Los españoles siguieron consumiendo más carburantes a pesar de las subidas históricas de precio
ECONOMÍA
El Banco de España cree que las ayudas públicas y la expectativa de que la crisis sería temporal están detrás del repunte
27 sep 2022 . Actualizado a las 16:33 h.La primera mitad del año 2022 pasará a la historia en España por la subida extraordinaria que experimentaron los precios de los carburantes. La gasolina se encareció un 30,9 %. El diésel hizo lo suyo, repuntando un 33,5 %, respecto a los niveles del mismo período del 2019 -antes de la pandemia y el confinamiento, que paralizó la actividad-.
A pesar de esta escalada sin parangón, que notaron en el bolsillo todos los españoles -y con mayor intensidad los gallegos-, el consumo no se frenó. Todo lo contrario. Según apunta un análisis publicado este martes por el Banco de España, «a pesar de este marcado encarecimiento, el consumo de estos productos no solo no ha descendido, sino que se ha incrementado, en particular en el caso de las gasolinas -segmento en el que se concentra el consumo residencial-».
Concretamente, la compra de gasolina desde enero hasta junio creció un 6,7 % respecto al mismo período del 2019, cuando los precios estaban mucho más bajos. La compra de diésel, por el contrario descendió un 6,5 %. Sin embargo, el organismo resalta que la caída del consumo debería haber sido mayor en ambos casos, alcanzando el 8 %.
Lo mismo ocurre con la electricidad. Según los cálculos de los expertos del Banco de España, en el primer semestre del 2022, su consumo debería haber caído un 6,7 % -teniendo en cuenta la sensibilidad de los hogares a la subida de los precios energéticos observada en otras épocas-. Pero el recorte apenas alcanzó el 3,7 %.
¿A qué se debe este comportamiento anómalo en el consumo? Los analistas señalan varios factores, entre ellos «la expectativa por parte de hogares y empresas de que los cambios observados en los precios serían temporales» y «el hecho de que haya habido algunas medidas compensatorias por el lado de las rentas para los colectivos más vulnerables, o la disponibilidad de una importante bolsa de ahorro acumulada durante la pandemia».
Esas medidas compensatorias se tradujeron en bajadas del IVA en la electricidad, el tope al gas o la bonificación de 20 céntimos por litro de carburante, que se ha prorrogado hasta final de año y que el Gobierno, según sugirió la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, tiene intención de limitar a los colectivos más expuestos y sensibles a las subidas de los precios de la gasolina y el diésel.