El BCE ve la recesión «cada vez más probable» y alerta del riesgo financiero en hogares y empresas

Ana Balseiro
A. BALSEIRO MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

David Borrat | EFE

Su Informe de Estabilidad Financiera advierte del enfriamiento económico

16 nov 2022 . Actualizado a las 19:07 h.

El Banco Central Europeo (BCE), que el pasado verano dio un volantazo en su política monetaria para enfriar una inflación desbocada, advirtió que «cada vez es más probable» que la eurozona sufra una recesión técnica, es decir, dos trimestre consecutivos de crecimiento negativo de la economía. Aunque ese horizonte no cambiará su política de subida de tipos de interés, el organismo que preside Christine Lagarde, con Luis de Guindos como vicepresidente, alertó del riesgo que dicho enfriamiento económico supondrá para el sistema financiero y, en consecuencia, para familias y empresas, que ya han comenzado a notar el endurecimiento de las condiciones de los créditos.

En este sentido, el informe aprecia «señales incipientes» de deterioro de los activos, que pueden requerir mayores provisiones por parte de las entidades financieras, a las que pide no infravalorar los riesgos.

«Las personas y las empresas ya están sintiendo el impacto del aumento de la inflación y la desaceleración de la actividad económica», señaló De Guindos, insistiendo en que la evaluación del BCE es que los riesgos para la estabilidad financiera «han aumentado», de la mano de una «cada vez más probable» recesión técnica.

Este horizonte, muy vinculado al impacto de la guerra de Ucrania en las economías europeas, se traducirá en una mayor vulnerabilidad para los hogares, las empresas y también los Estados, todos ellos con deudas crecientes y más costosas, así como con mayores facturas energéticas y abultados gastos en productos y servicios básicos.

En concreto, sobre los hogares, el BCE pone el foco sobre la inflación y el coste desbocado de la electricidad y del gas, que erosiona su poder adquisitivo y golpea con especial dureza a las familias con menores ingresos.

«Dado que a las empresas y los hogares les resulta cada vez más difícil pagar el servicio de sus deudas, los bancos podrían enfrentarse a mayores pérdidas crediticias a medio plazo», señala el BCE, que ve «señales incipientes» de deterioro de la calidad de los activos, que pueden requerir mayores provisiones.

Por ello, el organismo habla de la necesidad «urgente» de retocar la regulación del sector para fortalecer su resiliencia.