Llenar la despensa es un 11 % más caro que hace un año, una subida histórica
ECONOMÍA
La inflación cerró mayo en el 8,7 %, arrastrada por los alimentos y la energía
11 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Vivir nunca había sido tan caro. Actividades cotidianas y necesarias como llenar el depósito del coche o pertrechar la despensa se han convertido en una auténtica sangría para las economías familiares. El Instituto Nacional de Estadística (INE), confirmó ayer un dato que ya había adelantado hace dos semanas: la inflación avanzó en el mes de mayo hasta el 8,7 % en términos interanuales. No es el peor dato cosechado este último año. En el mes de marzo, el IPC tocó techo al llegar al 9,8 %. Meses atrás era la electricidad la que aupaba el índice hasta niveles desconocidos en tiempos recientes. Ahora las cosas han cambiado, y son otros dos los capítulos que están detrás de la escalada: la comida y la gasolina.
A pesar de que han sido las gasolinas las que más leña han echado al fuego de la inflación (aportan 2,5 décimas a los precios), lo ocurrido con los alimentos es para llevarse las manos a la cabeza. La cesta de la compra se ha encarecido un 11 % en el último año, una tasa nueve décimas superior a la del mes pasado y, lo que es más importante, la más alta desde el comienzo de la serie histórica, en enero del año 1994. Es decir, en 28 años.
Y dentro de la despensa, hay escaladas realmente vertiginosas. Comprar un kilo de arroz, por ejemplo, es un 10,2 % más caro que hace justo un año; mientras que las harinas y otros cereales o los huevos han subido más del 25 %. Son alimentos que, por su menor coste, servían a muchos hogares, especialmente a los de rentas más bajas, para capear el temporal y mantener sus mesas surtidas.
Pero ni las comidas más básicas se salvan de la sangría. La carne de ave (entre la que está el recurrente pollo) cuesta un 13,6 % más que hace doce meses, mientras que la pasta ha subido casi un 28 %. Comerse un yogur cuesta casi un 15 % más que hace un año, mientras que para desayunar un vaso de leche, el esfuerzo del bolsillo se ha incrementado más de un 16 %.
El contexto internacional y la guerra de Ucrania llevan ya un tiempo notándose en los precios que recogen los lineales del aceite. El de oliva ha subido un 36,5 %, pero lo del de girasol es realmente preocupante. Los englobados dentro de la categoría otros aceites comestibles —entre los que se encuentra el de girasol— han duplicado su precio en el último año.
Los combustibles tampoco dan tregua. No hay más que acercarse a un surtidor estos días para comprobar cómo el litro de gasolina ha llegado a superar por primera vez la barrera de los dos euros. Según las cifras que maneja el INE, este carburante se ha encarecido casi un 26 %; mientras que el gasoil lo ha hecho un 34 %.
Aunque alimentación y carburantes, al ser más volátiles, quedan excluidos de la inflación subyacente; esta tampoco se salva, evidenciando así que la subida de precios es generalizada y se está filtrando poco a poco al conjunto de la economía. Este indicador cerró el mes de mayo en el 4,9 %.
Galicia, por encima de la media
Los gallegos tampoco han escapado al fenómeno de la inflación. De hecho, la padecen un poco más que la media española. Porque en Galicia, el IPC en términos interanuales escaló un 9,6 % en mayo. Con respecto al mes anterior, abril, la subida fue de cinco décimas.