Así planea el Gobierno abaratar un 15 % la luz

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

EUROPA PRESS / O.CAÑAS

Ribera lanza dos medidas para adelgazar costes fijos del recibo endosando al sector el pago de primas a renovables e implantando una tasa para recaudar mil millones de sus beneficios

02 jun 2021 . Actualizado a las 11:01 h.

Con dos medidas, el Ministerio para la Transición Ecológica se propone abaratar un 15 % el recibo de la luz para los consumidores domésticos. Eso sí, de forma progresiva hasta dentro de cinco años. ¿Cómo? Retirando de la factura costes regulados que ahora la hipotecan en un 50 %. Uno de los más importante, el pago de las primas a las energías renovables: 6.000 millones anuales que sufragan los consumidores de electricidad. Se quitarán del recibo para adelgazarlo hasta un 13 % dentro de cinco años, y se endosarán a las comercializadoras de electricidad, gas y petróleo, que nutrirán para ello el denominado Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE). El Consejo de Ministros acordó ayer remitir al Congreso el proyecto de ley por el que se crea esa bolsa.

El sector petrolero y gasista está que trina con esta medida, y Naturgy incluso ha abandonado la patronal del sector eléctrico (Aelec) porque esta apoyó la creación de un fondo que sacudirá los bolsillos de las compañías.

Polémica es también la segunda de las medidas impulsadas por la ministra Teresa Ribera. Con ella planea reducir costes regulados que penalizan el recibo eléctrico implantando una especie de tasa a las empresas que venden en el mercado electricidad procedente de plantas que no emiten dióxido de carbono anteriores a marzo del 2005: el que denomina dividendo de carbono. Aunque en un primer momento semejaba una intervención del mercado mayorista de electricidad, en un contexto de precios históricos, la realidad es que no lo es. No directamente. Fuentes del ministerio explicaron que no tocarán el modelo marginalista de casación de precios, según el cual, la tecnología más cara en vender electricidad (habitualmente, los ciclos combinados, porque tienen que comprar derechos de emisión de CO2, ahora disparados) marca el precio final que cobrarán todas, también las más baratas. Eso seguirá siendo así y, por tanto, el mercado seguirá por las nubes.

Lo que hará el ministerio es descontarles a las plantas no emisoras de CO2 el beneficio extra que perciben por cobrar la energía de mercado como si tuviesen que comprar derechos de emisión. Son los llamados beneficios caídos del cielo. Y todo ese dinero que recaudará, que estima en mil millones anuales, lo utilizará el ministerio para reducir costes regulados del recibo de la luz. Exactamente, el 90 % de ese dinero irá a financiar las primas a las renovables y el otro 10 %, a reforzar las ayudas del bono social para consumidores vulnerables severos en riesgo de exclusión social.

Tendrán que pagar este dividendo las centrales hidráulicas -en Galicia casi todas son anteriores al 2005-, las nucleares y parques eólicos. Se marca el 2005 porque es el año en que empezó a funcionar el mercado de emisiones, de ámbito europeo.

Fuentes de Transición Ecológica cifraron en un 4,8 % la rebaja para una factura doméstica y de un 1,5 % para la industrial. Ese efecto reductor se notará cuando se aplique la minoración de beneficios en las compañías. El Consejo de Ministros acordó ayer iniciar la tramitación urgente del anteproyecto de ley del dividendo de carbono, con lo cual, tardará meses en entrar en vigor.

Esta medida complementa la creación del FNSSE y cuando estén plenamente implantadas entre ambas sumarán una reducción del 15 % de la factura, aseguró Ribera.

Al término del Consejo de Ministros, la ministra destacó: «Queremos un sistema energético bien remunerado, sostenible, rentable, pero que, sobre todo, repercuta en beneficio de los consumidores domésticos e industriales. Es lógico que las compañías busquen maximizar su beneficio, es legítimo, pero debemos asegurar la compatibilidad de ese fin con el bienestar de los consumidores».

La responsable de Transición Ecológica destacó que con la creación del dividendo de carbono se busca «garantizar que los consumidores se vean beneficiados también por el precio al alza del CO2. Y que los beneficios que hoy van directamente a las cuentas de resultados de las compañías puedan también impactar positivamente en la factura eléctrica de los consumidores domésticos e industriales».

«Un momento sensible»

Y más ahora, añadió, «en un momento particularmente sensible, cuando la recuperación económica no puede verse afectada por variables que no son decisión del Gobierno español, como el precio del CO2 en los mercados internacionales».

Ribera defendió que la medida es congruente con la legislación europea y recordó que una sentencia del 2013 del Tribunal de Justicia de la Unión Europea avaló un mecanismo muy similar que se aplicó en España entre los años 2006 y 2009. Además, lanzó un mensaje de tranquilidad a los inversores, pues la decisión medida no compromete ni la seguridad jurídica ni los objetivos de implantación de nuevas tecnologías renovables.

