El descuento en los carburantes no evita que abril sea el segundo mes más caro para repostar

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Sandra Alonso

La gasolina se vende un 37 % más cara que hace un año; y el gasoil, un 53 %

26 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Abril pasará a la historia de los precios de los carburantes de automoción por dos cosas: porque el gasoil ya cuesta más que la gasolina 95 y porque se aplica un descuento de veinte céntimos por litro en el surtidor, que se mantendrá hasta finales de junio. Si no fuera por esa rebaja, el cuarto mes del año también sería recordado como el más caro para repostar, al menos en Galicia. No lo será, pero sí el segundo más prohibitivo tras marzo. Así, según datos extraídos del geoportal de hidrocarburos del Ministerio para la Transición Ecológica, la gasolina se vende en la comunidad a un precio medio mensual de abril de 1,82 euros; y el gasoil, a 1,84. Por encima, en ambos casos, de los datos registrados en marzo: 1,81 y 1,79, respectivamente.

Sin embargo, gracias al descuento temporal aprobado por el Gobierno para aliviar la economía de los consumidores, los dos carburantes de automoción más consumidos cuestan de media 1,62 y 1,64, más que cualquier otro mes, salvo marzo.

Aunque las estaciones de servicio pertenecientes a los grandes grupos petroleros, como Repsol, Cepsa, Galp, BP y Shell, están aplicando descuentos por encima de esos veinte céntimos por litro a los que les obliga el Gobierno y están rebajando los carburantes diez céntimos más, pero, eso sí, a los clientes más fieles que se descarguen aplicaciones para pagar o dispongan de tarjetas. En suma, treinta céntimos menos por litro en cada repostaje, dejando en estos casos el precio de venta de la gasolina en 1,52, en niveles del pasado enero; y el del gasoil, en 1,54, solo superado por el anotado en marzo pasado, cuando no se aplicaba aún descuento alguno.

Esas grandes compañías tienen músculo financiero para aplicar tales rebajas, frente a las estaciones de servicio en manos de pequeños empresarios que tienen que tirar de márgenes si quieren competir con las grandes. De los veinte céntimos de descuento, el Gobierno asume quince; los otros cinco, los empresarios.

Poco margen tienen también las gasolineras automáticas, que tradicionalmente sirven los carburantes más baratos del mercado gracias a los ahorros en personal —de cara al público no están atendidas en ningún momento—.

En comparación con un año antes, la gasolina se vende un 37 % más cara (sin rebaja alguna) y el gasoil, un 53 %. Los precios de los combustibles empezaron a escalar a finales del 2021 arrastrados por el encarecimiento del petróleo. La situación se agravó a raíz de la invasión rusa de Ucrania, a finales de febrero, porque Rusia es uno de los principales países exportadores de gasoil (de allí procede el 10 % del que se consume en España).

La rebaja, pendiente de un hilo

El descuento a los carburantes fue aprobado en forma de real decreto ley por el último Consejo de Ministros de marzo (el del martes día 29), junto a otra batería de medidas para afrontar las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania. Y ese real decreto ley debe ser convalidado por el Congreso de los Diputados un mes después de su aprobación. Toca examen al Gobierno este próximo jueves. Y, si no obtiene la mayoría de votos, las medidas caerán en saco roto y dejarán de aplicarse. También podría ocurrir que prosperase la opción de tramitar el real decreto ley como proyecto de ley y, por tanto, abrirse a nuevas aportaciones y superar una larga tramitación parlamentaria que probablemente se extendería más allá del 30 de junio, cuando expiran medidas como el descuento a los carburantes y la prórroga a las rebajas fiscales en la factura de la luz.

El PP aún no ha revelado el sentido de su voto, a la espera de poder tratar con el Ejecutivo las medidas de su plan alternativo, con un coste estimado de hasta 14.500 millones, que incluye bajadas del IRPF para las rentas inferiores a 40.000 euros anuales. También rebajas fiscales para la electricidad —con un tipo superreducido de IVA al 4 %—, entre otras.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, confía en obtener el respaldo suficiente para aprobar el real decreto ley. En ocasiones anteriores lo consiguió gracias a sus socios de investidura, los nacionalistas catalanes y vascos.

El plan suma en total 6.000 millones en ayudas y subvenciones directas, a los que se unen los 10.000 millones de la nueva línea de avales de créditos por parte del ICO para necesidades de liquidez de las empresas por el encarecimiento de la energía.