Algunas empresas prevén una recesión en la segunda mitad del año
01 ago 2022 . Actualizado a las 18:59 h.Las fábricas españolas comienzan a parar sus máquinas empujadas por la crisis energética, que está provocando unos costes de producción que no se veían desde hace décadas. Así se desprende del indicador PMI de manufacturas de España de julio publicado ayer por S&P, que bajó desde los 52,6 del mes anterior hasta los 48,7 puntos, por lo que se sitúa por primera vez desde mayo del 2020 por debajo del umbral de los 50 puntos que separa el crecimiento de la contracción.
El deterioro del sector industrial es consecuencia, en gran medida, de una caída considerable de los nuevos pedidos en un momento de fuertes presiones inflacionistas e incertidumbre económica generalizada.
Las empresas encuestadas informaron de que las ventas se han desplomado debido a un entorno cada vez más incierto, y algunas empresas prevén una recesión en la segunda mitad del año, según explica S&P, que advierte que los altos precios también afectaron la demanda, mientras que factores similares conllevaron a una disminución comparable en los nuevos pedidos para la exportación.
La alta inflación, la guerra en curso en Ucrania y los temores de un frenazo económico que pueda incluso derivar en recesión económica en los últimos meses del 2022 están socavando el optimismo. Dichas preocupaciones se trasladaron también a las decisiones de contratación, ya que el nivel de empleo cayó en julio por primera vez en diecisiete meses.
«Las empresas están cada vez más preocupadas por la continuación de la recesión económica en los próximos meses y, por ello, están tomando posiciones cada vez más defensivas, tal y como lo demuestran los recortes de empleo, de los inventarios y de las compras», apuntó Paul Smith, director de Economía de S&P Global Market Intelligence.
Pymes en problemas
En esta misma línea, la patronal de las pequeñas y medianas empresas, Cepyme, advirtió este lunes de que las pymes españolas están activando ya sus propios planes de contingencia para hacer frente al fuerte incremento de costes, lo que está provocando una reducción de los márgenes de la mayoría de las compañías. «El encarecimiento de la energía, sumado especialmente al fuerte aumento de los precios de las materias primas, merma la capacidad de producción y de funcionamiento de las pymes españolas», señaló la organización.
Ante esta situación de incertidumbre, la patronal avisa de que las empresas ya han empezado a tomar medidas, como la de ajustar sus horarios ante el aumento del precio de la energía, reestructurar sus planes de producción, incluso con cierres temporales parciales o totales de parte de sus cadenas, y ajustar los stocks de mercancía.