«Son los años más complicados de la transición», reconoció la ministra. «La energía eléctrica más barata es la renovable», pero no se notará hasta que no hayamos desplazado al 100 % de las otras más caras, pero que siguen siendo necesarias como respaldo de las intermitentes renovables.

El sector: «Estamos enormemente preocupados

c. p.

Mientras los ciudadanos encajan las piezas del puzle eléctrico para evitar derramas dolorosas cada mes, las grandes eléctricas están preocupadas por otro frente que ha abierto el Gobierno: el recorte del 90 % de los dividendos del carbono de los que disfrutan las instalaciones de generación anteriores al 2005 (hidráulicas, nucleares y hasta eólicas): «Estamos enormemente preocupados por la gravedad de lo aprobado. Pone en riesgo y penaliza a las plantas libres de emisiones», aseguran fuentes oficiales de la patronal Aelec. Temen que el Ejecutivo cumpla su amenaza de recortarles 900 millones de los 1.000 millones de sobreretribuciones que se anotan en sus cuentas de resultados y que el Ejecutivo quiere que se utilicen para enfriar las facturas a los consumidores ahora que los precios del CO2 están por las nubes y la energía sigue subiendo.

Los gigantes eléctricos no quieren perder sus privilegios. Aunque se resisten a hablar en público de represalias, dejan caer que plantarán batalla si la ley se aprueba en los términos actuales. Consideran que el recorte de los beneficios es una «penalización» y una «interferencia» inadmisible del Gobierno porque «distorsiona» el mercado común. «Es una decisión errónea e injusta que va en contra de los principios generales de las políticas energéticas de la UE», sostienen. Argumentan que el sector eléctrico «es el que más se ha descarbonizado» y no merece ese trato por parte del Ministerio de Transición Ecológica.

Fuentes del sector aseguran que las empresas más perjudicadas por este anteproyecto de ley son Endesa e Iberdrola. La empresa dirigida por José Bogas es el primer operador de energía nuclear en España. Por su parte, la compañía comandada por José Ignacio Sánchez Galán, tiene importantes activos repartidos entre la producción hidráulica y la nuclear.

Impacto en Galicia

De prosperar, el recorte de retribuciones afectaría a casi todas las hidráulicas gallegas y la mitad de los parques eólicos de la comunidad.

Las eléctricas moderan sus caídas en Bolsa tras perder 3.670 millones de euros

c. p. 

El Ibex 35 cerró ayer en verde, a pesar del efecto arrastre de las grandes eléctricas, que siguieron cayendo en Bolsa tras el Consejo de Ministros.

Moderaron, eso sí, las caídas tras el desplome del lunes. En vísperas del anuncio de Ribera, las tres gigantes sufrieron en el parqué una hemorragia de 3.670 millones de euros. ¿Por qué? Los inversores vendieron rápido al saber que el Gobierno recortaría los dividendos del carbono. La mayor caída (5,71 %) la protagonizó Endesa, la más expuesta a la generación nuclear. Se evaporaron 1.430 millones de euros de su capital. En la jornada de ayer fue incapaz de remontar y se anotó un nuevo descenso del 1,17 %, la cuarta mayor caída de la Bolsa.

Iberdrola también sufrió en el mercado. Después de que el valor de sus acciones se precipitara un 2,74 % el lunes, perdiendo 1.990 millones de euros por el camino, ayer volvió a caer otro 0,73 % adicional.

Acciona cerró la sesión en rojo, al anotarse un retroceso del 0,29 %, bastante menor que el tropiezo del lunes, cuando se dejó un 2,68 %. Naturgy apenas notó el terremoto en el mercado eléctrico. La compañía cayó tímidamente el lunes (0,19 %), aunque ayer ahondó la brecha un 0,42 % adicional.

Suben los precios

¿Se recuperarán los valores? Sí, los mercados dieron ayer por amortizada la contracción del lunes, tras conocerse los planes del Gobierno de recortar los dividendos del carbono. Además, queda por sumar el posible goteo de recién llegados del mercado regulado -donde hay 11 millones de consumidores- al mercado libre, fruto de la confusión en torno a la nueva tarifa eléctrica y las campañas agresivas de atracción que han lanzado las compañías con el reclamo de «precios estables de la energía todo el año». Fuentes del sector admiten que, «cuando se producen estos picos informativos» sobre los cambios en las tarifas, siempre hay movimientos de trasvase hacia el mercado libre. Y, si no se hacen bien los cálculos, se puede acabar pagando más. La OCU alertó ayer de subidas de hasta el 27 % en las nuevas tarifas eléctricas de las comercializadoras: «Superan con creces lo que cabría esperar como resultado de la aplicación de las nuevas tarifas de peajes y cargos», advierten.