El encarecimiento de la electricidad arrastra a la inflación, que crece al 3,8 %
ECONOMÍA
Los alimentos suben un 7,4 % en plena escalada de las protestas del campo
15 feb 2024 . Actualizado a las 18:07 h.La cuesta de enero de este año ha vuelto a ser un sendero más empinado del habitual. Tanto es así, que el índice de precios de consumo (IPC) aumentó en el primer mes del 2024 tres décimas, frente al mismo período del 2023, escalando hasta el 3,4 %. En la comparativa mensual, las cifras tampoco son positivas. Porque el dato de enero supone un leve repunte con respecto a la cifra que había dejado el mes de diciembre, en el que la inflación se quedó en el 3,1 %.
En Galicia, además, son algo peores. El IPC de enero cerró con un incremento del 3,8 % en términos interanuales (es decir, comparado con el mismo mes del 2023), lo que sitúa a la comunidad como la segunda en la que más aumentaron los precios, solo superada por Canarias (cuya tasa se situó en el 4 %).
Hay un gran protagonista detrás de esta subida del coste de la vida: la electricidad. El precio de la luz ha experimentado una importante subida en el último mes tras el fin parcial de la rebaja fiscal de la que disfrutaba hasta ahora la factura eléctrica para pequeños consumidores. Y es que, en enero, el tipo del IVA sobre este consumo pasó del 5 al 10 %; mientras que el impuesto especial sobre la electricidad ascendió hasta el 2,5 %, frente al 0,5 % que mantenía a final de año.
Otra energía ha ejercido de contrapeso frenando un poco la subida del IPC. El coste de los carburantes disminuyó en términos interanuales (enero de este año comparado con enero del 2023), evitando así que la inflación escalara aún más.
Otra de las partidas que ha experimentado una subida (aunque leve) es la de los alimentos. Llenar la despensa cuesta ahora un 7,4 % más que hace justo un año (mientras que la tasa interanual de diciembre se situaba en el 7,3 %).
Y eso, a pesar de que el Gobierno ha mantenido la bajada del IVA de los alimentos básicos. La cifra demuestra que la cesta de la compra sigue sin aflojar su encarecimiento al ritmo que debería, arrastrada por diversas circunstancias. En primer lugar, la bajada de los impuestos sobre la electricidad podría haber incidido en el precio de los alimentos; pero es que además, el contexto internacional no está ayudando a mejorar la situación. La cadena de suministro se ha visto arrastrada por el colapso en el mar Rojo, mientras que las condiciones climáticas y la sequía en muchas zonas de España también están haciendo estragos.
Todo esto se podría ver agravado en los próximos meses debido a las protestas que están protagonizando los agricultores y ganaderos en todo el país para exigir unos precios más justos y el fin de la competencia desleal de terceros países.
Alimentos prohibitivos
Pertrechar la despensa con algunos alimentos se ha convertido en una práctica casi prohibitiva para los bolsillos de muchas familias. Tal y como especifica el Instituto Nacional de Estadística (INE), la mayor subida en tasa interanual la registró el aceite de oliva, que cuesta ahora un 62,9 %
más que enero de hace un año. Y la cifra es todavía más sorprendente si se echa la vista atrás. Porque en comparación con hace tres años (enero del 2021), este oro líquido ha visto cómo su precio se disparaba un 176,5 %.
Otros alimentos que han experimentado alzas importantes son las legumbres y hortalizas frescas (un 15,6 %), la fruta fresca (que cuesta ahora un 13,7 % más que hace 365 días) o las patatas y la carne de cerdo, cuyos incrementos superan con creces la barrera del 12 %.
Mientras el índice general experimenta alguna leve subida, la otra cara de la moneda la representa la inflación subyacente, que durante varios meses se convirtió en el peor augurio para la economía. Este indicador (que excluye alimentos frescos y productos energéticos al ser ambos los más volátiles) continúa impertérrita su particular tendencia a la baja y en enero descendió dos décimas, hasta el 3,6 %. Se convierte en la cifra más baja que ha tenido desde marzo del 2022 y, además, empieza a mostrar ya importantes signos de convergencia con el IPC general. De hecho, tal y como explicó el gobernador del Banco de España, la caída de esta partida es «una buena noticia» sobre todo en los despachos del Banco Central Europeo, donde este índice tiene más peso a la hora de determinar la política monetaria.