La guerra y la huelga empujan a 94 empresas gallegas a solicitar un ERTE
ECONOMÍA
Son 4.191 los trabajadores afectados por la paralización de la actividad
28 mar 2022 . Actualizado a las 13:26 h.Continúa el goteo de expedientes de regulación de empleo (ERTE) en Galicia. Desde que estalló la guerra en Ucrania, 94 empresas de la comunidad tuvieron que recurrir a este paraguas para suspender la actividad total o parcial en sus fábricas, según las últimas cifras que maneja la Consellería de Emprego e Igualdade.
No solo se ha agravado el problema de precios y escasez de materias primas. Las factorías se resienten por la huelga indefinida del transporte, que empezó el día 14 y todavía no se ha desconvocado.
El apagón en las plantas y negocios ha mandado para casa a 4.191 trabajadores gallegos, que no saben cuándo se podrán reincorporar. Dos de cada tres se concentran en Pontevedra. Desde el inicio del conflicto bélico, 49 empresas solicitaron un ERTE en esa provincia, donde más se notan los estragos. Le sigue A Coruña, con 29 nuevas empresas en parada y 454 trabajadores inactivos. El caso de Ourense es llamativo. Aunque solo anota 10 empresas en ERTE, se han visto afectados 658 trabajadores, muestra de que los problemas golpean a firmas importantes. En Lugo se han sumado otras 6 compañías que dan empleo a 331 trabajadores.
Si había dudas del impacto económico que está causando el paro indefinido del transporte en Galicia, un dato: desde el último recuento publicado (24 de marzo) 26 firmas solicitaron ERTE —lo hicieron pocos días antes de esa fecha—.
Hay empresas de todo tipo y tamaño. Desde la maderera Finsa, a la antigua panificadora Ingapan —propiedad de Europastry—. También han pedido una parada temporal de la actividad las auxiliares y proveedoras de la planta de Stellantis en Vigo, TI Automotive, Akwel o Faurecia.
«Estamos nunha situación crítica dende o punto de vista económico», reconoció ayer el conselleiro de Economía, Francisco Conde, en declaraciones a la Radio Galega. Y no solo por la guerra o la huelga, que ha perdido fuelle tras el anuncio de rebajas en el precio del combustible y ayudas directas a los transportistas. Los precios de la energía siguen atenazando los bolsillos de los ciudadanos y las cuentas de las empresas, que están perdiendo competitividad al tener que hacer frente a facturas que, en el mejor de los casos, se han duplicado. «O dano ás familias e ó tecido empresarial é irreparable», criticó Conde antes de exponer las demandas de la Xunta de Galicia de cara al Plan Nacional de Respuesta a la Guerra que presentará este martes el Ejecutivo central.
Bajada de impuestos
El Ejecutivo gallego defiende una nueva bajada de impuestos en la factura de la luz, a pesar del escaso margen que le queda al Gobierno, que ya bajó el IVA del 21 al 10 % y los impuestos especiales al mínimo legal. Conde reclamó ir más allá: aplicar un IVA superreducido (4 %) a la electricidad y disminuir impuestos al gas, que no se han tocado. La propuesta, siembra dudas entre los expertos. No solo porque caería la recaudación del Estado, a la que se recurre para compensar por otras vías a los hogares más vulnerables, también porque se estaría beneficiando a las rentas más altas, que consumen más energía.
«O Goberno non está acertando. Outros países xa adoptaron medidas para reducir a factura eléctrica. Chega tarde», abundó Conde, quien insistió en que la política energética «errática» del Ejecutivo de Sánchez está afectando «moi negativamente» en el tejido industrial gallego. Y señaló la decisión de cerrar las centrales térmicas, algo que no hizo Alemania. «Temos que traballar coas enerxías renovables, pero manter un equilibrio para que o prezo eléctrico non sexa un lastre dende o punto de vista da competitividade», subrayó.
Ayudas al motor
Si la guerra y la huelga han dificultado la actividad de Stellantis en Vigo, con varias de sus auxiliares en ERTE, lo que más preocupa en la planta es el enfado de su consejero delegado, Carlos Tavares, porque el Gobierno priorizará las ayudas a la planta de baterías de Seat (grupo Volkswagen) en Sagunto en detrimento de la factoría gallega, la más productiva de España. «Isto pon en situación de enorme dificultade o futuro da planta», lamentó Conde.