En la fusión con Bankia solo resta la autorización regulatoria
03 dic 2020 . Actualizado a las 20:11 h.Dos días después de que lo hiciera la de Bankia, la junta general de accionistas de CaixaBank bendijo este jueves la fusión para crear la que será la mayor entidad financiera del país, que echará a andar jurídicamente en el primer trimestre del año y cuya integración completa culminará antes de que expire el 2021. Ahora, en el calendario de este matrimonio financiero el siguiente hito es el de su autorización por parte de los reguladores.
El presidente de CaixaBank, Jordi Gual, que se despidió de su cargo, destacó ante los accionistas que la operación se ha anticipado a las exigencias del entorno en «una nueva ola de reestructuración» del sector. Y recordó la «enorme presión» a la que están sometidas las entidades europeas, en un entorno adverso en el que los tipos bajos, la digitalización y los nuevos competidores, así como las mayores exigencias regulatorias, provocan una rentabilidad menguante del negocio.
Igual que su homólogo de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, hizo el martes, Gual alabó la integración de los dos bancos, augurando que será «armónica» ya que comparten valores y orígenes (derivan de cajas de ahorro).
Los accionistas también aprobaron, además de la fusión, el nombramiento de los consejeros que se incorporarán al órgano de gobierno de la nueva entidad. Así, Goirigolzarri será presidente con funciones ejecutivas, mientras que el consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, mantendrá el mismo cargo. La nueva CaixaBank (Bankia desaparecerá como marca) tendrá una cuota en créditos y depósitos del 25 y 24 %, respectivamente, y más de 664.000 millones de euros de activos. Valencia seguirá como sede social, mientras que Madrid y Barcelona compartirán sede operativa.
100.000 empleos perdidos y otros 20.000 que caerán
Desde que estalló la crisis financiera, en el 2008, el sector bancario español ha perdido 100.000 empleos netos, es decir, uno de cada cuatro volatilizados en Europa. Esta es una de las conclusiones de un informe presentado este jueves por CC.OO., que cifra también en unos 20.000 empleos los que se amortizarán con la nueva ola de concentraciones. Advierte que esos números colocarán a España a la cola de la eurozona en bancarización.