La industria exige adelantar el plan de choque energético para paliar el impacto de la huelga de transportistas

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Óscar Cela

La situación es crítica en el sector de la automoción, el papel, la alimentación, el cemento y la siderurgia

18 mar 2022 . Actualizado a las 18:26 h.

Cinco días de huelga en el transporte, 600 millones de euros en pérdidas y el Gobierno español todavía tiene por delante 11 días para ultimar su plan de choque energético. Las empresas no aguantan más. Hay sectores donde ya se ha paralizado la producción. Se han echado a perder mercancías o, directamente, han tenido que bajar la persiana hasta nuevo aviso. Este viernes han alzado la voz para pedir el Ejecutivo de Pedro Sánchez que adelante las ayudas. Los precios energéticos y los problemas para mantener la actividad por las amenazas y acciones violentas de los piquetes, están poniendo contra las cuerdas al tejido productivo. 

La Alianza por la Competitividad de la Industria Española, plataforma que aglutina a Anfac (automoción), AOP (refino), Aspapel (papel), Feique (química y farmacia), FIAB (alimentación y bebidas), Oficemen (cemento) y Unesid (siderurgia) ha advertido al Ejecutivo central que su situación es crítica y que los problemas irán a más si no se frenan los sabotajes en carreteras y polígonos industriales. «Los graves problemas para mantener la actividad industrial y la libre circulación de mercancías se ha traducido en paradas de fábricas de todos los sectores con un impacto económico muy elevado en la economía española», denuncian. 

Por eso, además de pedir que se garantice el derecho al libre circulación de mercancías y servicios mínimos, han reclamado a Sánchez que no posponga más la presentación de su plan de choque energético, que otros países sí han ido aprobando en las últimas semanas.  «Es necesario que el Gobierno tome medidas urgentes para resolver el conflicto, impulsando cuanto antes medidas contundentes para rebajar el precio de los combustibles, como han hecho otros países europeos, y adelantar las medidas que tenga previstas para el plan de choque del 29 de marzo, pues ahora es cuando son necesarias», reclaman. 

Sectores como el motor, que ya venían renqueantes por la crisis de desabastecimiento de microchips y metales, se han visto golpeados también por la huelga del transporte. La planta de Stellantis en Vigo ha pospuesto la reactivación de la actividad, prevista para el lunes 21. Un mes en blanco como este hace que la factoría olívica deje de producir 10.000 vehículos. 

Las cosas no están mucho mejor para las empresas del metal. A los problemas con las facturas energéticas, el desabastecimiento y los altos precios de las materias primas se suma ahora el parón del transporte. «No se puede esperar al día 29 de marzo para poner coto al transporte, el gas y la electricidad. Como no acabe la huelga, el aluminio parará. Hay que resolverlo antes con decisiones, aunque sean temporales», reclama el presidente de la Asociación Española del Aluminio (AEA), Armando Mateos, quien ya advirtió de un apagón en cuestión de siete a 15 días porque el stock de las fábricas se reduce a marchas forzadas y el aluminio no se distribuye desde puerto.