Llega la era del alquiler por cada prestación en los coches que vienen

D. Casas REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

cedida

Habrá que pagar por funciones como el cierre en remoto o el «airbag» inteligente

08 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Las prestaciones de serie durante la vida útil de los vehículos tienen las horas contadas. De hecho, ya hay un listado de extras en coches de lujo y alta gama que funcionan mediante el sistema de suscripción, es decir, que se paga por servicios que hasta ahora eran gratuitos —se usasen o no— o por nuevas utilidades aparejadas a las nuevas tecnologías a través de cuotas mensuales, anuales o por el tiempo que el cliente elija. Se trata de un nuevo nicho de negocio por el que los fabricantes están apostando fuerte. Tanto en inversiones como por los ingresos que les reportarán.

El grupo Stellantis anunciaba hace poco más de un mes que tiene previsto invertir más de 30.000 millones de euros hasta el 2025 para cumplir con la transformación de software y electrificación de todos los vehículos que salgan de sus fábricas. En contrapartida, por esa forma en la que los clientes interactuarán con sus coches, prevé incrementar sus ingresos en unos 20.000 millones de euros anuales antes del 2030, según explica en su página web.

Esta modalidad ha venido para quedarse y extenderse a todas las gamas de vehículos, incluidos los más básicos. Para entenderlo, Miguel López Sedes, del Grupo Arrojo, explica que más del 30 % de sus clientes ya operan con suscripciones en sus coches. Se desplegará la fórmula de una fabricación básica y las opciones (o las prestaciones de serie que ahora conocemos) serán tan amplias y con tantas funcionalidades como dispongan las tecnologías. Se trata de coches que por hardware y software sí están preparados para realizar determinadas funciones, pero el fabricante decide lo que hay que pagar adicionalmente mediante una suscripción. En caso de no hacerlo, no se podrá acceder a esas capacidades, pese a que están ahí. El cliente, con la compra del coches, dispondrá de una aplicación y desde ahí elegirá lo que quiere. La marca se encargará de accionar y actualizar el software, desbloqueando todo su potencial a cambio de suscripciones. Porque se trata de la era del coche conectado.

Las tarifas ya en vigor en algunos modelos no están, ni mucho menos, al alcance de todos los bolsillos. Este es el caso real de un usuario que hubo de elegir entre varios paquetes de productos para su turismo de gama media-alta. La opción de acceso remoto, es decir, la apertura de puertas del vehículo a distancia le cuesta 44,50 euros al año, claro que si se contrata por tres años la factura sube a los 104 euros; si quiere proteger y contar con asistencia adicional por robo, el guardaespaldas tecnológico del coche costará 360 euros durante tres años; y la opción de navegación, algo parecido a lo que conocemos como GPS, supera los 90 euros al año. Incluso habrá cuotas por servicios de seguridad como el airbag inteligente A la par que se extienden estos servicios también se han producido las primeras anécdotas, como la de un mecánico que se quedó encerrado en un vehículo mientras lo reparaba, al accionar su propietario el cierre en remoto desde Madrid tras detectar la aplicación que el coche estaba abierto. 

Pagar por lo que se usa

Estas plataformas definidas por estrategias de software sorprenden por sus tarifas. Sedes añade, sin embargo, que «hasta ahora se pagaban miles de euros por determinadas prestaciones que apenas se utilizaban». Con la nueva vida digital de los coches se pueden accionar las opciones que se precisen. Como desplegar la tracción a las cuatro ruedas cuando se viaje a la nieve, o disponer de funcionalidades antiniebla en los faros únicamente si se dan esas condiciones atmosféricas. «Se llegará a pagar incluso por días», afirma el responsable de los concesionarios del Grupo Arrojo.