
El gasto en pensiones subirá 10.200 millones por su indexación al IPC medio
01 abr 2022 . Actualizado a las 09:11 h.Una forma popular de referirse a la inflación es como el impuesto de los pobres. La explicación está en lo que la subida de los precios —que en el último año, especialmente desde el verano, ha escalado hasta cotas desconocidas en casi cuatro décadas— le hace a los recursos de los hogares, ya que merma sus ingresos y erosiona sus ahorros. El dato de marzo del IPC, adelantado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) este miércoles, pone a la inflación a un paso de la barrera psicológica del doble dígito, al cerrar con una subida del 9,8 % interanual. Y lo que debía haber sido una escalada coyuntural y transitoria, que había de comenzar a remitir este mismo verano, se ha convertido —espoleado por los efectos de la guerra de Ucrania en el gas, los combustibles, la energía y las materias primas— en un quebradero de cabeza para los Estados y un empobrecimiento acelerado para sus ciudadanos.
En concreto, los cálculos de los expertos sitúan en el entorno de los 86.000 millones de euros el bocado que el IPC le ha propinado a las cuentas de los hogares en los últimos doce meses. La cifra resulta de sumar la pérdida de poder adquisitivo que supone la escalada inflacionista (38.000 millones) con la mengua del ahorro (48.000 millones más).
«En 2021 las familias tuvieron una renta bruta de 758.000 millones», recuerda el economista José Carlos Díez, profesor de Economía de la Universidad de Alcalá de Henares, elevando a 76.000 millones la pérdida de ingresos que supone una inflación casi de doble dígito como la actual. Tomando la media de los últimos doce meses (prácticamente del 5 %), el golpe es de la mitad: unos 38.000 millones.
Además, como consecuencia de estos precios que no dejan de crecer, el director de Coyuntura Económica de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), Raymond Torres, pronostica para este año una caída de los salarios del 4,3 % en términos reales, ya que esperan una inflación de casi el 7 % para el conjunto del año (del 6,8 % concretamente), más del doble del 3,1 % del 2021, y a distancia de la subida retributiva que sindicatos y empresarios están negociando actualmente, que Díez sitúa en entre el 3 y el 4 %, «aunque más cerca de este último, porque la inflación subyacente [sin alimentos frescos ni energía] ya está en el 3,4 %».
Desde Funcas, Torres estima en 48.000 millones la pérdida del valor real del ahorro de los hogares, tomando como base los datos de depósitos bancarios y aplicándoles la medida de los últimos 12 meses, incluido este mes de marzo.
Las vía de los impuestos
A todo lo anterior, Javier Santacruz añade otra vía de agua para el dinero de las familias: los impuestos. Este economista calcula que por cada 1 % que sube la inflación se recaudan 1.700 millones de euros extra. «Así, desde el verano hasta ahora, el Estado ha ingresado en torno a 12.000 millones solo por el efecto de la inflación. Por tanto, si se deflactaran los impuestos, ese sería el ahorro que podría generarse para las familias», explica.
De diferente modo afecta la subida de precios a los pensionistas: la revalorización de las prestaciones públicas está de nuevo vinculada al IPC medio de los últimos 12 meses, a contar desde noviembre, tras el reciente cambio introducido por la reforma del sistema de pensiones.
Dado que el Gobierno se ha comprometido a revisar las prestaciones aplicando dicho IPC medio, la factura de la Seguridad Social se encarecerá. En concreto, más de 10.200 millones de euros, como confirma Torres desde Funcas, que se consolidarán en el gasto futuro de las jubilaciones.
Pese a la promesa del Ejecutivo, Díez expresa sus dudas sobre la idea de que no haya que cambiar el modelo de revalorización de pensiones con un IPC ad hoc para contener las subidas. Tampoco Santacruz lo descarta.