El BCE subirá los tipos un cuarto de punto en julio y pondrá fin a las compras de deuda
ECONOMÍA
Es el primer alza en 11 años y aplicará otra en el mes de septiembre
09 jun 2022 . Actualizado a las 19:17 h.Cambio de ciclo en el Banco Central Europeo (BCE). El organismo que pilota Christine Lagarde anunció este jueves que pondrá fin en julio a la compra de deuda y que ese mismo mes fijará una subida de tipos del 0,25%, la primera en 11 años. Además, prevé un segundo incremento en septiembre, cuyo alcance no desveló, y que dependerá de la evolución de la inflación. La invasión rusa de Ucrania y la presión inflacionista resultante de la guerra han llevado al BCE a tomar una decisión que pone fin a una etapa iniciada por Mario Draghi y caracterizada por la compra de deuda y los tipos de interés negativos. Llega, además, cuando se cumple el décimo aniversario el rescate de España.
El organismo fija como su principal objetivo la contención de los precios. «La elevada inflación supone un importante reto y nos aseguraremos que se rebaje al 2 %», aseguró ayer Lagarde. Con los precios disparados hasta el 8,1 % en mayo, el BCE estima que «se dan las condiciones para una normalización de la política monetaria». Así, la entidad continuará con la subida de tipos más allá de septiembre de «forma gradual y sostenida», en función de la evolución de la inflación que, según apuntó Lagarde, «seguirá siendo indeseablemente alta por un tiempo». A día de hoy, las proyecciones calculan que los precios se mantendrán en el 6,8 % este año, antes de retroceder hasta el 3,5 % y el 2,1 %.en el 2023 y el 2024, respectivamente. En el caso de que esas estimaciones se mantengan o empeoren —por el corte de gas ruso a Europa, por ejemplo—, el BCE advierte de que llevará a cabo un incremento de los tipos de interés más pronunciado en septiembre. En ese escenario, el más adverso de los que maneja la entidad, se prevé un alza de precios anual del 7,1 %.
Con la subida de los tipos de interés, el guardián del euro sigue el camino ya iniciado por entidades de todo el mundo. El Banco de Inglaterra incrementó los tipos en cuatro ocasiones antes de mayo y, ese mismo mes, la Reserva Federal estadounidense los situó entre el 0,75 y el 1 %. El BCE, por su parte, se mantuvo a la espera y apostó por la reducción gradual de su programa de adquisición de deuda. Dentro su consejo gobernador, sin embargo, aumentaba la presión de los Estados miembros que apostaban por el incremento de las tasas, los denominados halcones, con Alemania, Austria, Holanda y los países bálticos a la cabeza. Los del sur —entre ellos España— defendían, en cambio, una política monetaria más acomodaticia.
Lagarde ya adelantó el cambio en la línea del BCE la pasada semana en su blog, donde esbozó la hoja de ruta de su política monetaria, que sacará a la eurozona de la etapa de tipos negativos. Con todo, apuntó que el organismo mantendrá la flexibilidad como «elemento clave» en sus decisiones.
Reapertura de sectores
Las tensiones en las cadenas de suministro y el comercio, a consecuencia de la guerra en Ucrania, y el recrudecimiento de la pandemia en China «lastran a la economía europea». Y las consecuencias son peores de lo previsto por el BCE. El organismo revisó este jueves a la baja el crecimiento de la eurozona para este año, que se situará en el 2,8 %; y en el 2,1 % los dos siguientes. «El alto coste de la energía también está pesando en la economía europea», incidió Lagarde. Aun así, destacó como factores positivos la reapertura de los sectores más afectados durante la pandemia —como la hostelería y el turismo— y la «buena salud» del mercado de trabajo europeo. El BCE también ve con buenos ojos la implementación de los fondos Next Generation y el programa REPowerEU, que busca aumentar la independencia energética europea. «Ayudarán a mejorar la resiliencia e impulsarán el crecimiento».