La distribuidora de Naturgy llegó a tener en verano a casi medio millón de clientes sin recibos de la luz

F. Fernández LA VOZ

ECONOMÍA

PACO RODRÍGUEZ

Los problemas de lectura y facturación de la compañía y de Endesa retrasaron también los cambios de empresa eléctrica y las modificaciones de potencia

22 feb 2022 . Actualizado a las 18:26 h.

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha hecho públicos todos los datos del expediente informativo que abrió en octubre para investigar los retrasos en la lectura y facturación de  suministros de electricidad. Miles de consumidores dejaron de recibir durante meses sus recibos de la luz

El regulador explica que empezó a recibir quejas a partir del 1 de junio. Ese fue el día en que entró en vigor el nuevo esquema horario para calcular los costes regulados de la factura eléctrica. Las compañías distribuidoras y las comercializadoras de electricidad tuvieron que adaptar sus equipos para que implantasen la metodología aprobada tanto por la CNMC como por el Ministerio para la Transición Ecológica. Pero los cambios no fueron un camino de rosas para todas las empresas. De hecho, Competencia empezó a recibir quejas de comercializadoras, asociaciones de consumidores, asesores energéticos y del Defensor del Pueblo en las que ponían en su conocimiento que miles de clientes no estaban recibiendo los recibos o que estos contenían lecturas estimadas, que se estaban registrando retrasos en los tiempos de cambio de comercializador y en las modificaciones de potencia. Estos problemas se concentraban en dos compañías distribuidoras: UFD (grupo Naturgy) y Edistribución (Endesa), mientras que los consumidores afectados estaban repartidos por Galicia, Andalucía, Cataluña, Aragón, Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Baleares y Canarias.

La CNMC requirió a estas compañías que aportaran información sobre las denuncias planteadas. UFD, la principal distribuidora de energía eléctrica en Galicia, con 1,5 millones de puntos de suministro, reconoció que en junio tenía en toda España 113.912 con retrasos en la facturación; en julio, 471.230; en agosto, 405.331; en septiembre, 200.349; y en octubre, 80.157. La compañía informó al regulador de que, a cierre de octubre, la afección de puntos de suministros afectados por los problemas se situaba en el 2,2 % de su mercado y que el objetivo era finalizar noviembre en el 1,2 % y acabar el año sin incidencias.

La compañía también informaba a Competencia que entre el 1 de junio y el 31 de octubre recibió 166.870 reclamaciones por los retrasos de facturas, emisión de recibos estimados y cambios de comercializador no activados. Cuando envió esta información al regulador, en noviembre pasado, se habían resuelto 140.497.

La afección de los problemas de la distribuidora de Endesa -que no opera en Galicia- fue más importante. Así, según la información remitida a la CNMC, la empresa reconoce que en junio tenía casi 4,6 millones de puntos de suministro en toda España afectados por los retrasos en la facturación; en julio, 1,2 millones; en agosto, 458.000; en septiembre aumentaron a 787.635; y en octubre bajaron hasta 224.000. Pese a que la incidencia fue mucho más importante que en el caso de UFD, Endesa recibió menos quejas: 163.412. La empresa detalló a la CNMC que reclamaciones en relación con los retrasos de facturación fueron 138.093; disconformidad de facturación, 24.040; y cambios de comercializador no activados,1.279.

Competencia incorpora el historial de la investigación en una resolución en la que adopta una decisión jurídicamente vinculante para que las distribuidoras ofrezcan a las compañías comercializadoras un aplazamiento o fraccionamiento del pago de facturas. ¿Por qué? Las comercializadoras son las que cada día compran la electricidad que luego venden a sus clientes, pero durante meses no se la pudieron cobrar a aquellos afectados por los problemas de lectura de las distribuidoras. Por tanto, han tenido que abonar la energía en mercado por adelantado, lo que podría estar «tensionando de forma notable la situación financiera» de las compañías, sobre todo de las más pequeñas.

Pero ¿qué le tienen que pagar las comercializadoras a las distribuidoras? Los costes regulados de la factura. O sea, esa parte del recibo que abona el consumidor con la que el Gobierno recauda dinero para sufragar gastos del sistema eléctrico como las primas a las renovables, entre otros conceptos. Se los pagan los consumidores a las comercializadoras, estas a las distribuidoras y estas, a su vez, bien a la CNMC bien al ministerio. 

Y como el problema lo generó lo que Competencia califica como un «error administrativo» del distribuidor, pues este debe apandar y ser flexible con las comercializadoras. Estas ya fueron obligadas por la CNMC a hacer exactamente lo mismo con los consumidores finales que recibieron de golpe varios recibos.