La Comisión Europea relaja las reglas de déficit y deuda a los países del euro más afectados
13 mar 2020 . Actualizado a las 22:19 h.Empezó siendo una gripe y va camino de convertirse en un agente biológico letal. Al menos para la economía. Y eso porque la veloz propagación del coronavirus ha obligado a Gobiernos como el italiano y el español a poner en cuarentena a ciudadanos y empresas. Un confinamiento que tendrá efectos devastadores sobre el crecimiento.
Eso es lo que augura la Comisión Europea: «Tendrá un impacto económico enormemente negativo», reveló ayer en un informe en el que admite que la UE podría entrar en recesión con un desplome del PIB de un 1 %, cuando estaba previsto un crecimiento del 1,4 %.
Sectores como el turismo, el transporte o el comercio minorista aguantan la respiración y empiezan a hacer cuentas. La ansiedad empieza a hacer estragos. Ya lo sufrieron las bolsas el jueves, cerrando la jornada más negra de la historia para el Ibex 35. Pero los ojos del Ejecutivo comunitario están puestos en las pymes y en los empleados sobre los que pende la amenaza de despidos.
Liquidez y flexibilidad
Para poder aliviar la asfixia en la que están sumidos algunos Ejecutivos, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció ayer un plan de inyección de hasta 37.000 millones de euros procedentes de fondos europeos. De esa hucha, España podrá desembolsar hasta 4.145 millones para comprar equipos médicos y material sanitario, insuflar liquidez a las pymes y compensar a los trabajadores que sean despedidos o que se vean obligados a renunciar a una parte de su sueldo por la reducción de la actividad.
No solo se extenderán cheques a las capitales para afrontar la emergencia sanitaria, Bruselas también ha decidido relajar las reglas de déficit y deuda para los países del euro más afectados, entre ellos Italia y España. Cualquier gasto público que se ejecute para luchar contra la pandemia no computará a la hora de hacer balance. «Aprovecharemos todos los instrumentos de estabilidad para cubrir las espaldas a todos los Estados miembro», prometió ayer Von der Leyen. Por el momento, los objetivos no se suspenden, pero el vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis, abrió la mano a hacerlo «sin dudar y en cualquier momento» en caso de que se experimente un «grave golpe económico a la eurozona».
También habrá manga ancha y celeridad con las ayudas de Estado, que algunos países como Dinamarca han empezado a aprobar para compensar las pérdidas por las cancelaciones de eventos de más de 1.000 personas. «Los países tienen margen para suspender temporalmente la fiscalidad a las empresas, los pagos de IVA...Pero debemos hacer más. Pueden compensar perjuicios por el brote y dar liquidez a sectores como el turismo, el transporte, los hoteles o los restaurantes. Hay Estados miembro que, probablemente, necesitarán conceder yudas estatales a gran escala para alimentar la economía, países que están sufriendo una situación muy difícil», defendió la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager.
Algunos países no han querido esperar a la lenta reacción de Bruselas y se han adelantado anunciando sus propios planes de estímulo. En el caso de Italia ascienden a 25.000 millones de euros. En España, el Gobierno de Sánchez ha reservado 14.000 millones.
Desconfianza
«Si la situación evoluciona estamos dispuestos a hacer más. Haremos todo lo que haga falta para apoyar a los ciudadanos y a las economías europeas», aseguró Von der Leyen para tratar de infundir confianza después del descalabro bursátil que se produjo el jueves en los parqués tras la comparecencia de la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde. El ansiado paquete de estímulos de Fráncfort no solo decepcionó a los mercados, sino que generó enormes dudas entre los inversores en torno a la capacidad de la francesa y de la zona euro en su conjunto de mantener la moneda única a flote con esta nueva crisis.
Mascarillas
La polémica que suscitaron las restricciones de Alemania y Francia a la exportación de mascarillas a otros países de la UE se ha saldado con un tirón de orejas de la Comisión Europea y con los Ejecutivos de ambos países reculando. Según anunció Von der Leyen este mediodía, tanto Berlín como París adaptarán sus planes para no interrumpir el suministro dentro del mercado único, especialmente hacia aquellos países con sistemas sanitarios en situación de estrés extremo: «La Comisión está tomando las medidas necesarias para asegurar el suministro adecuado a los equipos de protección y estamos evaluando los stocks para incrementar su disponibilidad», explicó la alemana antes de instar a los países europeos a que no tomen decisiones unilaterales: «No es bueno que lo hagan, eso puede provocar un efecto dominó e impide que los equipos lleguen a los hospitales. Sería como reintroducir fronteras interiores en el momento en el que más falta hace la solidaridad entre Estados».