La operadora se compromete a mantener las sedes del grupo Euskaltel en Bilbao y en Galicia y a no aplicar un ERE a una plantilla de 580 trabajadores durante cinco años
29 mar 2021 . Actualizado a las 22:02 h.La opa lanzada por el grupo MásMóvil, a través de Kaixo Telecom, para hacerse con el 100 % de Euskaltel, a cambio de cerca de 2.000 millones de euros, tiene con el alma en vilo a los 580 trabajadores de la gran teleco del norte. Y, en especial, a los 270 de R Cable y Telecable, su satélite en Galicia (donde mantiene su sede social) y Asturias. Javier Gómez, presidente del comité de empresa, admite que la operación ha sido todo un «sorpresón» que ha generado «preocupación y nerviosismo» entre la plantilla por si implica nuevas reestructuraciones de personal. Desde que Euskaltel compró la cablera gallega R, en el 2015, se han producido varios despidos: hace dos años, diez de golpe.
Por eso, los trabajadores están intranquilos. Ello a pesar de que en la comunicación remitida el domingo a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), MásMóvil deja claras sus intenciones de respetar la integridad del grupo al completo durante al menos cinco años. Literalmente, asume el compromiso de que «Euskaltel continúe existiendo como una sociedad separada participada, con domicilio social y residencia fiscal en Euskadi y manteniendo la marca durante un período de, al menos, cinco años».
No habla de R ni de Galicia. Pero sí lo hace en una nota de prensa anexa: «MásMóvil mantendrá el empleo, las marcas Euskaltel, Telecable, R y Virgin, y las sociedades Euskaltel S.A. y MásMóvil Ibercom, S.A.U. continuarán teniendo su sede social en Euskadi, mientras que R Cable y Telecable Telecomunicaciones, la suya en Galicia».
Y lo reiteró el propio consejero delegado de la cuarta operadora del país, Meinrad Spenger, en declaraciones a Radio Euskadi: «Hay una protección a muy largo plazo y una voluntad de no hacer cambios». Añadió: «Os invito a observar la trayectoria de MásMóvil. Compramos otras compañías en el pasado y hemos aumentado el empleo».
Para asegurarse aún más, Javier Gómez contactó con Recursos Humanos para comprobar si las garantías de empleo que ofrecía MásMóvil se extendían a Galicia. La respuesta fue que sí. El comité de R ha solicitado una entrevista con el consejero delegado de Euskaltel, José Miguel García, para quedarse más tranquilo.
En el comunicado remitido a la CNMV se apostilla que «con sujeción a las condiciones del mercado concurrentes en cada momento» se compromete a «no ejecutar un expediente regulador de empleo (ERE) en Euskaltel durante, al menos, cinco años».
Además, la compañía garantiza que, a partir del quinto año, «y siempre que se mantenga la actual composición accionarial, la modificación de estos compromisos requerirá el voto favorable del 90 % del capital social».
Incógnita Abanca
Spenger calcula que la opa no se resolverá antes de seis meses. De momento, tiene el compromiso de que le van a vender sus títulos los tres principales accionistas: Zegona, Kutxabank y Corporación Financiera Alba. Esta última sociedad pertenece a la familia March. Esta, a su vez, en alianza con el fondo CVC, controla el 20 % de Naturgy, que también ha aceptado venderle al fondo IFM en la opa que está tramitando.
En total, MásMóvil tiene asegurado el 52,32 % del capital de Euskaltel gracias a ese acuerdo con los tres principales accionistas, alcanzado el sábado 27, según indica en la información enviada a la CNMV. Pero hay más accionistas en Euskaltel. Uno de ellos, Abanca, con el 4,5 % del capital. El banco con sede en Galicia ha declinado pronunciarse acerca de la operación y sobre si venderá o no su participación.
La opa lleva semanas fraguándose. Así, cuando todo el sector seguía hablando de las conversaciones entre MásMóvil y Vodafone para fusionarse, el grupo dirigido por Spender comunicaba al presidente del consejo de administración de la teleco vasca su intención de lanzar una opa. Fue el 15 de marzo, según refleja el documento enviado a la CNMV. En él también se explica que Euskaltel respondió dos días después que le parecía una «oferta atractiva» y mostraba su «disposición para avanzar en la operación».
El fondo británico Zegona, primer accionista de la gran operadora del norte desde hace dos años, considera que la opa es una prueba del «éxito» de la estrategia del fondo en sus inversiones en España.
Zegona compró la asturiana Telecable en el 2015 por 640 millones. La vendió dos años después a Euskaltel por 700 millones. Esa operación incluyó su entrada en el consejo de administración de la teleco vasca. Ahora cobrará otros 428 millones por su 21,4 %.
Telecable ha desaparecido como empresa. En el 2019 fue absorbida por R, a la que aportó una plantilla de 120 trabajadores. Por eso la compañía resultante se denomina R Cable y Telecable. Su sede está en A Coruña.
El Gobierno vasco se ha felicitado por la operación. El portavoz del Ejecutivo de Urkullu, Bingen Zupiria, destacó que «si esta operación sirve para que Euskadi siga estando en primera línea en el mundo de la innovación tecnológica, y mantener las sedes y los puestos de trabajo, será una buena noticia».
El Gobierno gallego todavía no ha valorado la opa.