La Xunta apela al Gobierno para «recuperar la estabilidad institucional»
12 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Creíble o no, el desaire diplomático del presidente de México, Andrés López Obrador, y su anunciada pausa de las relaciones con España no han dejado indiferente a nadie. Después de acusar a las empresas españolas de corrupción y saqueo, el líder mexicano se apresuró a matizar que una pausa no es una ruptura, y tiene sentido que lo aclare, porque si España se juega allí importantes intereses económicos, los mexicanos también tienen mucho que perder en un hipotético conflicto diplomático.
Para empezar, en el país latinoamericano hay 7.000 empresas españolas que dan trabajo a un millón de ciudadanos mexicanos. En concreto, la inversión en los primeros nueve meses del 2021 fue de 76.000 millones de dólares, lo que supone el 12% de la inversión extranjera directa en México, según recoge la Cámara Española de Comercio en México (Camescom).
Galicia, contra quien arremetió López Obrador, calificando de saqueo la operación de compra del astillero Barreras y la construcción de dos floteles, no es un socio económico menor para el país azteca, ya que medio millar de empresas gallegas mantienen inversiones o relaciones comerciales allí. Un cálculo aproximado eleva a más de 5.000 los puestos de trabajo directos que generan las empresas gallegas instaladas en suelo mexicano, entre las que destacan el grupo Inditex, con 409 tiendas de las distintas marcas del grupo; Adolfo Domínguez, que cuenta allí con 12 establecimientos, a los que se suma un plan de aperturas de 23 nuevas tiendas en el país hasta el 2026 junto a los grandes almacenes mexicanos Palacio del Hierro. También la ourensana Roberto Verino cuenta en México con 22 establecimientos; y Bimba y Lola, con una apuesta decidida por aquel territorio, eleva ya a 21 el número de tiendas. El Grupo Copo, con una planta de producción de tapizados para vehículos o la nueva planta cervecera de Hijos de Rivera, además del sector de la construcción con su participación en diferentes licitaciones, aportan riqueza y trabajo estable a miles de familias mexicanas a las que López Obrador, con sus amenazas, también está poniendo en peligro.
Este periódico ha hablado con algunos empresarios gallegos que mantienen relaciones comerciales estables con México. De momento evitan pronunciarse públicamente, y apelan a la prudencia, ante unas palabras del mandatario mexicano a las que dan poca credibilidad. «No es la primera vez que escuchamos este tipo de discursos populistas, y los ataques anticolonialistas contra España siempre son un arma recurrente», explica uno de estos empresarios, que pide anonimato. «En todo caso, sospecho que, de haber algún conflicto, sería más vinculado al sector energético, algo que tampoco es nuevo, que dudo que vaya a llegar a nada», añade.
De hecho, el presidente mexicano, fundador del partido Morena (Movimiento de Regeneración Nacional), ha aludido en sus intervenciones pública de nuevo directamente a Repsol, OHL e Iberdrola y ha enviado también al Congreso dos iniciativas para devolver el control del mercado eléctrico y de hidrocarburos a las empresas del Estado.
Galicia pide respeto
A la espera del siguiente paso de López Obrador, si es que lo hay y no se queda todo en un ataque más de proteccionismo populista, el vicepresidente económico de la Xunta, Francisco Conde, pidió ayer al Gobierno de Pedro Sánchez que trabaje para «volver ás certezas e sobre todo a unha estabilidade institucional» con México porque es «o que precisa» el tejido empresarial, el comercio y las inversiones.
El Ejecutivo español ha rechazado «tajantemente las descalificaciones» de López Obrador, aclarando que lo deseable es mantener con México «unas relaciones basadas en el respeto mutuo, como quieren los españoles y los mexicanos».
«O máis importante é que poidamos recuperar a estabilidade institucional entre os Gobernos», dijo Conde minutos antes de impartir una conferencia en la Universidad de A Coruña. En el caso de Galicia, explicó que la Xunta mantiene una «relación moi achegada a México», considerado un país «estratéxico» para la economía gallega.