Los beneficiarios del ingreso mínimo podrán trabajar y cobrar toda la ayuda

S. Cabrero / L. Palacios REDACCIÓN / LA VOZ, COLPISA

ECONOMÍA

Ricardo Rubio | EUROPAPRESS

La suma entre la prestación y el salario no podrá superar los 17.000 euros

28 sep 2022 . Actualizado a las 14:59 h.

El ingreso mínimo vital (IMV) sigue reajustándose para alcanzar al mayor número de potenciales beneficiarios. Y con esa idea, el Consejo de Ministros aprobó este martes el reglamento de incentivos al empleo con el que intentará impulsar la incorporación al mercado laboral de los perceptores de esta ayuda del Estado. El objetivo es evitar que todas estas personas desistan en la empresa de encontrar trabajo o aumentar sus ingresos por temor a perder la ayuda o ver reducido su importe.

Con esta medida, que entrará en vigor en enero del 2023, el Gobierno trata de ayudar a las familias que tienen complicado entrar en el mercado laboral —como las monoparentales— a dar el paso sin miedo a quedarse sin ingresos. Hay que recordar que la renta mínima ya es ahora compatible con el empleo. Con ciertas condiciones. Porque, si se encuentra, el sueldo que se recibe por el mismo provoca un recorte de la ayuda. Es decir, el dinero que se cobra en concepto de salario se resta del monto que se recibe como ayuda. Eso es lo que cambiará a partir del año que viene. Así, los beneficiarios del IMV que encuentren un empleo, amplíen las horas de trabajo o incluso vean mejorado su salario, podrán seguir cobrando toda la ayuda y sumar a esta todo lo percibido por ocupar un puesto de trabajo o mejorar sus condiciones laborales. Eso sí, la suma entre el ingreso mínimo y el salario recibido no podrá superar los 17.000 euros al año.

¿Cómo se calculará?

La casuística de cada preceptor será la que determine el importe de este nuevo incentivo. El Ministerio de Seguridad Social que capitanea José Luis Escrivá pondrá en marcha en los próximos días un simulador online para que los actuales beneficiarios del ingreso mínimo puedan calcular a cuánto ascenderán sus ingresos en caso de que su situación laboral cambie. Simplificando un poco la fórmula, el incentivo consistirá en que una parte del aumento de los ingresos salariales que percibe un hogar no supongan una merma de la cantidad que se recibe en concepto de ingreso mínimo vital.

La mejora será gradual. Y más generosa cuando se trate de los incrementos salariales del comienzo, para irse moderando poco a poco a medida que el perceptor vaya mejorando su situación y los ingresos procedentes del trabajo crezcan. Hay tres parámetros que determinarán la cantidad que se recibirá. En primer lugar, la presencia o no de menores en el hogar. También se tendrá en cuenta la relación previa con el mercado de trabajo, incentivando más a quienes se incorporan a él que a aquellos que ya estaban trabajando.

Para entenderlo mejor, el Ministerio de Inclusión facilita un ejemplo. En el caso de una familia monoparental con un menor a su cargo y sin ingresos el año anterior, la renta garantizada por el ingreso mínimo que recibe antes del incentivo asciende a 10.737 euros al año. Si en el ejercicio siguiente, esta familia obtiene 1.000 euros al año por trabajar, no se le recortaría ni un solo euro de la prestación que recibe, con lo que sus ingresos totales serían de 11.737 euros. No habrá merma alguna mientras los rendimientos del trabajo no superen el 60 % del IMV. Es decir, hasta que el perceptor del ejemplo no reciba una nómina de más de 6.442 euros al año. Una vez que el dinero que recibe por su trabajo supere esa barrera, la parte que ingresa por la ayuda del Estado irá disminuyendo.

Uno de cada cinco hogares podría verse beneficiado

Tras más de dos años en marcha, el ingreso mínimo vital ha alcanzado ya a más de medio millón de hogares en los que viven 1,4 millones de personas (el 45 % de ellos son menores), según los datos publicados por el Ministerio de Inclusión que capitanea José Luis Escrivá.

El Gobierno calcula que uno de cada cinco hogares puede verse favorecido por los nuevos incentivos, es decir, unas 100.000 familias. Los potenciales beneficiarios no tendrán que solicitarlos, ni acudir a sus oficinas de la Seguridad Social a presentar ningún papel. Si ya son perceptores del ingreso mínimo, todos los cálculos se realizarán de oficio.

A pesar de que entrará en vigor en enero del año que viene, el incremento en los ingresos se empezará a notar a mediados del 2023. Y, tal y como explican, la cantidad extra que se reciba se mantendrá congelada durante un año. Solo aumentará si, en la siguiente revisión que realice la Seguridad Social, el perceptor ha vuelto a incrementar sus ingresos salariales.