El Gobierno ha dado 5.000 visados de oro en diez años, la mitad a grandes patrimonios chinos
ECONOMÍA
No aclara si se eliminará esta vía de acceso a la residencia, que han suprimido países como Portugal
27 feb 2023 . Actualizado a las 18:52 h.El Gobierno cifra en 4.940 los denominados visados de oro (golden visa, en inglés) expedidos desde el 2013, cuando el Ejecutivo de Mariano Rajoy introdujo esta figura a través de la ley de apoyo a los emprendedores. Este tipo de permisos de residencia se otorgan para aquellas fortunas extranjeras que cumplan determinados requisitos, como la compra de una vivienda de importe superior a los 500.000 euros o la inversión de más de un millón de euros en empresas españolas.
El Ejecutivo responde así al requerimiento de información de Más País, formación que registró recientemente una proposición de ley en el Congreso para eliminar este acceso preferente a la residencia, como han hecho recientemente otros países como Portugal. El argumento que emplean desde el grupo es que este tipo de inversiones han contribuido a inflar el precio de la vivienda y la especulación en el mercado.
Según consta en la respuesta del Gobierno al diputado de Más País, Íñigo Errejón, el 45 % de estos visados fueron expedidos a favor de ciudadanos chinos, un total de 2.263. Además, grandes fortunas rusas, actualmente bajo la lupa de las autoridades comunitarias por las sanciones al régimen de Putin, acaparan cerca del 20 % del total, con 969 visados. El Ejecutivo también destaca que ciudadanos ucranianos consiguieron el 2,7 % de los permisos, 136.
Sin conocer aún si el Gobierno eliminará o no estos permisos, cada vez son más los países que desincentivan, o restringen directamente, la inversión extranjera en el mercado inmobiliario, con el objetivo de evitar que la vivienda se convierta en un bien de especulación y frenar el alza de precios. A principios de año, Canadá prohibió la venta de viviendas a foráneos que no la empleen como residencia permanente. El objetivo es aliviar os precios de uno de los mercados más inasequibles del mundo, cumpliendo una de las promesas electorales del primer ministro Justin Trudeau.