La economía más golpeada de la UE en el 2020 será la que crezca a mayor ritmo
11 feb 2021 . Actualizado a las 11:46 h.Ni Italia, ni Grecia, ni Portugal. El país más golpeado por la pandemia en la Unión Europea es España. Su producto interior bruto (PIB) se hundió en el 2020 un 11 %, la mayor caída registrada en el bloque, por encima de Grecia (10 %), Malta (9 %), Italia (8,8 %), Portugal (7,6 %) y, por supuesto, Alemania (5 %). El país germano lidera todos los ránkings de ayudas directas al tejido productivo y es de los que mejor están aguantando la crisis.
Las expectativas para el 2021 son más positivas: la economía española se recuperará (5,6 %) y lo hará más rápido que sus vecinas, según reflejan las previsiones económicas publicadas esta mañana por la Comisión Europea. Claro que, ese crecimiento se queda lejos del 7 % proyectado por el Gobierno y será incompleto. Habrá que esperar, al menos, hasta el 2023 para recuperar todo el terreno perdido durante la pandemia porque en el 2022, España crecerá un 5,3 %, todavía por debajo de los niveles de riqueza previos a la crisis.
Como todas las previsiones, Bruselas prefiere ponerlas en cuarentena ante la enorme incertidumbre que hay en el horizonte y que viene dada por la intermitente campaña de vacunación (escasez de dosis). También para evitar errores como el que le llevó a subestimar la fortaleza de la economía española que, lejos de caer en el último trimestre del 2020, como había previsto Bruselas, creció un 0,4 %.
«La pandemia podría ser más persistente o severa a corto plazo de lo previsto», advierte el Ejecutivo comunitario, preocupado por la retirada temprana de las ayudas o esquemas como los ERTE: «Hay también un riesgo de que la crisis provoque cicatrices profundas económicas y sociales, sobre todo por expansión de quiebras y pérdidas de puestos de trabajo. Esto podría dañar también al sector financiero, incrementando el desempleo a largo plazo y agrandado las desigualdades», alerta Bruselas.
¿Funcionarán los fondos europeos? Las ayudas del Next Generation EU que podrían recibir los países este año son muy limitadas (se espera que lleguen a España alrededor de 10.000 millones anticipados). No solo porque el proceso de ratificación se está retrasando, también por los posibles cuellos de botella que pueden surgir en las Administraciones encargadas de su gestión. Por eso la Comisión ha elevado estas previsiones para España sin contar con el impacto de las ayudas que, por otro lado, se reservan para la puesta en marcha de reformas estructurales e inversiones a proyectos de futuro, no para cubrir gastos corrientes o extender ayudas directas a las empresas más debilitadas.
Reformas
Una condición imprescindible para poder poner en marcha los planes nacionales de desembolso de los fondos, España deberá presentar un detallado y ambicioso plan de reformas en la dirección en la que apunta la Comisión en sus recomendaciones anuales. Para el Gobierno de Sánchez, los dos grandes obstáculos siguen siendo la reforma de las pensiones y la reforma laboral. Según el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, las conversaciones con vicepresidente tercera, Nadia Calviño, «están avanzadas» y van «en la buena dirección» en comparación con otros países.