Aunque las quinielas emparejaban a Bankia, marca nacida en el 2010, con otras entidades españolas, entre ellas el Sabadell, finalmente ha sido CaixaBank la que ha dado el paso al frente. Estos han sido los últimos movimientos de ambos bancos
04 sep 2020 . Actualizado a las 09:06 h.Con una larga lista de adquisiciones a sus espaldas, especialmente en la última década, CaixaBank ha reactivado su política de adquisiciones y ha anunciado que estudia su fusión con Bankia, operación que, de materializarse, daría lugar al primer banco en España, con unos activos de más de 664.027 millones de euros. Aunque las quinielas emparejaban a Bankia con otras entidades españolas, entre ellas el Sabadell, finalmente ha sido CaixaBank la que ha dado el paso al frente y ha iniciado negociaciones con el banco que preside José Ignacio Goirigolzarri para analizar una posible fusión por absorción.
Ello, pese a que el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha afirmado en los últimos meses de forma reiterada que su banco no apostaba por protagonizar nuevas fusiones y que estaba centrado en crecer de forma orgánica.
En el 2011 el negocio bancario de La Caixa pasó a llamarse CaixaBank, un banco que ha ido creciendo en los últimos años gracias, en parte, a una larga lista de adquisiciones llevadas a cabo, principalmente, durante la anterior crisis financiera, como recuerda Efe. La propia entidad La Caixa se originó en el año 1990 fruto de la fusión de la Caja de Pensiones (Caixa de Pensions), fundada en abril de 1904, y la Caja de Barcelona (Caixa de Barcelona), creada en 1844.
La integración de ambas cajas en una sola entidad fue aprobada un poco antes, el 3 de noviembre de 1989, por los consejos de administración de las dos entidades de ahorro, cuyo valor en ese momento era de 3,7 billones de pesetas (22.237,4 millones de euros).
CaixaBank es actualmente el primer banco de Cataluña y una de las mayores entidades financieras del país, con unos activos de 445.572 millones de euros, 35.589 empleados y un total de 4.460 oficinas. La actual CaixaBank, presidida por Jordi Gual, debe su tamaño, en parte, a las adquisiciones que ha llevado a cabo en los últimos años.
De este modo, en el 2008 compra la división de banca privada de Morgan Stanley en España; en 2010 se hace con Caixa Girona; en el 2012 integra Banca Cívica; en el 2013 se fusiona con Banco de Valencia y en el 2015 anuncia la compra del negocio de banca minorista, gestión de patrimonios y banca corporativa de Barclays Bank en España. Por último, en diciembre del 2018, CaixaBank adquiere el 100 % de las acciones del banco portugués BPI, su última gran compra de la última década.
Gonzalo Gortázar afirmaba hace tan solo unas semanas, durante la presentación de los resultados del primer semestre, que la entidad estaba satisfecha con su tamaño y que no tenía previsto acometer nuevas operaciones corporativas. Hasta ahora.
La posible fusión con Bankia -propiedad del Estado- le situaría a la cabeza del sistema financiero español, con unos activos totales de más de 664.000 millones, y todo ello en un contexto complicado para la banca, marcado por los bajos tipos de interés y por la crisis del covid-19.
CaixaBank ha ganado 205 millones de euros en el primer semestre de este año, un 67 % menos que hace un año, tras realizar provisiones por importe de 1.155 millones por la pandemia del coronavirus.
La pandemia también ha lastrado los resultados de Bankia, que ha ganado 142 millones de euros en la primera mitad del 2020, un 64,4 % menos que un año antes, tras dotar 310 millones de euros en provisiones para afrontar la epidemia.
Bankia, una historia que nace en el 2010
El origen de Bankia se remonta a julio del 2010, cuando tuvo lugar la integración de siete cajas de ahorros (Caja Madrid, Bancaja, Caja Canarias, Caja Ávila, Caixa Laietana, Caja Segovia y Caja Rioja) en forma de un Sistema Institucional de Protección (SIP). Con este paso, el grupo resultante integraba su organización y gestión, actuando como una única entidad a efectos contables y regulatorios, y designaba a su nuevo consejo de administración, en el que Caja Madrid y Bancaja nombraron a 17 de los 21 miembros.
Sin embargo, el nacimiento de la marca comercial Bankia como tal se produjo meses después de que a finales del 2010 se crease la matriz Banco Financiero y de Ahorros (BFA), como recuerda Efe.
Con la nueva denominación comercial, la entidad resultante de la fusión de estas siete cajas protagonizó una polémica salida a bolsa en julio del 2011 que atrajo a unos 360.000 inversores y se vio empañada por la crisis económica y su impacto en los mercados financieros.
Posteriormente, y tras la reformulación de las cuentas anuales por parte de Bankia, se puso de manifiesto la situación real de la entidad, lo que acabó llevando a muchos de sus inversores a los tribunales para reclamar las cantidades invertidas.
En plena crisis económica, el Estado se vio abocado a rescatar en el 2012 a algunas entidades financieras. Así, en mayo de ese mismo año, el Estado nacionalizó el 100 % de BFA, convirtiéndose en el principal accionista de Bankia.
Ese mismo día, el hasta entonces presidente de Bankia, Rodrigo Rato, presentó su renuncia y abrió el camino al frente de la entidad a José Ignacio Goirigolzarri, que ya atesoraba una gran experiencia al haber desempeñado el cargo de consejero delegado en el BBVA.
Entre el 2012 y el 2013, el grupo BFA-Bankia recibió 17.959 millones de euros de ayudas públicas, que se sumarían a los 4.465 millones inyectados en 2010, elevando el total a 22.424 millones de euros, según datos de la entidad.
La llegada de Goirigolzarri supuso una renovación en la entidad, en la que cambió tanto a su consejo de administración como a su equipo de gestión y abordó en el 2012 un nuevo plan estratégico a tres años enfocado a mejorar la solvencia, la eficiencia y la rentabilidad de la entidad.
Coincidiendo en el tiempo, la Comisión Europea aprobó el Plan de Reestructuración de la entidad, que imponía, según el banco, duras condiciones de ajuste de la capacidad instalada como contraprestación al desembolso de las ayudas europeas. Ello llevó a la reducción de la red de oficinas en un 39 % y de la plantilla en un 28 % hasta el 2015.
En tres años, Bankia realizó saneamientos por valor de 26.845 millones de euros.
En el 2017, y tras poner fin a su etapa de reestructuración, la entidad inició una fase de crecimiento que, tras el fin de las limitaciones impuestas por la Comisión Europea, permitió la materialización de la fusión con BMN, dando lugar al cuarto mayor grupo bancario de España.
Antes de cerrar dicho año, BFA vendió el 7 % de su participación en Bankia por 818,3 millones, que se unió a la colocación del 7,5 % llevada a cabo en 2014 por 1.304 millones de euros. Estas dos desinversiones y el pago de dividendos permitieron al banco avanzar en la devolución de las ayudas.
En un contexto marcado por la pandemia de coronavirus y las dificultades del Frob para avanzar en el proceso de privatización del banco, en el que controla el 61 % del capital, Bankia y Caixabank han confirmado este jueves que estudian una eventual fusión.
Cabe recordar que ya Caja Madrid, en la época presidida por Miguel Blesa, exploró una posible fusión con La Caixa, y años más tarde, Bankia, con Rodrigo Rato al frente, volvió a estudiar una operación con la ya renombrada CaixaBank.