Los alimentos frenan su escalada al 6 %, su menor tasa desde enero del 2022
ECONOMÍA
Galicia se convierte en la comunidad con la segunda inflación más alta
14 mar 2024 . Actualizado a las 19:02 h.El índice de precios de consumo (IPC) español empieza ya a ver la luz al final del túnel. La inflación cerró el mes de febrero situada en el 2,8 %, la cifra más baja de los últimos seis meses. Y con esta cifra sobre la mesa, la economía del país está cada vez más cerca cumplir con el objetivo marcado por el Banco Central Europeo, que fija en el 2 % el nivel inflacionario deseable en los países del Viejo Continente.
Galicia todavía tiene deberes por hacer. El índice general se situó en el 3,2 %, convirtiendo así al territorio gallego en el segundo donde más subieron los precios de toda España. Solo en Extremadura repuntaron con más fuerza en el último año.
En cualquier caso, las cifras llevan varios meses mostrando una ralentización generalizada en el encarecimiento de la vida. Después de años inmersos en una espiral inflacionista a la que no se le adivinaba el fin, los precios han empezado a mostrar signos de un freno en su escalada. En el mes de febrero, del que este jueves publicó los datos definitivos el Instituto Nacional de Estadística (INE), la moderación está relacionada en gran parte con la energía. Tal y como explican los expertos del organismo estadístico, el precio del gas natural y de los derechos de emisión del CO2 —ambos factores clave a la hora de fijar la cotización de la electricidad— ha sufrido un importante descenso. Esto, sumado a la generación récord registrada por las renovables, ha provocado una sustancial caída en los precios de la electricidad. En el mes de enero, se había registrado un leve repunte del IPC. ¿La razón? La retirada de parte de las medidas de apoyo público que había puesto en marcha el Gobierno para paliar el impacto de la inflación. Pero ahí quedó la escalada. Febrero ha vuelto a dejar patente que España avanza hacia una normalización de los tiques de la compra.
También llega cargada de optimismo la subyacente, esa que permite calcular la evolución de los precios sin tener en cuenta los de la energía ni los de los alimentos no elaborados al ser las partidas más volátiles. Se situó en el 3,5 %, una décima por debajo de la registrada en enero y, lo que es más importante, logrando así su menor tasa en dos años. Llenar la despensa todavía sigue siendo sustancialmente más caro que hace un año. Los alimentos se han encarecido un 6 % en Galicia, con respecto a lo que costaban en febrero del 2022. En España, la tasa se reduce algo más y queda en un 5,4 %. La cesta de la compra continúa como una de las partidas del presupuesto familiar que más se resiste a abaratarse. Acudir al supermercado para pertrechar la nevera sigue siendo cada día más caro, pero lo cierto es que poco a poco se va frenando esa escalada. En enero, los alimentos subían en Galicia un 7,8 % con respecto al mismo mes de un año antes; y en octubre y noviembre del 2023 esa tasa rozaba casi el 10 %.
Algunos artículos han experimentado una rebaja en sus etiquetas. Es el caso de las legumbres y hortalizas frescas que hoy cuestan un 2,7 % menos que hace un año. También la leche desnatada, los yogures o las harinas han recortado sus precios ligeramente. Pero no es una situación esta que se repita en todos los lineales del supermercado. Porque hay otras muchas viandas que, lejos de abaratarse, siguen provocando más de un susto a los bolsillos de los españoles.
El aceite sigue subiendo
Es el caso del aceite de oliva, que continúa ganándose a pulso el sobrenombre de oro líquido. Este producto ha subido nada más y nada menos que un 67 % durante el último año. Y su encarecimiento no parece tener visos de cesar.
También siguen esta estela otros productos básicos en la lista de la compra de cualquier hogar como la carne de cerdo (que cuesta hoy un 7,2 % más que hace un año) o la fruta fresca (un 7,1 %).
Los hogares se han visto obligados a incrementar su gasto en bienes de consumo un 9,2 %
Hacer frente al coste de la vida requiere un esfuerzo cada vez mayor. Con una inflación instalada en una senda alcista, llenar la despensa con los mismos productos de hace un año o adquirir cualquier artículo básico supone estirar un poco más el bolsillo. Y las cifras hablan por sí solas. Los hogares españoles destinaron 142.700 millones de euros al gasto en gran consumo, productos duraderos y tecnologías para el hogar a lo largo del 2023. Y esto supone un incremento del 9,2 % con respecto al año anterior. Así lo atestigua el último Barómetro del Gasto en Retail de NIQ, presentado este jueves.
El estudio señala que el crecimiento del gasto está básicamente motivado por la subida de los precios de los productos de la cesta de la compra. Gastamos más, pero compramos menos. De hecho, añaden que la población «contuvo sus compras en el sector de la tecnología y de los bienes duraderos» para tratar de poner coto a la sangría que está provocando la situación actual a sus ahorros. En esta línea, las empresas aseguran que la inflación ha continuado «marcando el paso del mercado del gran consumo en el 2023».
Si se analizan las necesidades básicas de alimentación, cuidado del hogar y personal (esas partidas de las que es difícil prescindir en el día a día), los hogares españoles gastaron un 10,6 % más en el último año. Todo ello ha motivado un incremento de las medidas de ahorro como las promociones, la apuesta por las marcas blancas y el control del tique. También se producen compras de menor tamaño y con un menor número de artículos de media en cada cesta.