Los transportistas piden al Gobierno que intervenga frente a los disturbios provocados por agricultores franceses

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

STEPHANE MAHE | REUTERS

Parte de los 10.000 camiones españoles cruzan la frontera gala cada día ya reportan pérdidas económicas y retrasos en las entregas

24 ene 2024 . Actualizado a las 17:19 h.

Manifestaciones, disturbios y hasta el bloqueo de carreteras y autopistas. Es la estampa con la que se encuentran cada día los transportistas españoles que cruzan los Pirineos con la intención de llegar a Francia. Los agricultores del país galo llevan seis días protestando en las calles, siguiendo la estela de sus vecinos alemanes, holandeses y polacos, por el retraso en el desembolso de las ayudas públicas, por las nuevas exigencias medioambientales y el fin próximo de la subvención al gasoil agrícola

Las marchas lentas, el bloqueo de arterias viales clave para el tráfico rodado y los enfrentamientos puntuales con usuarios y autoridades están entorpeciendo las labores de los transportistas españoles, que este mismo miércoles han solicitado por carta al ministro de TransportesÓscar Puente, que intervenga ante el Gobierno francés para que este garantice la seguridad de los conductores y la libre circulación de mercancías, que se está viendo comprometida a diario. La misiva ha sido respaldada por la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (Astic) y la Asociación de Cargadores de España (ACE) y en ella exigen adoptar medidas efectivas para «minimizar los impactos negativos de estas movilizaciones en el transporte internacional». 

Pérdidas económicas y retrasos

Cada día, unos 10.000 los camiones españoles que cruzan la frontera gala. Muchos de ellos ya están experimentando pérdidas o retrasos en las entregas a causa de las movilizaciones de agricultores franceses. «Entendemos y respetamos el derecho de los ciudadanos a expresar sus opiniones y manifestarse pacíficamente. Sin embargo, la persistencia y la intensificación de los cortes de carreteras en territorio francés están teniendo un impacto significativo en el transporte y las operaciones de las empresas españolas. Esto no solo genera retrasos y pérdidas económicas, sino que también pone en riesgo la seguridad de nuestros conductores y la integridad de nuestras operaciones», destaca Nuria Lacaci, secretaria general de ACE.

Por su parte, el vicepresidente ejecutivo de Astic, Ramón Valdivia, ha insistido en la importancia de esta ruta para el comercio y el transporte español: «Dada la estrecha colaboración entre Francia y España y la importancia de las relaciones bilaterales, solicitamos la intervención del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para trasladar esta preocupación a su homólogo francés. Es esencial que las autoridades francesas implementen los medios de control y seguridad necesarios para garantizar que las movilizaciones sociales no afecten de manera perjudicial al flujo normal del transporte y al funcionamiento de las empresas». No es para menos. Francia es el principal destino de las exportaciones españolas por carretera, por delante de otros como Portugal, Alemania o Italia. 

Origen de las protestas

Agricultores de varios países europeos iniciaron hace días una serie de movilizaciones para protestar por la falta de ayudas y el impacto que va a tener en sus negocios la transición ecológica en la UE. No solo deberán adaptar sus explotaciones y cultivos a las nuevas reglas medioambientales sino que deberán hacerlo prescindiendo de subvenciones que solían percibir, como la del gasoil agrícola. 

Las protestas de los agricultores franceses comenzaron hace escasos seis días, con marchas lentas y el bloqueo de varias carreteras en la región de Toulouse, donde la circulación, según apuntan las patronales del transporte, está interrumpida desde el pasado jueves. Las paralizaciones se han ido extendiendo a otros puntos del país, llegando a bloquear el pasado lunes la autopista A9, al sur de Perpiñán, paso que conecta Francia y España. También ha habido cortes de viales con tractores, forzando el desvío del tráfico rodado hacia otras arterias peor conectadas y que requieren invertir más tiempo de conducción.