las emisiones de los vehículos, pero parece que ha cogido a todo el mundo por sorpresa: fabricantes, vendedores, mercado...

-La llegada real al mercado de los vehículos de bajas emisiones será clave para lograr reducciones significativas de CO2, pero pasa por la disponibilidad de la infraestructura de recarga. Todo apunta a que la llegada del vehículo eléctrico se acelerará impulsado por las exigencias medioambientales europeas. Pero, al mismo tiempo, la tecnología de combustión es todavía el presente, y hay que trabajar con ella para asegurar nuestra movilidad en este período de transición.

-¿Y cómo lo vamos a pagar los consumidores?

-Los coches van a tener que cumplir unas mayores exigencias, y es muy probable que el precio suba en un futuro próximo. Lo ideal es que el coche eléctrico vaya bajando, mientras los coches menos eficientes suben, hasta llegar a equipararse.

-Mientras, las ofertas de los concesionarios y las automatriculaciones tiran hacia abajo de los precios.

-Bien gestionados, los kilómetro cero, que buscan muchos clientes, resultan un buen negocio. El límite estaría en un 5 % de las operaciones del concesionario. Lo que no pueden es convertirse en un cajón donde esconder la caída del mercado o la ineficiencia. En el último año las automatriculaciones para cumplir objetivos rondan el 10 y el 15 %.

«No me cabe duda de que cuando la situación política lo permita habrá medidas de calado»

«La caída del mercado comenzó cuando el Gobierno puso en duda ciertas tecnologías»