El Gobierno alega que es vital para garantizar el suministro energético
10 ene 2023 . Actualizado a las 09:59 h.Un tercio de la electricidad que está generando este lunes Alemania procede de la quema de carbón. Es la misma que en los últimos doce meses. El país ha tenido que reactivar plantas térmicas y recurrir al combustible fósil para suplir la escasez de gas, propiciada por Rusia. Además, Berlín aprobó una medida para priorizar el transporte energético por ferrocarril, por encima del transporte de viajeros con el objetivo de garantizar la seguridad energética de industrias y hogares este invierno.
Son solo algunas de las medidas de emergencia que ha tomado el Gobierno de Olaf Scholz para encarar una crisis energética que ha forzado a su Ejecutivo a renunciar a algunos principios, como los de retirar de forma progresiva el uso de combustibles contaminantes.
A corto plazo, Alemania no puede renunciar al carbón. Sin el gas barato de Rusia y sin la capacidad instalada suficiente de renovables, necesita alternativas seguras.
Un ecologista al frente del desalojo
Por eso las autoridades han accedido a reactivar minas de carbón. Este mismo miércoles, la policía alemana procederá al desalojo de la localidad de Lützerath (oeste). El pueblo se desmantelará para aumentar la extracción de ese mineral en el yacimiento Garzweiler II, según informa Efe. El jefe de la policía de Aquisgrán, Dirk Weinspach (militante ecologista), estará al frente del operativo. Una paradoja que también se da en el Ejecutivo federal, donde los Verdes forman parte del Gobierno de coalición.
Las autoridades prevén posibles altercados con activistas. Weinspach espera «evitar una escalada» de tensión, aunque en otros conflictos vinculados al carbón se han producido incidentes violentos por la infiltración de radicales de izquierdas.
Recientemente Weinspach escribió una carta abierta a los activistas por el clima en la que dice que él comparte sus metas pero que el desalojo de Lützerath es «inevitable» y que la decisión fue tomada de forma legal.
La policía no descarta ataques con piedras o que los manifestantes se suban a los árboles que tienen que ser talados. En Lützerath hay actualmente cientos de activistas dispuestos a demorar el desalojo.
El pueblo está muy cerca de la mina Garzweiler II, por lo que la mayoría de los habitantes ya lo han abandonado. La intención del consorcio RWE es ampliar la explotación, pero los activistas han ocupado casas en el pueblo, al que han convertido en un lugar emblemático del movimiento de defensa del clima.
La portavoz del Ministerio de Economía, Clima y Energía, Susanne Ungrad, dijo este lunes que el carbón de Lützerath de momento es necesario para garantizar el suministro energético.
Al mismo tiempo, indicó que desde la perspectiva del Ministerio es un «enorme progreso» que en el estado federado occidental de Renania del Norte-Westfalia se vaya abandonar el carbón en el 2030 en lugar del 2038, como parte de un acuerdo suscrito el año pasado con la energética RWE, operadora de la mina de Garzweiler.