País Vasco y Navarra, el modelo privilegiado de la financiación foral

Ana Balseiro
A. BALSEIRO MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Ballesteros | EFE

ERC focaliza su exigencia de armonización fiscal en Madrid pero no cuestiona el cupo vasco

27 nov 2020 . Actualizado a las 07:38 h.

La caja de los truenos que ha abierto el acuerdo del Gobierno con ERC a cuenta de la armonización fiscal no parece que vaya a afectar a todas las comunidades, sino solo a las de régimen común. Es decir, que el País Vasco y Navarra mantendrán sin cambios sus sistemas de financiación propios y a la carta, como este jueves afeaba el líder de Ciudadanos en el Parlamento Europeo, Luis Garicano, cuestionando el mantenimiento de los privilegios del concierto vasco y el convenio navarro e instando al Ejecutivo a acabar con tales diferencias, que se sustentan en razones históricas, ya que se remontan a 1878, cuando los territorios forales -hasta entonces exentos- comenzaron a contribuir a la caja común.

¿Qué tiene de especial su régimen tributario? La diferencia principal con el modelo que se aplica al resto de comunidades (Canarias, Ceuta y Melilla tienen particularidades propias) es que en las régimen común es el Estado quien recauda los impuestos y luego cede la parte correspondiente a las autonomías, mientras que en las comunidades forales, el sistema es a la inversa: son las diputaciones forales quienes, tras recaudar, hacen una aportación a las arcas del Estado (lo que se conoce como cupo) para sufragar las competencias que no han sido transferidas a la comunidad.

Las críticas a esta fórmula se centran en la opacidad del método para calcular dicha aportación, que en la práctica supone una ventaja financiera en detrimento de la Administración central y de la aportación a la solidaridad interterritorial. Asimismo, con la excepción del IVA, País Vasco y Navarra tienen mayor capacidad legislativa en materia tributaria que el resto de comunidades. Sin embargo, el líder de ERC y vicepresidente catalán, Pere Aragonès, sentenció que «la cuestión no es el régimen foral, sino la capitalidad de Madrid, que la pone en ventaja». La guerra está declarada.