La banca aboga por ayudar a las rentas más bajas para evitar desahucios y quiebras
ECONOMÍA
El sector avisa de que si el euríbor sigue subiendo una parte de la población no podrá pagar la hipoteca
04 oct 2022 . Actualizado a las 13:07 h.Los responsables de algunas de las mayores entidades financieras españolas (CaixaBank, Santander, Sabadell y Unicaja) defienden la necesidad de ayudar a aquellas familias y empresas con menores rentas para paliar la subida de la inflación y evitar desahucios y quiebras. Así lo señalaron este martes los consejeros delegados de CaixaBank, Gonzalo Gortázar; Santander, José Antonio Álvarez; Banco Sabadell, César González-Bueno; y Unicaja Banco, Manuel Menéndez, en el V Foro Banca organizado por el diario elEconomista.
Ninguno de los participantes en una mesa redonda se atrevió a vaticinar hasta dónde puede llegar el euríbor, el índice más utilizado para el cálculo de hipotecas, pero, si como prevé el Banco Central Europeo (BCE), alcanza el 3 % en unos meses, el impacto para las familias endeudadas con menores rentas va a ser notable.
No obstante, el consejero delegado de CaixaBank, Guillermo Gortázar, matizó que las subidas en las hipotecas se situarán en muchos casos en los niveles vigentes cuando se suscribieron, ya que una gran parte de la cartera hipotecaria es bastante antigua.
El impacto es por lo tanto «gestionable», aclaró, si bien hay una parte de la población, pequeña pero no desdeñable, que no podrá hacer frente a estas subidas dado su bajo nivel de rentas.
La solución no es necesariamente el paso a hipotecas con interés fijo, añadió el consejero delegado del Santander, José Antonio Álvarez, aunque es cierto que en un contexto como el actual, en el que es imposible saber cuánto tiempo se va a prolongar la elevada inflación y la subida de tipos de interés «es bueno tomar decisiones prudentes y conservadoras».
En este momento, el alineamiento de la política monetaria y fiscal no es muy claro, ya que «los bancos centrales van por un lado y los Gobiernos expanden el gasto, y ahí está el problema», ya que «por un lado los bancos centrales tratan de parar la demanda y los gobiernos no repriorizan el gasto», señaló.
Ello puede dilatar en el tiempo la lucha contra la inflación, al tiempo que las subidas de tipos «serán más altas y más largas» en el tiempo.
Par el consejero delegado del Sabadell, César González Bueno, es preciso hacer una «segmentación», ya que por un lado las grandes empresas tienen liquidez y pueden repercutir precios, en tanto que los hipotecados en los últimos cinco años que no han amortizado suficiente capital y que cuentan con menores rentas tendrán problemas. En particular, en aquellos casos en los que la suma de tres factores (servicios básicos, energía y cuota hipotecaria) aumente hasta un punto en el que no puedan hacerle frente «por mucho esfuerzo que se haga».
Ahí es donde la banca, «que piensa más en cliente que en el negocio bancario, tiene que buscar solucione razonables y razonadas», y no dirigidas desde un punto de vista político; la solución clásica es la moratoria, para ese grupo «que no es excesivamente mayoritario» pero que se enfrenta a una situación complicada, explicó González Bueno.
Nadie podía prever este incremento en el coste financiero de las hipotecas, añadió, que «no es alto, pero que tiene un efecto sorpresa que no ha permitido a las familias hacer un planificación adecuada».
En la misma línea se manifestó el consejero delegado de Unicaja, Manuel Menéndez, quien mostró su rechazo a la iniciativa de topar las hipotecas, una alternativa «ni adecuada ni necesaria»; lo que cabe es «analizar los casos particulares» partiendo de la experiencia adquirida durante la crisis anterior.
Otro de los puntos abordados en la mesa redonda fue la tasa o impuesto a la banca, que en caso de aprobarse debería ser temporal, neutro y ejecutado de forma ordenada; al respecto, los banqueros se mostraron partidarios de esperar a conocerlo en todos sus términos antes de pensar en recurrirlo.