Luis Castro Valdivia: «El canon eólico debería desaparecer»

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

ANGEL MANSO

La empresa gallega de renovables Ecoener ha cambiado Galicia por Canarias, donde invertirá 400 millones en plantas renovables

23 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Luis Castro Valdivia (Ceuta, 1963) asistió al nacimiento de la industria del viento en Galicia y participó en aquellos convulsos años que sucedieron al concurso eólico del 2009 del bipartito PSOE-BNG, anulado poco después por el PP, y que provocó un aluvión de denuncias de promotores. Él fue uno de ellos. Pero todo ha quedado en el pasado, aunque su empresa, Ecoener, lleva años volcada en el desarrollo de proyectos eólicos fuera de Galicia, particularmente en Canarias.

-¿Qué proyectos maneja en Canarias?

-En el 2017 construimos dos parques eólicos, que conforman el complejo más grande de las islas, y estamos ejecutando otros cinco. En desarrollo tenemos otros 220 megavatios eólicos y fotovoltaicos. El 25 % de la potencia instalada en Canarias sería nuestra. La inversión total alcanzará los 400 millones.

-¿Por qué se han volcado en Canarias y no en Galicia, por ejemplo?

-Los dos primeros parques los construimos gracias al cupo canario, una retribución a la inversión que ya no existe, pero que generó muchas expectativas, aunque finalmente solo se ejecutaron setenta megavatios con esa retribución. Canarias tiene mucha dificultad administrativa y logística, aunque son proyectos muy agradecidos porque tiene unas condiciones naturales muy favorables, el recurso es elevado, los parques tienen de 3.500 a 4.000 horas de viento, las de sol son de 2.300 a 2.400, mientras que en los mejores sitios de la península, de 2.200. Otra ventaja es el sistema fiscal, más favorable que en la península.

-¿Tiene menos impuestos?

-Los tiene casi todos, pero no hay canon eólico, por ejemplo, y eso es muy importante, porque distorsiona mucho la rentabilidad de los parques. Por contra, las instalaciones son pequeñas, lo que eleva su coste, y no hay expropiación forzosa, tienes que llegar a un acuerdo con los propietarios. Por todo esto los parques en Canarias son como un 15 % más rentables que en la península.

-El canon eólico gallego habría que eliminarlo entonces.

-No puedo compartir el canon eólico. Se instauró en un momento en el que había una retribución y podía tener sentido introducir una corrección a los ingresos para proteger el entorno, pero hoy ya no es así. Debería desaparecer.

-O sea, que de volver a invertir en Galicia nada.

-En Galicia tenemos dos parques eólicos construidos en el 2007 y otro en cartera, que está autorizado. También contamos con varias minihidráulicas. No creemos en el actual sistema eléctrico, hay mucha inestabilidad regulatoria que no nos favorece. No somos una gran empresa con una capacidad de financiación ilimitada, queremos unas rentabilidades adecuadas y estabilidad. No tenemos ninguna obsesión por tener más megavatios que nadie, ni por participar en ninguna carrera. Preferimos tener menos con una rentabilidad adecuada. Nuestra filosofía es ir paso a paso, con tranquilidad y visión a largo plazo. En España esto no lo vemos, hay otros sitios más atractivos.

-¿Por ejemplo?

-Tenemos desarrollos previstos en Panamá, República Dominicana y los Balcanes. Ya contamos con una hidráulica en Guatemala y una planta fotovoltaica en Honduras que están funcionando y una comercializadora de energía para toda Centroamérica. Somos una empresa que comenzó a internacionalizarse en el 2005.

-¿Cuáles son las principales cifras de Ecoener?

-Tenemos a medio centenar de personas en plantilla y el año pasado alcanzamos una facturación de 35 millones y un ebitda de 25 millones.

-¿Qué le parece el modo en que se ha desarrollado el sector eólico en Galicia?

-Chapucero no ha sido, todos los Gobiernos se han esforzado por impulsar las renovables, se han puesto facilidades, pero deberían procurar separar las zonas de protección de las de implantación eólica. Galicia no puede ser todo un parque eólico, tiene que haber espacios libres. La contaminación paisajística de los molinos es elevada y en zonas de protección no debería haberlos.

Los inicios del negocio en Galicia: un sector cerrado y con tensiones

El empresario gallego Castro Valdivia comenzó en el negocio renovable en 1988. «Hace 32 años no se hablaba de eólica, se empezaban a instalar las primeras torres de medición», recuerda. Los inicios del negocio eólico fueron moviditos. «Era un sector cerrado, casi monopolístico por zonas, y eso generó tensiones de todo tipo», y luego llegaron los dos concursos eólicos de la Xunta. Castro Valdivia se presentó al primero, al del bipartito, pero su proyecto quedó excluido y el empresario denunció. La Justicia acabó dándole la razón y fue indemnizado. «Hubo una sentencia que dice que se nos discriminó en ese concurso, pero no queremos polémicas con esto», aclara. «Todo está superado», asegura. En alianza con otras empresas, Ecoener concurrió luego al concurso del 2010 del PP, en el que obtuvo un parque eólico que espera empezar a construir el próximo año.

El empresario se confiesa poco dado a aventuras en el negocio renovable, es decir, apuesta por la eólica tradicional (terrestre) y la fotovoltaica. De biomasa o de molinos de viento en alta mar no quiere saber nada. «No vamos a hacer un parque eólico marino mientras tengamos la posibilidad de hacerlo en tierra. Tenemos en perspectiva convertirnos en el principal actor en energías renovables y no queremos más que esa posición», manifiesta Castro Valdivia. Además, «la biomasa no me llama la atención como energía renovable, requiere un volumen de trabajo directo, y es dudoso que sea beneficiosa para el medio ambiente».