Parter no convence ni a Xunta ni a sindicatos con la reventa de las fábricas de Alcoa
ECONOMÍA
El fondo defiende ante los Gobiernos central y autonómicos la legalidad de la operación con Riesgo
28 abr 2020 . Actualizado a las 22:43 h.Hace unas semanas, el fondo suizo Parter anunció la reventa de las fábricas que le había comprado a Alcoa el verano pasado. La operación dejó boquiabiertos a los trabajadores de las plantas de A Coruña y Avilés, pues su nuevo dueño había adquirido unos compromisos con la multinacional del aluminio para mantener empleo y aplicar un plan industrial al menos durante dos años. En cambio, traspasa la gestión a los nueve meses, aunque las negociaciones para ello comenzaron a las pocas semanas de firmar con Alcoa.
El nuevo comprador es el grupo industrial Riesgo, que asegura que asume esas obligaciones y que llega para quedarse largo tiempo. Riesgo fue uno de los candidatos a adquirir las instalaciones, pero fue descartado por Alcoa porque albergaba dudas sobre su solvencia.
La primera venta de las fábricas fue supervisada por el Ministerio de Industria, que también aseguró desconocer la segunda operación, aunque sí admitió contactos con Parter en febrero pasado en los que el fondo le comunicó que negociaba la entrada de otro socio. Así que la Dirección General de Industria decidió convocar aquella mesa de seguimiento que supervisó la llegada de Parter para que el fondo diese explicaciones y despejase dudas. Este martes por la tarde se sentaron delante de un ordenador para seguir la cita telemáticamente representantes de los sindicatos, de los Gobiernos autonómicos de Galicia y Asturias, del ministerio y de Parter. Y la Consellería de Industria, al menos, salió como entró. Con las mismas dudas. Ya que, al término del encuentro virtual, fuentes de ese departamento dirigido por Francisco Conde explicaron que le habían pedido al Gobierno central que «tome a iniciativa e aclare a situación da planta coruñesa, explicando cal é a realidade para garantir a viabilidade da empresa e asumindo así todos os compromisos».
Fuentes próximas a la comisión explicaron que el fondo suizo se limitó a defender la operación y a que esta cumplía los acuerdos firmados hace unos meses con Alcoa.
Por lo que se ve, Parter no convenció a casi nadie. Tampoco a los sindicatos. Víctor Ledo, responsable de Industria de CC.OO. en Galicia, salió de la reunión decepcionado porque el fondo suizo «non despexou ningunha incertidume». Ledo reprochó que ni Alcoa ni Riesgo participaran en el encuentro para dar detalles. El sindicalista, además, se mostró decepcionado con el secretario general de Industria, Raúl Blanco, quién dio por buenas las explicaciones de Parter y se comprometió a realizar un seguimiento de las fábricas revendidas y de los compromisos adquiridos de mantenimiento de empleo.
Blanco, según Ledo, se negó de plano a aceptar la propuesta del presidente del comité de A Coruña, Juan Carlos López Corbacho, para que el Ejecutivo se implicase en la gestión de Alu Ibérica —nombre de la sociedad bajo el que operan las plantas una vez adquiridas por Parter y que mantendrá con Riesgo— entrando en el capital. El secretario general de Industria contestó que eso era una nacionalización y que no se iba a hacer.
Representantes del nuevo propietario de las instalaciones visitaron la planta de Asturias y mantuvieron contactos con el Principado. Sin embargo, no han hecho lo mismo con Galicia. Víctor Ledo aclaró que Riesgo había afirmado que había presentado un plan industrial en la Xunta, pero el conselleiro de Industria negó tal extremo en la reunión.
Durante la mesa, el conselleiro Conde hizo hincapié en la urgencia de que «se resolvan todas cuestións que provocan que os traballadores leven meses en vilo», en referencia esta vez a la aprobación, por parte del Ejecutivo central, del estatuto del consumidor electrointensivo. Este documento garantizaría medidas de compensación a la industria por el precio eléctrico y facilitaría a los dueños de las plantas que eran de Alcoa retomar la fabricación de aluminio primario. La Xunta recordó que el sector electrointensivo gallego da empleo a unos cinco mil operarios.