La UE se encomienda a los fondos de recuperación para impulsar el crecimiento
ECONOMÍA
Cuenta con 750.000 millones hasta el 2026 para estimular reformas frente a la dura competencia de EE.UU. y China
29 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La economía europea lucha por recuperar el impulso tras el enfriamiento provocado por la guerra en Ucrania, la crisis energética y los elevados tipos de interés. Las previsiones de la Comisión Europea señalan que la Eurozona creció apenas un 0,8 % en el 2023 y creen que la recuperación será más lenta de lo esperado este año, con un avance de la economía del 1,3 %. Los fondos de recuperación —que permitirán a los países europeos acceder a 750.000 millones en financiación—, son la esperanza blanca de las economías de la moneda común, que esperan volver a ganar momentum en el 2025 y acometer importantes inversiones en energía verde, industria y defensa.
España será uno de los países que liderarán esta recuperación. Cerró el año con un crecimiento del 2,5 % y se ha convertido en la locomotora de Europa tras el descalabro de Alemania, que cerró el año con un retroceso de tres décimas. Se espera que España continúe impulsando al bloque, con un crecimiento del 1,7 % este año y un 2 % en el 2025, muy por encima de la media europea, que se situará en el 0,9 % en el 2024 y un 1,7 % el año que viene.
El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, aseguró abiertamente que «España está en mejor forma que el conjunto de la UE» y los fondos de recuperación han jugado un papel clave en ese proceso. En su informe de evaluación, la Comisión Europea apuntaba a que estos fondos han tenido un impacto del 3,5 % en el Producto Interior Bruto (PIB) doméstico español, gracias a las «reformas estructurales» que se han llevado a cabo por el Gobierno.
España está entre los países más beneficiados por estos fondos —recibirá unos 140.000 millones de euros— y es, además, uno de los Estados miembros más avanzados en la petición de estos desembolsos. Actualmente se encuentra a la espera de la evaluación del cuarto pago, de 10.000 millones de euros, cuyo plazo vencía en marzo pero que ha sido extendido dos meses más.
Pero no basta con recibir el dinero. El comisario Gentiloni ha hecho un llamamiento a los países europeos para que aceleren la ejecución de los fondos Next Generation, que entran en «su momento más desafiante». El ministro de Economía español, Carlos Cuerpo, asegura que España mantiene un «buen ritmo» de «entre 1.500 y 2.000 millones de ejecución mensual». Una vez se alcance la velocidad de crucero, el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, cree que el efecto de los fondos comunitarios en el crecimiento económico «debería aumentar en los próximos años».
Tipos y reglas fiscales
A medida que la inflación se reduce —registró un 2,6 % en febrero, según datos de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat)— se espera que el Banco Central Europeo (BCE) comience a rebajar gradualmente los tipos de interés, lo que permitirá recuperar el consumo privado. Su presidenta, Christine Lagarde, ha avisado de que podría dar este paso a partir de junio.
En paralelo, la UE deberá prepararse para la aplicación de las nuevas reglas fiscales, con el diseño de los planes de ajuste nacionales para los países con deuda y déficit públicos excesivos. España está dentro de esta categoría y, según la nueva normativa, deberá llevar a cabo un ajuste fiscal anual mínimo del 0,5 % de su PIB, lo que equivaldría a 6.000 millones de euros. Todo ello mientras trata de mantener el músculo económico.
La posible ampliación de la UE también plantea ciertas incógnitas económicas. La entrada de Ucrania y los Balcanes Occidentales obligaría a llevar a cabo varias reformas en el presupuesto comunitario, sobre todo en lo relativo a las ayudas de Cohesión y a la Política Agraria Común (PAC), ya que Urania, con más de cuarenta millones de hectáreas de cultivo, se llevaría gran parte de estos fondos.
Del mismo modo, Europa deberá acometer importantes inversiones en energía verde, industria y en Defensa, en un contexto de alta competencia con Estados Unidos y China. El Banco Mundial prevé que las economías más avanzadas experimentarán una desaceleración este año debido a los elevados tipos de interés, el frenazo del comercio y la inestabilidad geopolítica. Sin embargo, calcula que la economía estadounidense avanzará un 1,6 % en el 2024, mientras que el gigante asiático crecerá un 4,5 %.