Este mecanismo provocó disensiones entre el ministro Escrivá y el vicepresidente Pablo Iglesias
16 abr 2020 . Actualizado a las 08:43 h.El Gobierno ha acelerado el ritmo para poner en marcha, lo antes posible, el prometido ingreso mínimo vital. De hecho, este mecanismo ya tiene fecha marcada en el calendario. Según fuentes de Moncloa, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se emplazaron ayer a hablar de la medida y los tiempos y acordaron su puesta en marcha ya desde el próximo mes de mayo.
La renta mínima vital ha sido fuente de discrepancias entre el vicepresidente Pablo Iglesias y el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migración, José Luis Escrivá. La prestación había generado una grieta en el seno del Ejecutivo. Y es que mientras que Podemos defendía poner en marcha una ayuda provisional mientras se aprobaba la definitiva, el PSOE rechazaba de base este planteamiento y apostaba por trabajar de lleno en un mecanismo a largo plazo. La fumata blanca finalmente llegó. Y lo hizo tras una reunión celebrada este martes entre Sánchez e Iglesias, que acordaron dejar a un lado las ayudas de carácter temporal, centrar los esfuerzos en el mecanismo definitivo y acelerar los trámites para que se estrene ya en mayo.
Todavía se desconocen las cifras exactas, pero según los cálculos que manejan en el Ministerio que dirige Escrivá, un millón de hogares podrán beneficiarse de este balón de oxígeno.
El ministro de Seguridad Social ya había adelantado la inminencia de esta ayuda durante la comisión del ramo que se celebró este miércoles en el Congreso. Allí reconoció que era cuestión de «semanas» y desgranó algunos de sus detalles. En primer lugar, puso alguna cifra sobre la mesa que permite dar cuenta de cuántas familias podrán verse favorecidas por esta ayuda. Según sus cálculos, un 10 % de los beneficiarios (en concreto, entre 90.000 y 100.000) serían familias monoparentales. Con este dato, se puede calcular que el número final de beneficiarios rondará el millón. Eso sí, son cifras todavía provisionales. Lo admitió el propio Escrivá que reconoció que no cuenta con toda la información que le requieren los grupos de la oposición porque sus funcionarios están diseñando este «reto» en «tiempo récord». Lo que sí indicó es que se está trabajando para que se pueda poner en marcha «en semanas» y que llegue «a quien tiene que llegar».
Además, aquellos que ya disfruten de ayudas similares en sus comunidades autónomas podrán complementar sus ingresos con el que aprobará el Gobierno. No será excluyente, sino complementario al resto de subsidios autonómicos. El objetivo es acabar con la pobreza extrema que viven muchas familias del país, un porcentaje que el propio Escrivá reconoció que es «de los más altos de Europa».
Una medida que iba para largo
Los plazos se han acelerado. Y mucho. Porque desde el propio Ejecutivo se había advertido que la implantación del ingreso mínimo vital se podría alargar en el tiempo debido a su complejidad. Esta demora era la que había provocado las principales divisiones entre la rama de Podemos y la del PSOE. El vicepresidente Pablo Iglesias había expuesto la posibilidad de implantar un mecanismo semejante y de carácter temporal mientras el definitivo no llegaba.
El empeño de Iglesias en poner en marcha este mecanismo lo antes posible incluso llevó al Gobierno a granjearse críticas desde el sector de los empresarios. Pocas horas después de que el vicepresidente del Gobierno asegurara que contaba con el beneplácito de la patronal para aprobar el recurso temporal mientras el Ejecutivo trabajaba en la renta mínima definitiva, la CEOE y Cepyme se apuraban a desmentir las palabras de Iglesias y negaban haber mantenido contactos con él. Ambas incluso llegaron a acusar al Gobierno de «manipulación interesada y deslealtad» y aseguraban sentirse «presionados para dar apoyo a una propuesta de partido, que nada tiene que ver con un acuerdo consensuado en lo que debería ser el cauce habitual con los interlocutores sociales».
Las cosas han cambiado. El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migración toma las riendas y apura los plazos para evitar tener que poner en marcha el mecanismo puente que pedía Iglesias. Así, el Ingreso Mínimo Vital, que en principio iba a ver la luz dentro de unos meses, estará listo antes de lo que muchos pensaban.
Los plazos se acortarán, pero aún así Escrivá aprovechó su comparecencia en la comisión para pedir paciencia a los partidos políticos. Y es que tal y como indicó, hay que concretar bien los términos porque, de no hacerlo, se podrá «pagar» en el futuro. A su juicio, «un buen diseño permitirá comprobar que, cuando se analicen las medidas tomadas dentro de uno o dos años, se haya logrado el fin que se pretendía», es decir, en este caso «reducir la pobreza extrema».