Los transportistas gallegos ya pagan 1.000 euros más al mes por el gasoil que hace cuatro meses
ECONOMÍA
El sector anticipa más inflación si el Gobierno elimina la bonificación a los carburantes
02 oct 2023 . Actualizado a las 08:36 h.El Comité Nacional de Transporte por Carretera (CNTC) solicitó esta semana por carta a la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, que prorrogue hasta finales de marzo del 2024 la bonificación de los carburantes y que aumente esta ayuda hasta el umbral de los 20 céntimos el litro en vista de que los precios de la gasolina y el diésel han vuelto a repuntar en los últimos tres meses, con once subidas semanales consecutivas. Desde el sector apuntan que la situación podría volverse «insostenible» a final de año, con el petróleo apuntando de nuevo a la barrera de los 100 dólares el barril de brent. Y advierten: «La situación está más complicada que hace un año».
¿Cuánto se han ahorrado los transportistas hasta ahora?
Desde el 1 de abril al 31 de diciembre del 2022 el Gobierno subvencionó a todos los conductores (profesionales y no profesionales) 20 céntimos por cada litro de carburante repostado. Del 1 de enero al 31 de marzo de este año, la bonificación se limitó a colectivos profesionales, principalmente los transportistas que conducen los 267.000 camiones pesados que circulan por carreteras españolas —20.000 de ellos en Galicia—.
Desde el pasado 1 de abril al 30 de junio la ayuda se redujo a la mitad (10 céntimos/litro) y esta medida se prorrogó hasta el pasado sábado 30 de septiembre. Hoy los transportistas ya solo perciben un descuento de 5 céntimos por cada litro. Y así será hasta final de año.
Teniendo en cuenta que un camión pesado consume una media de 4.000 litros al mes (recorre unos 120.000 kilómetros al año), cada uno de ellos se habrá ahorrado para entonces unos 12.600 euros en repostajes desde su despliegue.
La Federación Gallega de Transporte de Mercancías (Fegatramer) calcula que el ahorro en la comunidad ha podido alcanzar los 150 millones de euros.
¿Cuánto se ha encarecido el combustible?
Hace solo cuatro meses el precio del litro de diésel en Galicia —su uso es mayoritario en el transporte de mercancías—, se vendía en las estaciones de servicio de la comunidad a 1,437 euros (1,337 euros con la bonificación), según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica. En la actualidad el litro ya supera los 1,7 euros (1,6 euros con la bonificación). Eso implica que la factura mensual de los transportistas ha engordado en 1.050 euros respecto a mayo. Es más, prácticamente están pagando lo mismo que hace un año después de aplicar la bonificación.
Las perspectivas tampoco son nada buenas porque el mercado internacional del gasoil está referenciado a las cotizaciones del petróleo y este no deja de subir: «Las previsiones del precio del barril ya apuntan a que puede superar la barrera de los 100 dólares. A medio plazo vamos a tener subidas continuadas de los combustibles», explica el secretario general de la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), José María Quijano, quien reconoce que «el sector se está tensionando» y que se presenta «un escenario muy complicado» en los próximos meses.
¿La situación es peor que hace un año?
Eso mismo es lo que percibe en Galicia Iago Domínguez, gerente del Clúster da Función Loxística: «Están en una situación más complicada [...] Las causas que estaban presentes cuando se decidió introducir la ayuda persisten», señala.
Y es que no solo son los precios de los carburantes los que están atenazando al sector —suponen el 35% de los costes operativos—. Con la inflación, ha subido todo: los salarios, la factura del taller, el mantenimiento y hasta los neumáticos. Y eso con el consumo de los hogares enfriándose: «Llevamos un mes notando la bajada de la demanda de transporte así que será más complicado trasladar precios al mercado porque habrá exceso de oferta [...] Las familias están comprando menos productos, así que hay menos que transportar», desliza Quijano, quien no cree que las campañas del Black Friday o la Navidad vayan a suponer grandes cambios. «La situación es peor ahora por esa ralentización de la demanda», corrobora Domínguez, quien también apunta a otro factor que está pesando más este 2023: el dinero cada vez está más caro.
«Los tipos de interés están subiendo muchísimo y la mayor parte de los transportistas tienen los vehículos financiados. Nadie les está ayudando».
¿Por qué el Gobierno es reacio a mantener la ayuda?
En primer lugar por el coste que implica para las arcas públicas. El año pasado se desembolsaron unos 4.000 millones de euros para sufragar la bonificación, a los que habría que sumar otros 107 millones para cubrir el primer semestre del 2023.
Otra razón para dejar expirar la medida es que tanto la Comisión Europea como el Banco Central Europeo han exigido a los países que retiren antes del 2024 todas las ayudas de Estado extraordinarias que habían desplegado tras la pandemia y la guerra en Ucrania.
No hay que perder de vista que, en el caso de España, el Ejecutivo está en funciones, y eso limita su capacidad de actuación. Sí podría aprobar decretos ley, pero solo en casos de urgencia, y estos deberían autorizarse en la Diputación Permanente del Congreso.
¿Qué consecuencias puede acarrear el fin de la bonificación?
La más inmediata es que haga imposible la actividad de muchos transportistas: «Habrá empresas que no lo podrán aguantar», reconoce Quijano. Aunque intenten compensar los sobrecostes con tarifas más altas, hay clientes que no lo aceptarán con una demanda en declive. «Todo esto supone un incremento de necesidades de tesorería, con el crédito disparado y restringido, para hacer frente a pagos a proveedores y muchas veces las empresas mueren por eso», añade. Es una consecuencia real de las políticas monetarias del BCE.
Domínguez alerta de que Galicia sufrirá más que el resto de España por su situación periférica. No hay alternativas a la carretera para dar salida a las exportaciones al resto de la Península: «No tenemos un servicio ferroviario competitivo [...] Habrá muchos casos en los que tendrán que subir precios con el riesgo de dejar a los productos gallegos fuera de mercado o que traer productos sea excesivamente caro».
Además, el coste del traslado de mercancías pesadas, voluminosas y baratas como el agua, podría dispararse: «Azuza la inflación (en el supermercado) de alguna manera», defiende Domínguez.
¿Habrá una nueva huelga esta Navidad?
Por el momento no hay un ultimátum sobre la mesa, pero «nunca se sabe», admiten fuentes del sector. «Nosotros buscamos el diálogo, lo que no significa que de repente un colectivo en el sector o una gran parte de transportistas entiendan que no pueden seguir adelante y surja un movimiento de estos. Pero trabajamos con antelación para no llegar a estas situaciones», expresa Quijano.