Recuperación e inflación duplicarán el ingreso de la campaña del IRPF en Galicia

Ana Balseiro
Ana Balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Miguel Oses | EFE

El coste de la vida ha elevado un 74 % la base imponible en quince años

31 may 2022 . Actualizado a las 12:07 h.

Hacienda espera tener una recaudación neta de 205 millones de euros en esta campaña de la renta en Galicia, la correspondiente al ejercicio 2021, que arrancó este miércoles. La cifra supone prácticamente duplicar los ingresos obtenidos el año anterior en la comunidad, cuando ascendieron a 109 millones. Detrás de esta exponencial subida recaudatoria está, por un lado, el efecto de la recuperación económica tras el cerrojazo del primer año de la pandemia, pero también el impacto de los precios, que registraron un ascenso meteórico desde el pasado verano. Así, la traslación de la inflación a los salarios provocó un aumento de las bases imponibles, que ahora engordarán la factura fiscal.

Sobrerrecaudación

Debate sobre la necesidad de deflactar. El director general de la Agencia Tributaria (AEAT), Jesús Gascón, presentó las novedades de la campaña —por ejemplo, se prestará especial atención a las criptomonedas, multiplicando por 16 los avisos a los contribuyentes que las poseen, como ya se hizo con los alquileres o los bienes en el exterior—, en la que el fisco espera ingresar 2.278 millones de euros, un 44 % más que los 1.581 millones del 2020. Gascón también compareció este miércoles ante la comisión de Hacienda del Congreso para informar sobre la recaudación fiscal del 2021, que superó las expectativas y se incrementó en un 15 %, hasta los 223.382 millones, superando en un 5 % las cifras prepandemia, pese a que el PIB aún no ha logrado recuperar dicho nivel.

Por ello una de las preguntas recurrentes de los grupos parlamentarios fue la de la necesidad de deflactar la tarifa del IRPF para «corregir» la sobrerrecaudación que la inflación está provocando. «El problema de no deflactar la tarifa es que determinadas rentas —del trabajo, de actividades económicas y del capital inmobiliario— se someten a una tarifa progresiva, de tal forma que se va subiendo el tipo cuando nuestra renta supera determinados importes (los tramos de la tarifa)», explica Luis del Amo, secretario técnico del Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) del Consejo General de Economistas. «Si esas rentas suben en términos nominales, no reales, con la misma renta real o incluso inferior (si subió menos que la inflación) pagaremos un tipo medio superior al que pagamos el año anterior», añade.

Es decir, aunque el salario suba, si lo hace en la misma proporción que el coste de la vida, no aumenta el poder adquisitivo del contribuyente, pero este debe pagar más IRPF. Para que eso no ocurra, deberían deflactarse las tarifas, que no es más que actualizar los tramos del tributo, elevándolos en la misma medida que hayan subido las rentas, de forma que el contribuyente no tuviera que pagar más.

Sin cambios

Sin deflactar la tarifa desde el 2008. El debate sobre la necesidad de deflactar ha ganado fuerza en los últimos tiempos. «La tarifa no se ha deflactado desde el 2008. Y durante años tuvo sentido, dado que la inflación era muy baja o incluso negativa. Sin embargo, de manera silenciosa, si medimos la inflación acumulada en términos de deflactor de PIB, desde el 2008 se ha producido un incremento artificial de la base imponible del IRPF del 74 % en términos promedio», señala el economista Javier Santacruz. Por ello defiende «corregir» de manera «importante» los límites de los tramos del IRPF, así como los mínimos personales y familiares, que —dice— «deberían estar más cerca de los 7.000 euros que de los 5.150 actuales».

Coincide Del Amo, que recuerda que habría que deflactar la tarifa estatal y las autonómicas (solo el País Vasco y Navarra las han actualizado, al 1,5 % y al 2 %, respectivamente), aunque no con el IPC sino al tipo al que suben las rentas.

ingresos

Mantener la recaudación por la crisis. El secretario general del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), José María Mollinedo, matiza que aunque no se deflacta desde el 2008, en el 2015 y 2016, con la reforma fiscal, hubo una bajada de impuestos, al tocar tramos y tipos. Ahora aboga por compatibilizar esa deflactación, «para acomodar el IPRF al poder de compra», con la necesidad de mantener la recaudación, «necesaria en un momento de crisis como el actual, para hacer frente a las necesidades de gasto social». «No es incompatible con un aumento de la tributación de las rentas más altas», añadió.

Sobre la deflactación, el director de la AEAT admitió que «técnicamente se puede hacer», pero advirtió que reduciría los ingresos y no beneficiaría a los más vulnerables.