El BCE sube los tipos de interés otro 0,75 % pese a la amenaza de recesión

Ana Balseiro
ANA BALSEIRO MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Christine Lagarde, presidenta del BCE
Christine Lagarde, presidenta del BCE WOLFGANG RATTAY | REUTERS

El precio del dinero se eleva al 2 % tras este tercer encarecimiento consecutivo para luchar contra la inflación

14 nov 2022 . Actualizado a las 14:48 h.

Se esperaba y se ha cumplido. El Banco Central Europeo (BCE) confirmó este jueves que sube en otros tres cuartos de punto los tipos de interés. El incremento es de nuevo contundente.—nunca, antes del pasado septiembre, se había producido una subida de tal magnitud— y, además, es la tercera que el regulador encadena desde el verano. El precio del dinero se sitúa así en el 2 %, su nivel más alto desde el 2009.

Además, este alza no será la última, tal y como confirmó la presidenta del organismo, Christine Lagarde, quien afirmó que la «normalización» de la política monetaria «aún no ha terminado». Sin embargo, sí aseguró que el ritmo y la intensidad de los próximos incrementos los acordará el consejo de gobierno del BCE «reunión a reunión», en función de los datos disponibles y teniendo en cuenta el riesgo de recesión que se cierne sobre la economía europea, que la francesa reconoció.

Y es que la preocupación que el regulador europeo lleva meses expresando por la persistencia de la inflación en niveles insólitamente altos (en septiembre marcó un récord al situarse en el 9,9% en la eurozona), está teniendo respuesta desde el verano. La primera subida se produjo el 21 de julio y puso punto final a la era de los tipos al 0 %. El BCE la había inaugurado el 16 de marzo del 2016, como modo de impulsar as economías europeas para dejar definitivamente atrás la gran crisis del 2008. Ahora ya es historia.

Más subidas en el horizonte

Tanto es así, que la recesión técnica —dos trimestres consecutivos de contracción del PIB— que cada vez más organismos sitúan al cierre de este año y el arranque del próximo, no ha cambiado la hoja de ruta de la política monetaria del BCE. «¿Hemos terminado nuestra normalización? No», afirmó ayer Lagarde, dejando claro que «habrá más subidas de tipos en el futuro».

La institución está enfocada ahora a enfriar unos precios recalentados y especialmente espoleados por las consecuencias que la guerra de Ucrania ha tenido en materia energética y alimentaria.

La subida de tipos, de la que los principales damnificados serán los ciudadanos con hipotecas variables (verán encarecerse su cuota mensual), no se quedará aquí. El mercado lleva semanas apostando a que el endurecimiento monetario llevará el precio del dinero a niveles del entorno del 3 %, lo que significaría hacer oídos sordos a las peticiones que abogan por aplazar y suavizar la senda alcista en este momento de frenazo económico.

Los Gobiernos europeos llevan meses adoptando medidas para aliviar la asfixia ciudadana por la subida de los precios, medidas que, además, parece que se prorrogarán el próximo año, lo que choca con el efecto que el BCE persigue con el alza de tipos.

Por ello, el organismo que preside Lagarde ha hecho reiterados llamamientos a que se acote el alcance de las ayudas y se circunscriban a los más vulnerables. Cabe recordar, por ejemplo, que en el plan presupuestario del 2023 que el Gobierno ha remitido a Bruselas se cifra en 10.000 millones el coste adicional de prorrogarlas y ampliarlas.

Sin embargo, la petición de que se midan bien las consecuencias económicas de las medidas que se adoptan es bidireccional, y si el BCE se lo reclama a los países, también crecen las voces que le piden al regulador que use otros instrumentos de los que dispone —más allá de elevar los tipos— para embridar la inflación.

Tocar el balance, en diciembre

En este último apartado están, por ejemplo, los bautizados como beneficios de la banca caídos del cielo, un mecanismo de liquidez extraordinaria para la banca a través de subastas a largo plazo, que se introdujo en el 2014 y se intensificó en la pandemia para impulsar el crédito a hogares y empresas.

En la reunión de este jueves el BCE acordó ajustar los tipos de interés aplicables a estas operaciones de liquidez a partir del 23 de noviembre de este año y hasta la fecha de vencimiento o la fecha de reembolso anticipado. En concreto, el tipo de interés se indexará al promedio durante ese período de los tipos de interés oficiales del BCE.

Igualmente se ofrecerán a los bancos fechas adicionales para realizar reembolsos anticipados voluntarios de esas operaciones, porque si en la pandemia era preciso inyectar liquidez en el sistema, la prioridad ahora es drenarla, como subrayó el BCE.

La otra patata caliente sobre la que el regulador debe decidir es el otro gran instrumento usado en la última crisis: la reducción de balance (quantitative tightening o QT, por sus siglas en inglés). Se trata de que el BCE comience a liberarse de la abultadísima cartera de bonos acumulados desde hace ocho años, algo que, según confirmó este jueves Lagarde, se decidirá en la última reunión del año, el próximo mes de diciembre.

En cualquier caso, ganan fuerza las voces que apuntan a que la reducción de balance podría comenzar ya en el primer trimestre del 2023, después de retrasarla con la reinversión en dichos bonos en los últimos meses. Se trata de evitar tensiones en el mercado, que agiten el fantasma de la crisis de deuda soberana vivida en el 2012, en la que se llegó a temer por el futuro del euro.