Fernando Romero: «En siete años pagas las placas solares y tienes energía gratis durante 25 más»

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

ECONOMÍA

CAPOTILLO

El consejero delegado de EiDF Solar cree que la apuesta por el autoconsumo aún está empezando

14 feb 2023 . Actualizado a las 15:01 h.

Fernando Romero (Rentería, 1982) es consejero delegado de EiDF Solar, un referente en energía fotovoltaica que rompe barreras cada año apostando por el autoconsumo, un camino que «ni ha comenzado», pero al que la coyuntura actual le ha dado un empujón. Reconoce que Galicia es un lugar idóneo para la instalación de placas solares. Tras salir a Bolsa, la firma pontevedresa busca adentrarse en el mercado continuo en el 2023 y «seguir dando alegrías a sus accionistas y al conjunto de la empresa». En sus mensajes repite constantemente la palabra trabajo e ilusión, dos características con las que saltó del mundo de la banca al energético porque «la lógica y el sentido común me decían que este iba a ser el camino».

—En estos momentos, a nivel energético todo pasa por el autoconsumo, pero, ¿queda mucho camino por recorrer?

—Creemos que no ha ni comenzado, es una situación que se ha dado ahora mismo y se ha vuelto más social o de interés por la situación del propio mercado y la que está dejando Ucrania. La pequeña crisis energética que se ha generado y todo lo que conlleva han levantado interés por saber cómo estaba el sector energético y por el autoconsumo, pero partimos de un mercado que estaba prácticamente en cero. Evidentemente está creciendo, pero venía de una situación totalmente plana. Con el cambio climático y la necesidad de la Unión Europea de tener más independencia energética, las renovables están teniendo una mayor relevancia. Esto nos está dando un crecimiento importante en el modelo de negocio, pero estamos aún en el 5 % de penetración en el ámbito del autoconsumo.

—En esa línea y aunque están centrados en empresas, al ciudadano le preocupa el autoconsumo en la vivienda. ¿Se puede hablar de gasto cero de energía?

—Yo lo tengo en mi casa y pago 30 euros al mes, eso me da una independencia del 90%.

—A nivel empresarial, ¿es suficiente lo que se recoge de la solar para abastecer una planta en una comunidad como la Galicia?

—Sí, es viable, los inviernos de Galicia son mejores que los de Alemania, Inglaterra o del norte de Europa. La energía solar es muy noble y la previsión de la misma no depende del invierno, sino de las medias anuales de los últimos 50 años y eso te permite hacer tus números. En Galicia las placas solares producen mucho en invierno.

—Podemos convertirnos en un referente a nivel nacional, pero queda que la gente apueste.

—Las placas tienen beneficio desde el minuto uno, desde que se instalan. En siete años están pagadas y tienes energía gratis durante 25 años más. Esto no tiene comparativa en ningún otro mercado, ni en el financiero, ni en ningún tipo de inversión.

—Uno de los objetivos de la firma es ser un operador de integración vertical, ¿ya se ha conseguido?

—Sí, tenemos las tres, hemos cumplido el plan de negocio y tenemos las tres unidades de consumo, generación y comercialización funcionando correctamente. En los próximos años seguiremos cubriendo esa línea para hacernos más fuertes.

—La instalación de parques en territorio nacional es un pilar fundamental para EiDF. ¿Cuántos tienen ya en España?

—Hemos cumplido el plan de negocio, tenemos 40 parques en construcción y para conexión. Es el objetivo que teníamos y lo estamos consiguiendo.

—¿Por qué es importante en esta nueva etapa la unidad de comercialización?

—Porque creemos que una parte importante de nuestros clientes además requieren energía y es un valor añadido que podemos ofrecerles, pero lo que es importantísimo es que en un mercado energético la materia prima es la energía. Nosotros somos una compañía integrada de autoconsumo que tiene dos unidades más de generación y comercialización. Para ser comercializadora tienes que ser generador y viceversa, tener todo el proceso completo e integrado. Así se generará mucha más autonomía y solvencia para poder tener un plan de negocio a largo plazo.

—Nacieron en el 2008; en el 2011 tuvieron su primera obra y una década después salen a bolsa, ¿cuál es el valor de la empresa?

—El valor de la empresa es el que el mercado le da cada día. No es algo que nos preocupe, el mercado mueve muchas noticias sobre la compañía y las leo, pero yo me dedico a mi función.

—¿Cómo se consigue cumplir en el primer trimestre del 2022 el 60 % del plan de negocio?

—Trabajando, que es lo que sabemos hacer. Tenemos una red comercial importante y unos objetivos marcados con mucha previsión. Hay una hoja de ruta para saber a dónde tenemos que ir y esto hace que el trabajo sea más fácil, lo hagamos con mayor visibilidad a corto y medio plazo. Todo ello permite que cumplamos el plan de negocio más rápido de lo esperado.

—Con este crecimiento exponencial, ¿cuáles son los retos para el 2023?

—Estamos en proceso de salir al mercado continuo, eso es un punto importante para nosotros, es el reto del año y lo que es más importante, queremos seguir como hasta ahora y desarrollar nuestro plan de negocio con la misma ilusión, trabajo y esfuerzo para poder seguir dándole alegrías al accionista y al conjunto de la empresa.

—A nivel laboral, ¿se prevé también un aumento del empleo?

—Con las últimas adquisiciones somos sobre 210 compañeros. Está previsto generar empleo a nivel nacional en la parte fotovoltaica.

—¿Se piensa ya en una expansión internacional?

—Por el momento no, estamos consolidándonos en España y con los pies en el suelo, trabajando mucho. La cronología es buena, pero ahora nos toca mantener la velocidad que llevamos dentro de nuestro país y no a nivel internacional.

—Saltó del mundo del derecho a la energía fotovoltaica y la proyección fue asombrosa. ¿Fue una decisión que le dio vértigo?

—Venía del sector financiero y cuando estaba ahí, conocí el energético. Decidí salir, dar un paso al frente y me gustó. La lógica y el sentido común decían que el camino iba a ser este, pero luego la política hizo que el camino se alargara diez años.