¿Caería en la tentación de producir y consumir su propia luz para ahorrar?
ECONOMÍA
La empresa Ekiluz impulsa la creación en Arteixo de una de las primeras comunidades energéticas de Galicia
25 nov 2021 . Actualizado a las 18:07 h.La empresa Ekiluz, participada por Repsol y Corporación Mondragón (grupo vasco dueño de compañías como Fagor o Eroski), impulsa la creación en el concello coruñés de Arteixo de una de las primeras comunidades energéticas de Galicia. Para ello quieren tentar a entre 400 y 500 familias del municipio para que monten una cooperativa con la que poder producir y consumir su propia energía solar. Cuentan para esa misión con la colaboración del Ayuntamiento.
Tal y como explicaron Raquel Gallardo y Asier Etxabe, directores gerentes de Ekiluz, los vecinos que se apunten al movimiento tendrán que hacer una aportación económica, que aún no está cuantificada, con la que se construirá una planta de paneles fotovoltaicos de un megavatio de potencia instalada. La central será propiedad de la cooperativa, pero Ekiluz la construirá, se encargará de la operación y el mantenimiento, y también comercializará en el mercado la electricidad que produzca. Por tanto, las familias participantes no consumirán directamente su propia energía (no será para autoconsumo), sino que los ingresos de la venta se dedicarán a recuperar la inversión realizada y a abaratar el coste eléctrico reflejado en el recibo de la luz. La cooperativa no tendrá ánimo de lucro. «La aportación nunca se va a hacer de forma especulativa, el beneficio no será financiero, sino que se reflejará en la factura eléctrica», explicó Etxabe.
«La aportación nunca se va a hacer de forma especulativa, el beneficio no será financiero, sino que se reflejará en la factura eléctrica»
Gallardo aclaró que el proyecto está aún en fase inicial. En la actualidad, Ekiluz está buscando terrenos en Arteixo en los que ubicar la planta, al mismo tiempo que prepara las solicitudes de licencias y la constitución formal de la cooperativa. Para esto último necesitará saber cuántos vecinos estarían interesados en involucrarse en este proyecto de comunidad energética. Cuando sepan esto último harán cálculos individuales sobre a cuánto ascenderá la aportación de cada participante así como el ahorro que podrá obtener.
Un coste de 2.500 euros
Asier Etxabe estimó que el coste por familia suele rondar unos 2.500 euros, aunque esa no será la aportación, pues, añadió, se descontará la financiación de los bancos y las ayudas públicas que se conceden para este tipo de iniciativas ciudadanas para el fomento de las energías renovables. De hecho, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, dotado con fondos europeos, dedicará 100 millones para incentivar la formación de estas comunidades.
Los promotores no avanzaron cifras de inversión, pero teniendo en cuenta el coste por familia y el número de hogares que estiman podrían participar, resulta algo más de un millón de euros.
La codirectora de la empresa avanzó que esperan que la comunidad se ponga en marcha dentro de seis u ocho meses.
Corporación Mondragón ha promovido diez comunidades energéticas en el País Vasco y prepara la creación de otras cinco. Además, Ekiluz ha implantado en Murcia, Andalucía y Valencia proyectos similares al que quiere impulsar en Galicia.
El alcalde de Arteixo, Carlos Calvelo, explicó que la planta ocupará un terreno de unos 10.000 metros cuadrados, como un campo de fútbol. Alabó la iniciativa frente a la alternativa del autoconsumo compartido en comunidades de propietarios o urbanizaciones por la dificultad para que todos los implicados se pongan de acuerdo. Además, destacó que «no todos tenemos un tejado» para instalar placas solares.
Las otras experiencias
Esta de Arteixo no será la primera comunidad energética de Galicia. Xosé Manuel Golpe, de la Axencia Provincial da Enerxía y miembro de la comercializadora de electricidad A nosa enerxía, avanzó que hay experiencias en A Illa de Arousa y en la comunidad de montes vecinales en mano común de Tameiga (Pontevedra). Están constituidas, pero no están en funcionamiento. Además, Golpe está asesorando al Concello de As Pontes para montar un proyecto de este tipo.
El abogado gallego Juan Castro-Gil, de la Fundación Renovables, avanzó que habrá una oleada de comunidades energéticas como instrumento ciudadano para ahorrar en la factura eléctrica.
No son empresas
Las comunidades energéticas no son empresas dedicadas al negocio de la energía renovable. Son «entidades jurídicas basadas en la participación abierta y voluntaria, autónomas y efectivamente controladas por socios o miembros que están situados en las proximidades de los proyectos de energías renovables que sean propiedad de dichas entidades jurídicas y que estas hayan desarrollado, cuyos socios o miembros sean personas físicas, pymes o autoridades locales, incluidos los municipios y cuya finalidad primordial sea proporcionar beneficios medioambientales, económicos o sociales a sus socios o miembros o a las zonas locales donde operan, en lugar de ganancias financieras», según la definición del Ministerio para la Transición Ecológica.
Pueden tomar la forma de cooperativas o comunidades de montes, pero para vender la electricidad de las instalaciones que poseen necesitan recurrir a una compañía comercializadora, que esté dada de alta para operar en el mercado mayorista.
Aprobado el reparto variable del autoconsumo compartido
El Ministerio para la Transición Ecológica ha aprobado la orden para el reparto variable de la energía en el autoconsumo compartido, de modo que se tendrá en cuenta el consumo de cada vivienda. Hasta ahora, esa distribución es fija y lineal entre todos los residentes. Cuando entre en vigor, los habitantes de un piso que se van un mes de vacaciones no pagarán como si no lo hicieran, por ejemplo. Los coeficientes se podrán revisar cada cuatro meses.