La bajada de la luz modera el IPC punto y medio, hasta situarse en el 8,4 %
ECONOMÍA
Las subvenciones a las gasolinas y la reducción del coste de la electricidad consiguen aliviar ligeramente la inflación, aunque sigue siendo la más alta desde 1986
28 abr 2022 . Actualizado a las 11:11 h.Tras un mes de marzo con los precios marcando su récord desde la década de los 80, en abril ha mejorado la situación, aunque el IPC aún registra niveles no vistos desde hace décadas. Los datos publicados este jueves por el INE revelan que la inflación de abril se quedó en el 8,4 %, 1,4 puntos menos que el mes anterior y la tasa más alta desde 1986.
Esta reducción se debe sobre todo a la luz y los carburantes, que han bajado su precio en este último mes debido a la bonificación de 20 céntimos por litro de gasolina en las estaciones de servicio y la caída del precio de la energía desde sus niveles récord de febrero y marzo. Pero no es suficiente y siguen siendo los dos elementos que más tiran del IPC hacia arriba, aunque no son los únicos ya que toda la cesta de la compra sigue subiendo de precio respecto a abril de hace un año.
«Es una rebaja significativa que rompe la tendencia alcista de los últimos meses, en la que se pueden apreciar los primeros efectos de las medidas adoptadas por el Gobierno para paliar los efectos económicos de la guerra en Ucrania, para reducir el coste de la energía para las familias», aseguran fuentes gubernamentales, que reconocen que a esta reducción ha contribuido también la «desaceleración» de los precios de la electricidad.
Además, esperan que la inflación siga su bajada los próximos meses gracias a la limitación de los precios del gas que se está negociando con Bruselas, lo que permitirá reducir «sensiblemente» el precio de la electricidad. «La bajada en la factura de la luz de los hogares y de las empresas se producirá cuanto antes», argumentan.
En tasa mensual (abril sobre marzo), la inflación baja un 0,1 %, su primera caída tras dos meses de alzas, con el impacto de la guerra como telón de fondo, que ha conllevado la subida de los precios energéticos y problemas en las cadenas de suministros por la falta de materias primas.
La subyacente, en el 4,4 %
Que no solo tira al alza del IPC la subida de la energía lo demuestra la tasa de inflación subyacente (que no tiene en cuenta energía ni alimentos frescos), que subió en abril un punto hasta situarse en el 4,4 %, la más alta desde diciembre de 1995.
Un problema para la economía española ya que es una tasa que «tiende a perpetuarse en el tiempo» y es más elevada que la media europea, lo que supone «pérdida de competitividad para España», explica el director de Coyuntura Económica de Funcas, Raymond Torres, que asegura que la inflación subyacente es el «principal barómetro de la marcha de la economía». El economista advierte además de que esta es la medida que el Banco Central Europeo (BCE) mira para ajustar sus tipos de interés.
Por su parte, el IPCA, que proporciona una medida común de la inflación para poder hacer comparaciones internacionales, se situó en el 8,3 % en tasa anual, un punto y medio por debajo de la de marzo y solo una décima por debajo del IPC general.