La financiación a familias y empresas cae en España y el euríbor, referencia para la mayoría de las hipotecas, ya se sitúa en el 3,843 %
04 may 2023 . Actualizado a las 16:11 h.No habrá tregua hasta domar la inflación. El Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado este jueves una nueva subida de los tipos de interés. La séptima consecutiva desde que comenzó a encarecer el precio del dinero en julio del 2022 con el objetivo de embridar los precios.
El tipo de referencia se elevará, eso sí, menos de lo previsto: un cuarto de punto, según anunció la presidenta del organismo, Christine Lagarde, situándose en el 3,75 %, en umbrales que no se veían desde octubre del 2008.
La medida restringirá todavía más el crédito a las empresas y hogares europeos, que deberán pagar más por pedir préstamos, ya sea para el consumo o para la compra de vivienda. «En el primer trimestre del 2023, los criterios de concesión de préstamos y, especialmente, las condiciones generales aplicadas a los nuevos préstamos, se habrían endurecido de forma generalizada por cuarto trimestre consecutivo», reconoció esta semana el Banco de España.
Este progresivo endurecimiento de las condiciones de financiación ha venido acompañado, de forma paralela, por un repunte del euríbor, el índice al que están referenciadas la mayoría de las hipotecas en el país. El diario se sitúa ya en el 3,843 %, cerca de ese umbral del 4 % que los analistas daban por seguro antes de las turbulencias bancarias que generó la crisis de Credit Suisse. En la práctica, este alza implicará que las cuotas de los hogares hipotecados volverán a subir para quienes tengan que hacer su revisión anual en los próximos meses. «Desafortunadamente, es algo que no podemos aliviar porque nuestra misión es reducir la inflación y para ello tenemos que subir los tipos», justificó Lagarde en rueda de prensa, antes de sugerir que otros organismos o Estados recurran a otras medidas, como moratorias, para amortiguar el impacto entre las familias más vulnerables.
A pesar de las dudas del mercado en torno a la estrategia seguida por el BCE de acelerar las subidas en plena incertidumbre bancaria y económica, y de la moderación en esta última decisión, el organismo comandado por Lagarde no pretende cejar en su empeño de conducir la inflación hasta el objetivo del 2 %. Y, según los últimos datos de Eurostat, la eurozona todavía está lejos de la meta.
Siete subidas para bajar la inflación del 8,9 al 7 %
Tras cinco meses consecutivos de enfriamiento, la inflación volvió a repuntar el pasado mes de abril hasta el 7 %. No obstante, la subyacente -excluye energía y productos frescos- se redujo una décima, del 5,7 al 5,6 %, dando munición a los gobernadores de algunos bancos centrales que llevan meses demandando a Fráncfort que levante el pie del acelerador para evitar estrangular el crédito a la economía real.
El organismo comenzó a subir los tipos de interés en julio del 2022 y, tras seis alzas seguidas, apenas ha logrado enfriar la inflación en 1.9 puntos. ¿Por qué le cuesta tanto controlarla?
Como el propio BCE apuntó en el mes de marzo, hay un abanico de factores que dificultan la moderación de precios. En primer lugar, las elevadas cotizaciones que alcanzaron los productos energéticos en el 2022 siguen permeando a lo largo de todas las cadenas productivas, por la subida de los costes que tuvieron que asumir las empresas y su repercusión en el precio final a los clientes. No obstante, los expertos del organismo también apuntan a los elevados márgenes de beneficio que se están anotando sectores como el de la alimentación. Otro de los factores que está empujando al alza los precios tiene que ver con las subidas salariales.
El euro mantiene el dólar a raya
Otra de las razones por las que el BCE ha decidido volver a subir los tipos de interés tiene que ver con la necesidad de mantener un euro fuerte en el mercado. A mediados del 2022, la divisa llegó a perder la paridad con el dólar. En otras palabras: un euro no alcanzaba para intercambiarlo por un dólar. Y eso podía poner en peligro la economía de las grandes potencias del euro, que necesitan dólares para comprar productos energéticos como el gas. Un euro débil podría disparar la factura energética en la eurozona, al verse encarecidas las importaciones.
Con la subida de los tipos, el euro se ha revalorizado y hoy se intercambia por 1,11 dólares, manteniendo así a raya la divisa estadounidense.
Esa es la razón por la que, como ocurrió el miércoles, cada vez que la Reserva Federal de Estados Unidos decide aumentar el precio del dinero, el BCE se ve obligado a discurrir por la misma senda. El organismo estadounidense ha situado el tipo de referencia en el 5,25 %, tras subirlo un cuarto de punto, la misma intensidad que ha aplicado este jueves el BCE.
¿Hasta cuándo seguirán subiendo los tipos de interés?
La propia Lagarde aseguró en rueda de prensa que esta no será la última subida que ejecute el BCE. «Es una medida restrictiva. ¿Lo suficientemente restrictiva? Aún no», deslizó cuando fue interpelada sobre el final de esta política de encarecimiento del dinero.
La francesa alegó que la inflación sigue siendo «demasiado alta por demasiado tiempo», anticipando más medidas en la misma dirección de la de este jueves para lograr llevar la inflación y sostenerla en el umbral objetivo del 2 % a medio plazo. Sin embargo, rechazó fijar un techo: «No tengo un número mágico».
Otra de las decisiones que adoptó el BCE ha sido la de poner fecha de caducidad a la reinversión de los bonos de deuda que el organismo compró en los últimos años en el marco del programa APP para financiar a las economías del euro. Según consta en las conclusiones de la reunión, esos retornos ya no se reinvertirán en nuevas adquisiciones a partir del mes de julio. En la práctica, los Estados más endeudados, como España, tendrán más problemas para poder acceder a financiación barata. «Si algo pasa, hemos demostrado en el pasado que podemos ser ingeniosos», recordó Lagarde.