Abanca aboga por buscar un equilibrio socioeconómico y medioambiental
24 sep 2021 . Actualizado a las 18:31 h.Largas sequías y graves inundaciones en terrenos agrícolas, inviernos más cálidos en estaciones de esquí o cambios en la circulación de las corrientes marinas que trasladan nutrientes para el cultivo de moluscos son algunos de los riesgos que lleva aparejado el cambio climático. Problemas que acaban afectando al rendimiento de las empresas y también a los balances de quienes las financian: mayoritariamente los bancos.
Las autoridades de regulación y supervisión insisten: es necesario incorporar esos riesgos en los análisis sobre el estado de salud de las entidades. Ese es el mensaje que reiteraron este viernes la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, y la directora del Departamento de Estabilidade Financeira do Banco de Portugal, Ana Cristina Leal, durante la II Jornada de Finanzas Sostenibles organizada por Abanca en Oporto. Ambas pidieron a los responsables bancarios que dediquen más esfuerzos a las inversiones verdes, no solo para reducir la huella en el planeta, también para proteger sus activos de posibles cambios bruscos en su valor. «Una empresa muy lucrativa hoy puede dejar de serlo por emitir demasiado CO2», explicó Leal, en plena escalada de precios en los derechos de emisión.
Ese celo por la sostenibilidad también se trasladará a los célebres test de estrés. El Banco de España llevará a cabo uno el año que viene para detectar riesgos en las inversiones a largo plazo a causa del cambio climático.
Responsabilidad empresarial
El consejero delegado de Abanca, Francisco Botas, puso énfasis en la estrategia de la entidad para acompañar al tejido empresarial en la transición hacia un nuevo modelo económico, «canalizando la financiación y las inversiones hacia proyectos que puedan transformar la economía», recordando que el banco ya ha emitido sus primeros 500 millones de euros en bonos verdes y ha puesto a disposición de sus clientes los primeros productos de financiación para vehículos ecológicos nuevos y puntos de recarga vinculados a los fondos de recuperación Next Generation EU y al Plan Moves III. No obstante, Botas advirtió de los problemas que pueden surgir a la hora de cruzar los ambiciosos objetivos ecológicos «con las necesidades vitales de los clientes, como el empleo y la salud». «Hay equilibrios que son muy difíciles de conseguir», admitió Leal. Y es que todavía hay muchos particulares y pequeños negocios que se resisten a los cambios, por desinformación o por sobrecostes: «Hay que formar a la sociedad. Cuando digo sociedad, hablo de pymes, las grandes empresas ya lo han asumido, tenemos que ir más allá», deslizó Botas.
Leal incidió en esta cuestión, instando a las pymes a compartir más información con las entidades financieras para poder evaluar mejor los riesgos y adaptar los negocios: «Una actividad muy emisora de CO2 se puede transformar y los bancos ayudar en esa transición. No pueden ser estáticas. Pueden abandonar una actividad y empezar otra». De igual modo lo hizo Delgado: «Los bancos no son los únicos responsables en esta materia», sostuvo.