PSA Vigo deja de fabricar 75.000 coches y da por perdida su producción récord

ECONOMÍA

Cada día de cierre deja de hacer 2.358 unidades, mientras el mercado europeo se hunde
07 abr 2020 . Actualizado a las 14:41 h.PSA Vigo fabricó su último coche antes de cerrar las instalaciones y pedir un ERTE para sus 7.400 trabajadores el pasado 18 de marzo. El ritmo de producción era de 2.358 unidades al día, lo que eleva a 45.000 las que se han dejado fabricar en estas tres semanas de confinamiento decretado por la epidemia del coronavirus.
La planta gallega fue la última de las 11 factorías de vehículos implantadas en España que paró la actividad, y los planes de la multinacional francesa apuntan a que será la primera en reactivar la producción. El comité de empresa trabaja con la idea del 20 de abril como fecha de referencia para el arranque de máquinas, mientras que el resto de las multinacionales con plantas en España sitúan la vuelta al trabajo en la primera semana de mayo.
Si el plan de PSA no sufre una demora, cuando el grupo francés ponga de nuevo en marcha las líneas de montaje, la factoría gallega habrá dejado de producir 75.500 vehículos, una cifra que aleja a la planta viguesa del objetivo de récord de producción marcado para este año, en el que estaba previsto superar las 600.000 unidades fabricadas.
La posibilidad de alcanzar este hito no solo se desvanece por una pérdida de actividad difícilmente recuperable, dado el saturado ritmo de producción programado en los cuatro turnos (mañana, tarde, noche y fin de semana). También pesa sobre ese objetivo la fuerte caída de las ventas en los principales mercados europeos a los que PSA Vigo destina los coches que fabrica.
Las ventas en los cinco grandes mercados europeos han bajado un 55,59 % en marzo debido a la crisis del coronavirus, lo que ha dejado a España con el tercer peor resultado: una caída del 69,48 % respecto al año anterior.
Europa preocupa
El más impactado por el frenazo ha sido Italia, el país en donde primero se pusieron en marcha las medidas de paralización de la producción. Ha registrado un 85,4 % menos de ventas. El segundo más perjudicado ha sido Francia, con un -72,2 %. El Reino Unido y Alemania también se resienten del impacto. El primero ha visto descender las matriculaciones un 44,4 %, y el mercado germano retrocedió un 37,7 %.

Cierran las fábricas de coches y con ellas toda la red de multinacionales de componentes. En Galicia, las cerca de 120 empresas proveedoras de PSA Vigo están sin actividad y con sus 12.000 trabajadores en el paro de forma temporal. Su calendario de trabajo es el mismo que el de la factoría viguesa. «Cuando las plantas de fabricación de vehículos reanuden el trabajo, los proveedores haremos lo mismo con la ventaja de que, al ser empresas globales, podremos ir recuperando nuestra actividad en la medida en que nuestros mercados vayan reactivándose», afirma Sernauto, la patronal de los proveedores.
Máxima preocupación
La preocupación sobre cómo va a reabrir el mercado preocupa. «Tras la caída de facturación que prevemos para el primer trimestre, superior al 20 %, nos preocupa el segundo trimestre, suponemos que será muy superior. Dependerán tanto de la duración de la situación de estado de alarma como de la dinámica de recuperación de la producción y del mercado», advierten desde Sernauto.
Las fábricas españolas piden un plan para el día después
Los fabricantes de vehículos en España han presentado expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) para más de 60.000 trabajadores. Antes incluso de que se decretara el estado de alarma, las patronales ya reclamaron al Ejecutivo la apertura y habilitación de un fondo extraordinario de ayudas al sector de la automoción (representa el 10 % del PIB y el 9 % de la población activa) para la recuperación industrial y la reactivación del mercado.
El presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), José Vicente de los Mozos, no se cansa de pedir al Gobierno que se ponga en marcha para empezar a trabajar en el día después de la crisis del coronavirus.
Reclama un «plan de choque» con la participación ded todas las Administraciones que facilite la reactivación de las fábricas e incentive la demanda. La estrategia «debería de permitir recuperar las ventas y dar certidumbre a los usuarios, a través de estímulos a la compra alineados con nuestros objetivos de descarbonización del parque y renovación», ha manifestado.
Fabricantes y concesionarios (Faconauto) van unidos en la reivindicación, y coinciden en la necesidad de un plan de achatarramiento de vehículos antiguos con una discriminación positiva para los de cero emisiones.
Un Pive de rescate
La edad media del parque de automóviles español es de 12 años (13 en Galicia). La propuesta pasa por revivir el famoso Plan Pive. «Eran entre 750 y 1.000 euros si era un vehículo normal y llegaba a 3.000 o 4.000 euros si era un coche eléctrico. Tenemos que copiar esa historia de éxito», dice el sector.
La actividad de los concesionarios cesó totalmente cuando se declaró el estado de alarma, tanto en su parte comercial como en posventa (salvo los servicios de urgencia).
Faconauto prevé que los concesionarios dejarán de facturar 2.500 millones de euros debido a la crisis del COVID-19 y que se presentarán ERTE por causa de fuerza mayor que afectarán a unos 151.000 trabajadores en toda España, mientras que otros 10.000 se mantendrán operativos para atender las peticiones urgentes. En Galicia los 100 concesionarios y sus 6.500 trabajadores están en regulación de empleo.
