
Los precios del pollo o del cerdo han subido casi un 15 % en el último año
27 feb 2023 . Actualizado a las 09:26 h.La vertiginosa subida que han experimentado los precios de los alimentos más básicos en los últimos meses ha obligado a los consumidores a medir mucho el gasto que emprenden en el supermercado. Llenar la despensa con carne de vacuno es, por ejemplo, un 13,7 % más caro ahora que hace justo un año. Y no precisamente es la que más ha subido su coste. Porque la de cerdo y la de aves (entre las que se encuentra el pollo) —ambas tan socorridas para muchas familias por su precio— se han encarecido un 14,3 % y un 14,4 % respectivamente, según los últimos datos del mes de enero desvelados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Consumir proteínas se ha convertido en un imposible para muchas familias. Porque el pescado tampoco escapa de esta sangría al bolsillo. El precio de este producto (tanto fresco como congelado) ha crecido un nada desdeñable 8,5 %, mientras que los crustáceos, moluscos y preparados de pescado han visto cómo sus tiques se incrementaban casi un 12 %.
Además, cabe recordar que ni carne ni pescado entraron en la lista de productos a los que el Gobierno decidió rebajar el IVA desde el mes de enero. En casos como el del arroz o el pan, este impuesto se ha quedado en el 0 % y en otros, como el aceite y la pasta, en el 5 %. Por lo que carne y pescado siguen encareciéndose sin remedio que aplaque un poco la sangría que provocan en la economía de las familias. Llenar el carro con productos tan básicos como estos se ha vuelto todo un reto. Y las cifras publicadas por distintos organismos ya dejan más que patente que, ante unos precios inasumibles para muchos, los consumidores están dejando de ingerir algunos de los más básicos de la dieta.
Según el último Panel de consumo alimentario en hogares en España que cada mes elabora el Ministerio de Agricultura, el consumo de carne fresca en Galicia ha caído un 14,1 % (con los datos de noviembre del 2022 comparados con el mismo mes del 2021). La más afectada ha sido sin duda la de conejo, que ha experimentado un descalabro de casi el 29 %. Pero no se queda muy atrás la de vacuno (con un descenso del 27,1 %). Los gallegos no solo han dejado de consumir carnes algo más selectas. Porque tampoco escapan de la caída otras más asequibles como el cerdo (cuyas ventas han descendido un 14,3 %) o la de pollo (que ha perdido casi un 7,5 %). Ni carne, ni tampoco pescado. Los datos del ministerio que dirige Luis Planas apuntan a que el consumo de productos frescos del mar ha caído un 11,2 %. Y ni hablar de mariscos, moluscos y crustáceos, que han dejado de comprarse de manera importante (bajan un 19,5 %).
Las cifras que ofrece el Ministerio de Agricultura dan buena cuenta de los serios efectos que está teniendo la inflación en los menús de los ciudadanos. Porque a pesar del descenso tan acusado que ha experimentado el número de kilos consumidos de productos básicos en la dieta, el gasto no ha ido acompasado a esa bajada. Para muestra, la carne fresca. Mientras que los gallegos han recortado el número de kilos consumidos de esta partida un 14,1 %, el gasto (los euros per cápita) invertidos para sentar a la mesa este alimento solo se han reducido un 4,5 %. Comemos mucho menos pero no se nota tanto en el bolsillo.
Y lo de. Porque el comportamiento es totalmente inverso. Mientras que su consumo ha caído el 7,5 %, las familias han tenido que gastar en este alimento un 4,3 % más que hace justo un año.
Tampoco escapa a este fenómeno el pescado. A pesar de que en noviembre del 2022 se ha comprado un 6,3 % menos de merluza que en el mismo mes de un año antes, el dinero invertido en esta partida (en euros per cápita) ascendió un 16,3 %. «El actual contexto está llevando a los consumidores a unos comportamientos de compra de austeridad que ya vivimos en los años 70 y 80 y que son resultado de una fatiga por la inflación», explica el director comercial de la consultora IRI Worldwide, Antonio Khalaf.
También fruta y verdura
Carne y pescado no son los únicos que empiezan a salir de las cestas de los consumidores. Tampoco viven su particular época dorada, las hortalizas y frutas frescas. Los gallegos han reducido el consumo de las primeras un 8,6 %. Y una vez más, el recorte en su ingesta no se nota en el bolsillo de la misma forma, porque el gasto solo se ha reducido un 1,6 % con respecto a finales del 2021. La misma imagen se repite en el caso de la fruta fresca, que se ha dejado de consumir más de un 18 % y, sin embargo, el dinero invertido en esta partida solo ha bajado un 10,9 %.
El 90 % de los consumidores ha tenido que modificar sus hábitos alimentarios
El 57 % de los consumidores ha reducido el volumen de compra de frescos a causa del alza de precios que han experimentado en los supermercados estos alimentos. Así lo recoge el informe «El comprador de productos frescos» elaborado por Aecoc, que también atestigua que, para capear la inflación, seis de cada diez admiten que buscan más ofertas y promociones en esta categoría. Además, un 33 % ha decidido priorizar la compra a granel o al corte para poder ajustar el gasto. Por otra parte, un estudio de la OCU afirma que nueve de cada diez españoles ha tenido que modificar sus hábitos alimentarios a causa del encarecimiento generalizado de la vida. Casi el 70 % asegura que lo ha hecho priorizando productos en oferta, mientras que el 66 % se ha decantado por las marcas blancas.