Los impuestos a las energéticas y los bancos recaudarán 7.000 millones en dos años

G. Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Kiko Huesca | EFE

Las cinco mayores entidades perdieron 5.165 millones en bolsa tras el anuncio

13 jul 2022 . Actualizado a las 09:03 h.

«Se habla a menudo de los beneficios caídos del cielo, pero no son tales. Los sobrebeneficios no caen del cielo, salen del bolsillo de los consumidores que pagan los recibos. Y este Gobierno no va a permitir que el sufrimiento de muchos sea el beneficio de unos pocos». Así justificó ayer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la decisión de aprobar dos nuevos impuestos extraordinarios: al sector que más se ha beneficiado de la coyuntura de altos precios, las compañías energéticas; y al que engordará sus cuentas gracias a la subida de los tipos de interés y del euríbor: las entidades financieras. Según aclaró posteriormente la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, deberán pagar los nuevos tributos aquellos grupos que facturen más de 1.000 millones al año.

En el caso de eléctricas, petroleras y gasistas, Sánchez ya había anunciado a finales de junio, tras el Consejo de Ministros que aprobó el segundo paquete de ayudas para hacer frente a los efectos económicos de la guerra, que el Ejecutivo aplicaría un gravamen adicional, pero sin ofrecer ningún detalle. Ayer concretó que el tributo entrará en vigor el año que viene y estará vigente durante dos ejercicios, gravando los beneficios extraordinarios del 2022 y del 2023. También detalló el objetivo de recaudación: 2.000 millones de euros en cada anualidad.

Con todo, la gran novedad del discurso del presidente fue el anuncio de otro impuesto «excepcional y temporal» dirigido a «las grandes entidades financieras que ya han empezado a beneficiarse de la subida de tipos de interés», que encarecerá las hipotecas. Este gravamen tendrá también una vigencia de dos años (sobre los beneficios de los ejercicios 2022 y 2023) y busca recaudar 1.500 millones de euros adicionales en cada anualidad.

En total, ambas medidas incrementarán los ingresos públicos en unos 7.000 millones durante el tiempo en que estén activas.

«Este Gobierno no va a tolerar que haya empresas o individuos que se aprovechen de la crisis para amasar mayor riqueza a expensas de la mayoría, porque las dificultades de una mayoría no pueden ser las alegrías de una minoría», defendió Sánchez.

Tramitación en el Congreso

Estos dos nuevos impuestos se tramitarán en los próximos meses en el Congreso, donde los partidos que conforman la coalición de Gobierno los presentarán a través de proposiciones de ley. El objetivo es que entren en vigor en el 2023, para no alterar la fiscalidad a mitad de ejercicio, aunque se diseñarán de forma que graven con carácter retroactivo los beneficios del ejercicio anterior, lo que puede acabar derivando en una nueva batalla judicial con dos sectores con potentes equipos legales.

Los dos impuestos extraordinarios se suman a otros cambios fiscales implementados en los últimos años que afectan de forma especial a las grandes compañías. Así, desde este ejercicio las empresas que facturen más de 20 millones de euros o que tributen en régimen de consolidación fiscal, con independencia de su sector de actividad, deberán tributar un mínimo de un 15 % de su base imponible (el tipo general es del 25 %). Listón que se eleva al 18 % para las entidades financieras y las petroleras (cuyo tipo general es del 30 %).

Batacazo bursátil

El anuncio del nuevo impuesto a la banca provocó ayer un desplome de las acciones de las grandes entidades españolas, que llegaron a caer más de un 10 % tras las palabras de Sánchez. Pese a que en el tramo final de la sesión enjugaron las pérdidas, todas acabaron en números rojos. Las que menos perdieron, Santander y BBVA, se dejaron un 3,6 y un 3,7 %, respectivamente, mientras que Bankinter cayó un 5 %, Sabadell un 7,4 % y CaixaBank sufrió el mayor correctivo, con un descenso del 8,6 %. En total, su valor en bolsa cayó en 5.165 millones de euros. En cuanto a las energéticas, la más castigada fue Repsol, que perdió un 5,7 %.

Desde la patronal bancaria AEB su presidente, José Luis Martínez Campuzano, destacó que el anuncio de este nuevo impuesto refleja la «improvisación jurídica» en que opera «un sector tan importante para la economía y la sociedad» y censuró que el tributo «distorsiona el mercado». «Es una medida que no contribuye a armonizar los regímenes fiscales dentro de la Unión Bancaria», secundaron desde CECA, la asociación de las antiguas cajas.

Frente a las críticas, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, reclamó que los impuestos extraordinarios no se limiten a dos sectores y se apliquen a todas las cotizadas, que tienen «beneficios muy importantes».

 

Sánchez anuncia medidas de ahorro energético si Putin corta el grifo del gas

«No podemos descartar nada, y mucho menos que Putin decida cortar el gas a Europa como otro arma de guerra», apuntó ayer Sánchez, que anunció que si eso ocurre «Europa puede sufrir restricciones de energía». Unas restricciones que, aclaró, también afectarían a España, pese a su menor dependencia del gas ruso (apenas un 10 % del que quema llega de ese país), ya que «queremos, si podemos, ayudar cuando Europa nos necesita», lo que se traducirá en el envío de energía a otros países más afectados por el corte del gas ruso.

En ese sentido, el presidente del Gobierno fue claro: «Deberemos adoptar medidas de ahorro energético». Y precisó que eso se traducirá en un incremento del teletrabajo, el fomento del transporte público y otras medidas de eficiencia energética, como «bajar un poco la temperatura de nuestra calefacción o subirla en el aire acondicionado». «Nada que atente contra nuestro modo de vida, pero sí acciones que nos permitan defender nuestros valores cuando se ven atacados».

Sánchez reconoció que la convulsión en el mercado energético, con altos precios y dudas sobre la garantía del suministro, no son las únicas amenazas para la economía española, que también se verá penalizada por la cada vez más probable recesión en Estados Unidos y Alemania.

El PP insiste en reclamar que se ajusten a la inflación los tramos del impuesto sobre la renta

La portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, no desveló, como le reclamó insistentemente Sánchez, si los populares convalidarán o no el último decreto de medidas económicas para tratar de bajar la inflación, que incluye alguna propuesta de su partido, como bajar el IVA de la electricidad del 10 al 5 %. A su entender, esa medida llega tarde, ya que de haberla aplicado cuando lo pidió el PP «los españolitos se hubieran ahorrado 200 millones». Reclamó, además, que ese IVA superreducido se aplique también al recibo del gas.

En cuanto al IRPF, Gamarra rescató otra de las propuestas de su formación: la deflactación de los tramos del impuesto sobre la renta para ajustar el gravamen a la inflación. Con ese ajuste se evitaría que los contribuyentes que vean incrementados sus ingresos, pero no su poder adquisitivo, tengan que tributar más.